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Honores al Santo: La voz de la Iglesia

por Noris Hernández

Honores al Santo: La voz de la Iglesia

San Benito nos llama a recordar

nuestra vocación de santidad

Para el máximo representante del Vaticano en la iglesia católica venezolana, el nuncio apostólico monseñor Alberto Ortega, es un gusto enviar un saludo de amor a toda la feligresía católica del país con ocasión de la celebración los 500 años del nacimiento de San Benito de Palermo, que se conmemora este año jubilar y que culmina con la fiesta por el día del Santo prevista para este 27 de diciembre.

“Esta celebración es una ocasión preciosa también para que, siguiendo el ejemplo de este buen Santo, recordemos cada uno nuestra vocación a la santidad, esa vocación que se expresa en el amor a Dios y en el amor hacia nuestros hermanos”, indicó el prelado.

Sostuvo monseñor Ortega que en esa entrega que ofreció San Benito a Dios es una bendición que debe emularse. “Que dios los bendiga a todos y que esta celebración sea una ocasión de bendición y de bien para cada uno de los venezolanos”.

UNA OBRA DE SANTIDAD

San Benito de Palermo es recordado por su caridad hacia los pobres y los enfermos, a quienes atendía con ternura y compasión. Su modestia y su vida de oración inspiraron a muchos en su tiempo y continúan siendo un ejemplo de humildad y servicio desinteresado en la actualidad.

Honores al Santo: La voz de la Iglesia

Modelo de humildad y amor a Dios

San Benito es el reflejo humilde del amor de Dios en la historia. Ha sido un cambio de dirección en la concepción de la vida de la Iglesia, donde se propone la humildad y la sencillez como elementos fundamentales para la vida de los cristianos.

San Benito es modelo de austeridad y de buen trato para con todas las personas, pero principalmente para con los pobres, los enfermos y los abandonados, esto debe formar parte de la devoción a un santo: sentir el modelaje que se experimenta en la vida de alguien que supo ofrecerse a Dios en el servicio a los hermanos.

La devoción a un santo en una región tiene que ver con las formas culturales que sus moradores desarrollan a lo largo de su historia. Esto significa que los pueblos van agregando elementos no existentes en la originalidad de la tradición, y esto repercute en las formas de expresar una creencia.

Lo fundamental de una devoción es saber que el fin no es el santo, sino Dios que lo ha hecho santo y nos ofrece a todos la oportunidad de un seguimiento discipular. Esto implica no desviar nuestra mirada de lo esencial para quedarse solo en un festejo, sino trascender y buscar lo que nos conduce a Dios.

San Benito asume el servicio como vocación esencial de la Iglesia. El servicio es base sólida para la vida de los cristianos. Un servicio desinteresado que tiene como centro a la persona humana, sus necesidades y su perspectiva de futuro.

En él hay una nueva perspectiva: todos somos iguales, todos los seres humanos tenemos una misma dignidad humana y bautismal. Esto nos hace hermanos y hermanas en el respeto a la diversidad y diferencias.

El fervor es parte de la devoción a una persona que ha sido agraciada y favorecida por Dios con la santidad.

San Benito es…

Un hombre que ha sabido perseverar en la fe en el Dios amor, a pesar de las condiciones adversas de exclusión de su tiempo.

Alguien que tomó en serio la oración y contemplación en la vida cristiana, principalmente el amor a la Eucaristía.

Un ser humano con una hiper sensibilidad para el servicio humilde en los oficios que se creen insignificantes.

Un modelo de virtudes humanas y cristianas que como un faro indican el camino hacia Dios.

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Un Regalo de la Providencia Divina

Dios siempre ha querido un pueblo santo. Desde el Antiguo Testamento, ese ha sido uno de los más grandes deseos de Dios (Lev 19,2). Esta misma aspiración la comunica a todos los pueblos cristianos, a través de San Pedro, cuando dice: «Sean ustedes santos, como también es Santo quien los llamó» (1Pe 1,15-16).

Muchos bautizados han encarnado en sus vidas esta llamada con altísima seriedad y honestidad, y Dios les da la gracia para que conquisten la santidad. Sin duda, San Benito de Palermo consagró su vida a amar a Dios y al prójimo, a conquistar virtudes tan admirables como la humildad, el servicio, la oración, el dominio de sí mismo. Por eso, su persona y testimonio significan tanto para nuestra Iglesia Católica, pero también para todos aquellos que, sin pertenecer a esta Iglesia, han visto en San Benito un referente con una calidad humana, digna de admirar e imitar.

Aun en vida, muchas personas importantes de su tiempo, solían acudir a él para pedir consejos y orientaciones. Por lo tanto, San Benito es un gran ejemplo de santidad que perdura hasta nuestros días, a pesar de que vivió hace 500 años.

“Ha sido un regalo de la Provincia Divina que, a nuestra querida Costa Oriental del Lago, haya llegado el testimonio de este gran Santo de Dios. Nuestro pueblo humilde y sencillo lo acogió como suyo, no sólo por su color de piel, tan parecida a tantos de los que habitan esta costa, sino también por su origen humilde y pobre”.

Nuestros devotos de San Benito encuentran en él un canal de gracia a través del cual reciben tantas bendiciones de Dios. En efecto, sabemos de tantos fieles que han recibido curaciones, han logrado superar situaciones difíciles, han sentido la excelente compañía del Santo Negro, por lo cual ha crecido tanto esta genuina devoción, que nuestro pueblo le celebra dos fiestas al año, una el 06 de enero y otra el 27 de diciembre.

La historia de nuestra Costa Oriental está marcada por estas intervenciones divinas de San Benito, por eso, nuestra gente le tiene tanta devoción, porque saben que su Santo Negro nunca les falla.

San Benito, a pesar de que ya han pasado 500 años de su nacimiento, sigue siendo el consuelo para la gente sencilla y un modelo de bondad y santidad.

Acompaña al pueblo, independientemente de su color, posición social o política, en los momentos difíciles.

Forma parte de la historia de la COL, de su tradición, de su fe.

Nos muestra, con su ejemplo de vida, que es posible ser santo, llegar a la perfección, cultivando las virtudes, siendo solidarios y promoviendo a los pobres.

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San Benito pertenece exclusivamente a Dios

“La vida de San Benito, el amado copatrono de Palermo, es para la iglesia católica, un modelo para todos los cristianos y lo coloca de ejemplo a imitar en los sitios donde se venera. San Benito honró a Palermo con su presencia, porque vivió en un convento que mira hacia Palermo y desde allí él debió mirar a Palermo y orar todos los días por la ciudad. Ahora se aprecia más  la devoción que se siente hacia nuestro amado San Benito, luego del incendio del convento Santa María de Jesús”, sostuvo emocionado fray Antonio Fernando Trupia, custodio de la Reliquia de San Benito de Palermo, durante su visita al municipio Cabimas para inspeccionar todo lo relacionado a la celebración del Año Jubilar por los 500 años del Natalicio de San Benito.

 “San Benito es un hombre de oración, sencillo, trabajador, de caridad, que va al encuentro siempre de los demás, porque el que va con Dios no puede desinteresarse de los demás”.

Al religioso le contentan las formas, que muchas veces en Italia no comprendemos, de como festejan y veneran a San Benito sus devotos en Venezuela. «Ese entusiasmo nos gusta porque ese entusiasmo refleja lo que él dice y hace hacia sus devotos. Él lo que quiere es decirles que abran los ojos y vivan en comunión, y que comprendan el verdadero amor a Dios. Eso lo hace el hombre más feliz del mundo. Les dice soy feliz con su alegría».

 San Benito: Ustedes tienen que hacer fiesta porque han encontrado y escogido el verdadero tesoro de su vida que es el amor hacia Dios.

Devotos: Somos felices con tu amor, por eso cantamos, danzamos tocamos.

Para fray Antonio Fernando, San Benito como cristianos nos enseña que el primer valor en nuestra vida es Dios, la oración. «Sin contacto o comunión profunda con Dios no hay vida en cristianismo. La consecuencia de esta oración siempre significara amor hacia los demás».

San Benito es hombre de oración y un hombre que se interesa por todos los que recurren a él y a todos los que acuden a él buscando aliento espiritual, y cuando puede también material, son escuchados.

“La vida de San Benito de Palermo es una vida ordinaria vivida de una forma extraordinaria, porque es una vida junto a Dios desde su nacimiento, porque sus padres lo educaron en el cristianismo y el copió esa educación y luego la desarrollo durante su adultez”, sostiente el fraile franciscano.

San Benito para los frailes menores y los sicilianos, porque él era un siciliano; es un modelo, por ser el único santo que tienen los frailes menores en Sicilia, siendo además el primer Santo de raza negra canonizado con un proceso regular.

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