Conviene recordar, que en varios estados de EEUU aún está vigente la pena de muerte, los condenados tienen derecho a solicitar cuatro horas antes de su ejecución, una última cena para satisfacer sus deseos. La única limitación es que el menú no contenga alcohol, los alimentos puedan ser adquiridos a nivel local y no sobrepase el precio de 40 dólares.
Bajo esta premisa, el prestigioso fotógrafo Henry Hargreaves decidió capturar algunas de las cenas elegidas por aquellos que iban a morir.