PENSAR CON CRITERIOS

Historia de descaro

Analizaba el abogado y exfiscal venezolano Zair Amundaray junto a la periodista Carla Angola, la supuesta desaparición de pruebas incriminatorias contra el fiscal general Tarek William Saab, acciones que el mismo realizaría al llegar a la cabeza de este despacho, creyendo que esto lo libraría de ser apresado, al igual que los funcionarios corruptos que hoy él persigue, investiga y acusa.

Advierte Amundaray que cuando Saad llega a la Fiscalía tenía 6 investigaciones en su contra, y la mayoría tenía que ver con una constructora de su propiedad que maneja a través de testaferros; investigaciones que, al parecer, presentaron sobreseimiento, decisión judicial con la que cree Saab pudo haberse librado de su responsabilidad en los casos.

“Estamos hablando de la constructora Conkor, constructora que se ganó todas las licitaciones que tenían que ver con obras públicas del estado Anzoátegui cuando Saab era gobernador”, dijo para darle forma a sus declaraciones el abogado Amundaray.

Lo que ha sido una denuncia a vox populi, es de que luego que sale de la gobernación, el fiscal general toma concesiones de manera torpe que tienen que ver con las contratistas Petro Cedeño y Petro Piar, que operan en el estado Anzoátegui y que están ligadas a Saab, y cuyas licitaciones obtuvo como contratista de Pdvsa.

Lo que toda esta trama de corrupción que existe dentro del Estado venezolano nos deja, es que no hay sistema de justicia en Venezuela capaz de llevar esas denuncias hasta sus últimas consecuencias, ya que ellos se pagan y se dan el vuelto. El ejemplo es que el mismo fiscal general encargado de estas investigaciones, es un actor directo en las irregularidades denunciadas.

Este país sudamericano tampoco cuenta con la capacidad técnico que pueda desentramar casos como el de los criptoactivos como fórmulas de lavado de dinero, cuyo desfalco al Estado oscila entre los 3 mil millones de dólares, y lograr resultados positivos, ya que se utilizaron mecanismos digitales que técnicamente son muy difíciles de seguir desde el punto de vista forense; además de que el intenso involucramiento de altos funcionarios del Estado detrás de esta trama de corrupción, es el obstáculo principal para atrapar a los responsables.

Los mismos trabajadores petroleros vienen denunciando lo que pasa en Petro Cedeño, donde políticos, militares, civiles sin conexión con Pdvsa hacían y deshacían con los contratos, caso que para muchos investigadores y juristas es la punta del iceberg de esta trama de corrupción, pero en respuesta son perseguidos, amenazados y apresados, hasta hacerlos callar o intimidar.

Un ejemplo de ello es la denuncia realizada por los trabajadores sobre la venta ilegal de terrenos de Pdvsa en el estado Barinas. Las investigaciones fueron silenciadas y ahora los denunciantes sufren las consecuencias al ser perseguidos y amenazados.

Lo que si es cierto es que hay un desmantelamiento de toda la infraestructura de Pdvsa a través de toda esta actividad corrupta.

Para ver todo este globo relleno de dólares a punto de explotar con mayor claridad, vemos un Nicolás Maduro, líder del régimen, tratando de montar un espectáculo como al que tiene acostumbrado a los venezolanos, para conseguir los recursos que lo ayudarán a enfrentar la campaña electoral que se avecina.

Todo mandatario corrupto es capaz de dejar morir a la población de hambre con tal de mantener la lealtad de su entorno, y esto implica corrupción, porque, como lo recuerda Amundaray, la corrupción es una forma política, y Venezuela es evidentemente un Estado estructuralmente corrupto, donde todo se compra, se vende y se negocia.

En este momento el Régimen necesita liquidez, y esa necesidad como siempre, lo lleva a iniciar esta casería de brujas que le permite extorsionar a los testaferros, para asirse de ese botín, y la prueba es que, pese a estar identificados aún no han sido judicializados, y no se sabe de ellos. Eso hace suponer que les están pidiendo plata y bienes que les puedan incautar para ser utilizado en la campaña del año entrante. Entonces el contexto electoral es el que impulsa todas estas acciones judiciales a destiempo contra la corrupción que cohabita en el régimen, y que con estas supuestas investigaciones lo que busca es apoderarse de estos capitales.

Bien lo dice Amundaray, “en las organizaciones criminales, las personas se mantienen incólumes mientras sean útiles, pero como siempre hay una lucha de poder interna, se dan estas propuestas de desmantelamiento que solo buscan cambiar de actores. El lugar que tu ocupas, siempre estará en riesgo tras haberle vendido tu alma al diablo, porque constantemente hay alguien que lo desea y va a hacer que caigas por cualquier vía, bien sea a través de una trampa o una vía violenta, ya que en estos casos no hay seguridad de trascender. Esta ala delincuencial prefiere estar en una situación económica holgada, aunque sea momentánea, ya que más temprano que tarde terminará perseguida por la justicia o por quienes eran sus aliados iniciales”.

Venezuela se presta para orquestar estas bandas de corruptela, porque no es un estado normal donde hay credenciales o currículo como formas de acceder al poder y sustituir a quien se aparten de la legalidad, al contrario, solo hay nepotismo, padrinazgo y líderes negativos que con sus maniobras malsanas ostentan el poder público y lo manejan de forma personal para su enriquecimiento ilícito.

No hay lugar a dudas, el régimen y sus secuaces, perseguirán a todo el que deba para que el gasto público aumente, y tener la capacidad financiera de hacer ver a su líder Nicolás Maduro meridianamente eficiente al lograr arreglar algunas cosas, creando esa falsa sensación de normalidad, que, por ser un mecanismo artificioso, no puede mantenerse por mucho tiempo. Amanecerá y veremos… o Maduro consigue plata para seguir chantajeando al sumiso pueblo venezolano o perece en el intento.

Foto/Internet

 

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