OPINIÓN

HUMILDAD Y POBREZA FRANCISCANA

POR: FRANCISCO J. ARIAS CÁRDENAS

Esta semana que pasó celebramos el día de San Francisco de Asís, es el santo de la humildad, es el santo de la fraternidad, es el santo que deja sus riquezas, que deja todo su poder y se dedica a predicar y a seguir el ejemplo de Jesús de Nazaret. Es el santo elevado que se siente hermano de los árboles, de las aves, en general de los animales, inclusive del lobo, de la luna, del sol, es el santo de la integración de toda la creación que viene de Dios padre todopoderoso y que regresa a él.

Por casualidad o por causalidad, fue el día de Francisco de Asís, hace 11 años, que el presidente Chávez cerró la que sería su última campaña hacia las elecciones del 2013. Primero estuvo en la mañana en Cabimas, pocos lo recuerdan, pero fue un compromiso que estableció con su dicho de siempre “las buenas campañas inician y terminan en el Zulia, las campañas victoriosas” y lo cumplió, arrancó en Maracaibo con aquella canción que se hizo tan famosa Chávez corazón de mi patria y cerró en la Costa Oriental del Lago.

Y es una causalidad que ese día veíamos a un Chávez sacando fuerzas de su alma, de su espíritu. Llegó muy malito a Cabimas; lo recibí en el aeropuerto de Oro Negro y me dijo háblame fuerte hermano, me recomendaron los médicos que no me mojara y me he mojado como 10 veces .Esa campaña que se llamó de Sabaneta a Miraflores.

Llegamos a montarnos en el camión para pasar entre la gente hasta la tarima, una cantidad inmensa de  personas con aquel calor, ya pasada las 9 hacia las 10 de la mañana. ¿Dónde pusiste la tarima? me preguntó en un momento donde afortunadamente la fe y el cariño bueno le quitaban los dolores, lo llenaba de ilusión, y le levantaba el espíritu que podía en él muchísimo más que las dolencias.

Me impresionó en Caracas, además del discurso, la cantidad de avenidas llenas de pueblo. No pude llegar a tiempo. Debía haber aceptado venirme con él, pero tenía un compromiso con algunos otros zulianos y zulianas de viajar al cierre con ellos. Pero lo vi por todos los medios, lo vi recibiendo en sus manos la lluvia como una bendición y hablando de su significado. Cayó todo el cordonazo de San Francisco fuerte ese día y es un recuerdo imborrable.

Qué significa Francisco de Asís, solo hay que revisar un poquito en el discurso de Chávez, en lo que fue su avance y su acercamiento a esa elevación que logró en la tierra en medio de todas las peripecias, de todas las dificultades, de todas las guerras, levantar el espíritu y acercarse con verdadero sentido, con sinceridad de alma a los que sufren, a los que tienen necesidad, sin dejar de confrontar y de llevar adelante la lucha en la defensa de los más pobres, pero fue siempre crítico, fue humano y sintió de cerca a Francisco de Asís. Yo creo que lo entendió y lo metió en su corazón; nos corresponde hacer lo mismo, el buen revolucionario debe imitar en mi criterio al menos al más elevado de los santos católicos, al padre Francisco, el objetivo hacia el que vamos es la fraternidad, hacia el que debemos ir es la integración de todos los seres humanos alrededor de los ideales más limpios y más puros de la creación.

En estos días oíamos algunas de los discursos de Chávez. Recordaba mucho la humildad para recibir la crítica, para entenderla, para corregir; necesitamos recuperar lo que aquí el presidente López Obrador en México ha llamado la pobreza franciscana, el sentido completo y absoluto de lo que significa la pobreza, el poder no tiene otro objetivo que servir a los demás, el que tiene el poder es el sirviente de los de abajo. Nosotros en el poder tenemos esa gran responsabilidad y es lo que constantemente predicamos en este pequeño espacio que es la embajada, que quien llega sienta que tiene servidores públicos humildes que se conmueven con el problema del migrante, con las necesidades, que tratan de resolver, que soportan a veces hasta las ofensas en función de que todos entendamos que la obligación más grande la tiene quien dirige, la tiene quien manda, la tiene quien ordena para sumar y ordena en función de las instrucciones que da el pueblo. Francisco de Asís es un ejemplo y Chávez fue entendiéndolo, fue metiéndose en este ideal que predicó. En un principio fue difícil. Pero luego lo consideró plenamente y lo practicó.

Imitemos a Francisco de Asís. Servir y no ser servidos. Ser instrumentos de paz y entrega, más que tomar y usar, estar al servicio de todos.

 

FRANCISCO J. ARIAS CÁRDENAS

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