viernes, abril 26, 2024
PENSAR CON CRITERIOS

Mi brazalete “One Love”

 

Un mundial de sorpresas, de lamentos, de denuncias y sobre todo de violación del derecho de portar mensajes, cualesquiera que sean, en defensa de organizaciones o movimientos sociales, bien a favor de los niños con cáncer o de la población LGBTIQ+; eso ha sido este Qatar 2022.

El magno evento futbolístico comenzó con graves denuncias de corrupción contra el emirato que controla este diminuto país árabe de apenas 11 mil 586 kilómetros de extensión y 2 millones 641 mil 669 habitantes de los cuales solo el 10 por ciento (350 mil) son cataríes, el resto son extranjeros.

Primero, en 2010, compró los votos para convertirse en la sede del mundial 2022 con sobornos a directivos corruptos de la FIFA; pese a ser una nación donde su liga de fútbol solo tiene doce clubes y contaba con escasos estadios, teniendo que construir seis nuevos para poder albergar la copa a la que llegó con un pase automático por ser sede, ya que nunca pudo acceder a uno de los puestos mundialistas de la Confederación Asiática de Fútbol; a este panorama de bajo nivel futbolístico se suman los tres partidos perdidos por el equipo anfitrión en la primera ronda del evento 2-0 ante Ecuador, 2-0 ante los países bajos y 3-1 ante Senegal. En las 22 ediciones de este campeonato mundial ninguna selección anfitriona se había situado en los dos últimos puestos.

Lo siguió el escándalo de matiz humanitario que lo llevó a ser catalogado el mundial de sangre, debido a la muerte de alrededor de 6 mil 500 migrantes en su mayoría provenientes de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka, que llegaron a este país atraídos por su opulencia financiera y la posibilidad de obtener salarios de más de 200 dólares al día, siendo contratados en masa para la construcción de los nuevos estadios, en cuyas labores fueron perdiendo la vida poco a poco miles de ellos a raíz de las mínimas condiciones laborales y al sofocante calor al que fueron expuestos.

Sorpresas muchas: la derrota argentina ante Arabia Saudí que a la postre tuvo que armarse de destreza y valor para no ser eliminada, el pase a octavos de Marruecos, la eliminación de Alemania y Bélgica en primera ronda; llanto mucho, un portero saudí que se jugó la vida en la defensa del balón protagonizando un fortísimo choque contra una de sus compañeros, y que luego de  dos intervenciones quirúrgicas en Alemania, donde llegó trasladado en un jet privado dispuesto por el emir catarí, hoy le da tranquilidad a su selección; Neymar la vedette de la selección verdeamarela también salió lesionado en su tobillo derecho y estuvo en duda, si de llagar Brasil a instancias superiores como las semifinales o la final, sin embargo se recuperó y en el partido de octavos volvió al engramado, además de las sentidas lágrimas de los uruguayos y ecuatorianos al quedar a centímetros de alcanzar su pase a octavos y evitar irse a casa muy temprano.

Pero lo que ha acaparado los grandes titulares del mundo es la pelea cazada que mantuvieron las selecciones de Inglaterra, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Suiza, Gales y Países Bajos, con la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), debido a que sus capitanes se habían planteado utilizar el brazalete «One Love» durante su participación en la justa mundialista Qatar 2022 como muestra de solidaridad con la comunidad LGBTQ+ y para concienciar sobre la injusticia social en general; pelea que resultó a favor de la FIFA al anular bajo amenaza de severas sanciones la manifestación pública en apoyo a la diversidad de género, al anuncian en un comunicado que quien lo usase debería atenerse a consecuencias (multa económica y tarjeta amarilla). Esto hizo que todos dieran marcha atrás, incluso Manuel Neuer, capitán alemán, quien había dicho que lo utilizaría ante Japón su segundo partido.

El compromiso de los ocho capitanes de los equipos europeos de la Copa Mundial de llevar el brazalete OneLove en Qatar tenía un significado especial, debido a la postura de sus países sobre las relaciones entre personas del mismo sexo. Sin embargo, apenas tres horas antes del inicio del Grupo B, las federaciones de Inglaterra, Gales, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Holanda y Suiza emitieron un comunicado conjunto en el que confirmaban que el plan había sido desechado luego de la amenaza de sanción de la FIFA, organismo que basó su exigencia en el artículo que prohíbe manifestaciones de apoyo político a cualquier institución o persona, cuya acción busca mantener su postura de «neutralidad política».

La campaña OneLove fue iniciada por la Federación Neerlandesa de Fútbol en 2020, con el objetivo de expresar un mensaje de unidad y alzar la voz contra toda forma de discriminación.

Países Bajos recibió el apoyo de otras nueve selecciones europeas que se comprometieron a llevar el brazalete OneLove en sus encuentros internacionales de 2022, incluidos los partidos de la UEFA Nations League y de la Copa Mundial de la FIFA.

El brazalete en sí presenta un diseño de corazón con un esquema de arco iris, que, según la Federación Neerlandesa, pretende representar «el orgullo de todos por su herencia, raza, identidad de género y orientación sexual». Un «1» blanco aparece en el centro del corazón, con las palabras «one» y «love» escritas en negro a ambos lados.

Qatar también ha estado en el ojo del huracán al recibir duras críticas desde que fue seleccionado como sede del mundial 2022 debido al historial del país en materia de derechos humanos y a sus leyes sobre cuestiones LGBTQ+, que tipifican como delito la actividad sexual entre personas del mismo sexo.

La homosexualidad es ilegal en Qatar, con castigos que incluyen penas de cárcel de hasta siete años. Los hombres musulmanes que mantienen relaciones sexuales con personas del mismo sexo pueden enfrentarse a la pena de muerte en los tribunales de la Sharia de Qatar.

Human Rights Watch afirmó en octubre de 2022, para reforzar estas violaciones de derechos humanos, que las fuerzas de seguridad de Qatar han detenido arbitrariamente a personas LGBT+ y las han sometido a malos tratos durante su detención, en fecha tan reciente como septiembre de 2022, sin importarles que el mundo los está mirando.

Los derechos humanos no son negociables, y la violación fragante del Gobierno catarí de la libertad de expresión al obstaculizar la defensa de los derechos humanos con la campaña para promover la diversidad, la inclusión y los derechos sociales del colectivo LGBTI+ (Lesbiana, Gay, Bisexual, Transgénero e Intersexo), dejó muy claro que esta premisa no es muy cierta cuando del lado Oriental del mundo se trata.

En protesta ante lo que consideraban la violación de su libertad de expresión, los teutones en el primer partido se fotografiaron antes del juego con la boca tapada con su mano a fin de dejar sentado de que sentían que se vulneraban sus derechos humanos. En el segundo, aún sin respuesta a su exigencia, la ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, durante el partido contra Japón, se sentó en las gradas portando su brazalete en claro desafía hacia las autoridades cataríes y de la FIFA por coartar sus libertades ciudadanas, asegurando en sus redes sociales, que negarles el brazalete es lo mismo que negarles una voz.

La federación alemana presentó un reclamo ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). «La FIFA nos ha prohibido usar un símbolo de diversidad y derechos humanos”, comunicó el portavoz.

Anteriormente, cuando se conoció la noticia de que Alemania no portaría el brazalete, había señalado: «No nos hemos arrodillado ante la FIFA. Entendemos la decepción y la indignación. Fuimos sometidos a un chantaje extremo en el que pensamos que teníamos que tomar esta decisión, aunque no queríamos tomarla”.

«Como federaciones nacionales, no podemos poner a nuestros jugadores en una situación en la que puedan enfrentarse a sanciones deportivas, incluidas las amonestaciones, por lo que hemos pedido a los capitanes que no intenten llevar los brazaletes en los partidos de la Copa Mundial de la FIFA», decía el comunicado.

«Estamos muy frustrados por la decisión de la FIFA, que creemos que no tiene precedentes», continúa el comunicado. «Escribimos a la FIFA en septiembre informando de nuestro deseo de llevar el brazalete One Love para apoyar activamente la inclusión en el fútbol, y no tuvimos respuesta».

Para muchos se está frente a un discurso hipócrita por parte de la FIFA que viene de ser señalado por el escándalo más fuerte en toda su historia del organismo deportivo, al vender el mundial  de 2022 al emirato catarí, encabezado por el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, de cuyo escándalo que involucró a 26 directivos, de los cuales unos están detenidos  y otros en libertad bajo fianza respondiendo al delitos de gestión desleal y sobornos en la compra de votos y lavado de dinero en relación con la elección de las sedes de las Copas del Mundo de 2018 en Rusia y 2022 en Catar. Además, olvidan que en el 2010 en el mundial de Sudáfrica la selección holandesa, usó un distintivo en su camiseta en apoyo a la diversidad y exclusión. Esta claro que son ordenes del país anfitrión de este atropello, considerando que Catar es un país donde se criminaliza la homosexualidad.

El emir lo dijo, le doy la bienvenida al mundo; pero espero que respeten nuestra cultura.

Días antes Nassar al-Khater, director ejecutivo de la Copa Mundial de la FIFA 2022 en Qatar, insistió en que todos los aficionados serían bienvenidos en el torneo, declarando en una rueda de prensa: «Me gustaría asegurar a cualquier aficionado, de cualquier género, orientación (sexual), religión, raza, que tenga la seguridad de que Qatar es uno de los países más seguros del mundo, y todos serán bienvenidos aquí».

Y añadió: «La seguridad de todos los aficionados es de suma importancia para nosotros. El personal de seguridad recibe mucha formación para asegurarse de que las cosas que son culturalmente diferentes se vean en ese marco».

Además de haber comprado la sede es evidente que compraron las reglas y los lineamientos internos de la FIFA.

Para Fernando Niembro, reconocido periodista deportivo de Argentina, es evidente que se está ante una violación de derechos y libertades en Catar.

La FIFA trató como una manera de conciliar con las partes en conflicto durante una reunión sostenida el 19 de noviembre, su propia idea de brazalete, propuesta que no fue aceptada por los representantes de las federaciones europeos. “Eso no era aceptable para nosotros», declaró a la ZDF el presidente de la Federación Alemana de Fútbol, Bernd Neuendorf.

Infantino Gianni presidente de la FIFA no fue muy coherente en su discurso de apertura al referirse que se sienten europeos, americanos, africanos, asiáticos, gay y trabajadores migrantes, porque no deja nada a la imaginación. Haló la cuerda para el lado del emerito de Catar; y de verdad que es muy difícil estar bien con Dios y con el Diablo.

Foto/Tomada de las Redes Sociales

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