Mijaín López hace historia y Cuba comienza la remontada
El eterno abanderado de la isla se convirtió este lunes en el máximo ganador histórico de la lucha grecorromana y en el más dorado de todos los atletas cubanos, y su triunfo fue el punto de inflexión de una jornada en la que su país comenzó a recortar distancias en el medallero, luego de un comienzo lento.
Cuando Mijaín López y Yaime Pérez desfilaron en el estadio Olímpico de Tokio como abanderados en la ceremonia inaugural, Cuba sabía que enfrentaba una justa cuesta arriba, con su tercera delegación más pequeña de los últimos 60 años (69 atletas), sin deportes de conjunto y con pocas opciones en bastiones fundamentales como judo o atletismo.
Pero quiso el azar que el mismo día que ellos dos subieron al podio fuera el más productivo para la isla, que aspira a finalizar entre los 20 primeros del medallero, y este lunes ancló en esa franja.
La jornada incluyó dos medallas de oro en la lucha: la de López y la sorpresa de Luis Alberto Orta en los 60 kgs; las platas del ex campeón olímpico Leuris Pupo en el tiro y de Juan Miguel Echeverría en el salto largo y los bronces de Maykel Masso (también en salto largo) y Yaimé Pérez en el lanzamiento de disco.
Cuba venía de ceder terreno en un deporte tradicionalmente muy productivo, el judo. Acababa de vivir en Budapest su primer Mundial sin medallas en 35 años. De modo que se esperaba poco de este deporte en estos Juegos Olímpicos. Sin embargo, Idalys Ortiz logró colgarse su cuarta medalla olímpica consecutiva, una plata en los más de 78 kgs y, junto al bronce del bicampeón mundial Rafael Alba en los más de 80 kgs del taekwondo, pudo evitar que la primera semana de competencia se fuera en blanco.
En el panteón de los inmortales
Las dos preseas de Cuba en la lucha llegaron en circunstancias muy diferentes. Mijaín López era el gran favorito de los 130 kgs, mientras que con Luis Alberto Orta nadie contaba.
El primero es cinco veces campeón del mundo. Solo un hombre, el turco Riza Kayaalp, lo ha derrotado en los últimos 10 años, y él fue precisamente su último obstáculo camino al podio. Lo superó en semifinales y así aseguró una final con enorme ventaja sobre el georgiano Iakobi Kajaia.
Con su corona de este lunes, Mijaín López rompió el empate que mantenía con otros seis luchadores, entre ellos el mítico ruso Alexander Karelin, como los mayores ganadores de oro en el estilo grecorromano de los Juegos Olímpicos, un panteón que ahora comanda en solitario y del que difícilmente pueda ser desalojado.
Además se convierte en el máximo ganador de oros individuales del deporte cubano, cuatro en total, rompiendo un empate con los tres grandes héroes olímpicos de la isla, los boxeadores Teófilo Stevenson y Félix Savón, y el esgrimista Ramón Fonst, que también tiene un título por equipos.
Orta, en cambio, no partía con proyecciones muy auspiciosas. Le tocó enfrentar en cuartos de final al subcampeón mundial de 2019, Sergey Emelin del Comité Olímpico Ruso, y fue capaz de revertir una ventaja de 0-3 para avanzar. En semifinales se topó con otro medallista de plata mundial, el moldavo Victor Ciobanu y a él lo liquidó por superioridad técnica. En la final, su rival fue el doble campeón del orbe, el japonés Kenichiro Fumita, a quien superó por puntos 5-1.
Las dos caras de la moneda
Como suele ocurrir, Cuba basa sus expectativas olímpicas en deportes de combate y todavía es mucho lo que se espera sobre la colchoneta, donde está por entrar en acción el campeón de los 59 kgs en Río 2016 Ismael Borrero y en el boxeo, donde solo uno de sus atletas, el súperpesado Dainier Pero, ha quedado eliminado.
El ex campeón mundial del peso gallo, Lázaro Álvarez, ya aseguró como mínimo una medalla de bronce, con su clasificación a semifinales, al igual que el campeón defensor de los 91 kgs, Julio La Cruz.
Mientras tanto, el medallista dorado de Londres 2012, Roniel Iglesias, tiene al menos plata, pues se encuentra en la final del peso welter, lo mismo que el campeón mediano de Río 2016 Arlen López, que peleará por el título de los semipesados.
En cambio, la otra caja registradora de la medallería cubana, el atletismo, no ha facturado de acuerdo con las expectativas. Se esperaba más de Yaime Pérez, que terminó colgándose el bronce del lanzamiento de disco y Juan Miguel Echevarría tenía la mejor marca personal de los competidores del salto largo (8,92 m con viento a favor en La Habana) y la segunda con viento legal (8,68 m), pero no pudo pasar de un 8,41 que lo relegó a la plata, afectado por una lesión que se produjo en plena competencia. El otro cubano del salto largo, Maykel Massó, fue, por el contrario, un visitante inesperado para el podio.
Fuera del 4×400 femenino, que ganó oro en el Mundial de Relevos de Silesia este mismo año, son pocas las expectativas de podio que quedan para el atletismo. La gran figura del salto triple, el ex campeón mundial sub20 y de los Juegos Olímpicos de la Juventud, Jordán Díaz, decidió abandonar la selección en julio, al cabo de una competencia en Castellón, España.
Aun así, todo parece indicar que, con su pequeña delegación, la isla está encaminada a cumplir su pronóstico.
POR: FRANCE24
