OPINIÓN

LA PERSONA

POR: DR. PEDRO DUARTE

En un primer momento y siguiendo lo establecido por la real academia española, de una forma sencilla se establece que la Persona es un Individuo de la especie humana, así como también se considera Persona al Hombre o Mujer cuyo nombre se ignora o se omite. Si nos vamos a la óptica de la Sociología y la Psicología, lo encontramos expresado como la singularidad de cada Individuo de la especie humana, contraponiéndose al concepto filosófico de “naturaleza humana” que aborda lo supuestamente común que hay en ello. Sin embargo en ética y en derecho no solo existen personas de la especie humana.

El concepto más común de Persona es el de un “Ser dotado de razón, consciente de sí mismo y poseedor de una identidad propia”; aun así este concepto puede tratarse desde diferentes perspectivas como filosófica, sociológica, fisiológica, psicológica.

El estudio de la Persona Humana ha sido para la filosofía uno de los problemas más arduos y conflictivos. Más que un problema, la Persona se ha convertido en un misterio, en este sentido resalto el misterio desde la visión que le da el Dramaturgo y Filósofo francés  Gabriel Marcel cuando dice “algo en lo cual me encuentro comprometido y cuya esencia es, por consiguiente, algo que no está enteramente ante mí”. Además de esto, también planteaba que los Individuos tan solo pueden ser comprendidos en las situaciones específicas en que se ven implicados y comprometidos.

Cuando hablamos de un problema es algo que está ante mí y por ello puedo objetivarlo y comprenderlo; pero cuando se trata de estudiar la Persona humana, sucede que Yo, que la estudio soy también  Persona Humana, de tal manera que soy, a la vez, objeto y sujeto, juez y parte.

La naturaleza y los seres que la conforman son materiales, en consecuencia estos se pueden manipular, cuantificar, reducir a fórmulas, ser sometidos a experimentos, puesto que su naturaleza se repite idénticamente y puede ser expresada por leyes invariantes. Esto no sucede con la Persona Humana, que encierra en su subjetividad y en su libertad fondos impenetrables e incomprensibles. Además de que cada Persona es tan singular que su más íntimo Ser es único e irrepetible. Estas realidades muestran la dificultad de estudiar al Ser Misterioso que antes mencionamos, es decir a la Persona Humana, instaurando grandes debates entre Filósofos, Teólogos, Juristas, Psicólogos, Etnólogos, Sociólogos cuando han querido construir ciencia sobre la Persona Humana o sobre determinadas dimensiones de ella.

Aunque es cierta la singularidad irrepetible de cada Persona (somos únicos e irrepetibles) es también evidente que digan lo que digan desde las diferentes esferas del conocimiento, lo que sí podemos afirmar es que hay una naturaleza humana, hay una estructura básica y fundamental común a todos los Hombres y Mujeres.

De donde vengan africanos, asiáticos, europeos, americanos, oceánicos, sean de color blanco, negro o amarillo, sean inteligentes o menos inteligentes, sanos o enfermos, provengan de la cultura que provengan, es PERSONA; es decir en lo fundamental, en lo que constituye su última y esencial estructura es igual a cualquier otra.

“¡No hay otro Yo en el mundo! Repite Unamuno ¡No hay otro Yo! Los habrá mayores y menores, mejores y peores, pero no hay otro Yo” (Del sentimiento trágico de la vida, Madrid, 1.931)

 

Dr. Pedro Duarte

Abogado

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