ESPECIAL.- La ola migratoria que ha sacudido a Venezuela entera y en particular a la ciudad de Cabimas, estado Zulia; como fenómeno social ha marcado un antes y un después en el entorno familiar de muchos de sus habitantes.
El cabimense siempre se ha caracterizado por ser un amante de la unión familiar, del compartir entre amigos, disfrutar domingos en familia debajo de la sombra de un árbol de mango, compartiendo un sancocho, una parrilla, «unas friítas», un juego de dómino, el equipo de sonido a todo volumen y pláticas amenas.
Todo eso quedó atrás, sólo en los recuerdos que producen nostalgia desde la lejanía.
Hoy muchos de los que regresan se encuentran con una realidad diferente: familiares y amigos que no están físicamente, sin embargo, consiguen ese calor humano que caracteriza al venezolano y por ende al cabimense.
Algunos cabimenses consultados sobre la migración nos cuentan:
Jhonny Yedra, entrenador deportivo de Cabimas: La migración en nuestra ciudad ha dejado mucho dolor y tristeza en padres, hijos, abuelos, hermanos. Tuve la oportunidad de emigrar hacia Colombia hace 6 años, pero regresé a Venezuela para estar al lado de mi esposa e hijos. El migrante se enfrenta a mucho desprecio, a una cultura diferente. No es fácil estar fuera de casa. Muchos sentimientos encontrados nos invaden.
Blanca de la Cruz, habitante de Cabimas: Es una tristeza enorme que con el transcurrir de los años, Cabimas no sea como antes, porque muchos se han marchado a otros países, dejando un vacío enorme en la ciudad. No sabemos si algún día los volverán a ver. Hay despedidas y reencuentros que han sido muy duros, otros no tanto. Ojalá la ciudad vuelva ser como antes y su gente regrese.
Celia Josefina Pineda, habitante del sector Francisco de Miranda de Cabimas: La realidad de muchos migrantes es que tienen que pasar trabajo en otro país, porque acá en Venezuela no tienen oportunidad de salir adelante económicamente. Tanto el que se queda como el que espera el regreso de su familiar experimenta dolor, tristeza, impotencia y frustración por no poder está junto a sus seres más preciados.
Guillermo Nava, habitante de Cabimas: La mayor motivación de los cabimenses a la hora de migrar, sin lugar a dudas es la falta de oportunidades. Es muy triste ver como mucho de nuestros familiares toman sus maletas y se van a otro país, quizás para muchos desconocidos. La realidad es que familias enteras y numerosas se desintegran, quedando en algunos casos con apenas dos o tres miembros. Esa es la realidad de las familias cabimenses en la actualidad.