viernes, mayo 3, 2024
OPINIÓN

POR QUIEN MÁS PUEDA…Y ME LUCE QUE ES ROSALES

POR: ENRIQUE OCHOA ANTICH

Sí, yo también voto por quien más pueda.

Por quien más pueda dos cosas:

  1. Ganarle a Maduro y al proyecto de partido-Estado que él y sus copartidarios impulsan, pues creo que restringe la democracia e impide el progreso económico y social de la nación.

Y   2. Llevar adelante el cambio posible que los venezolanos pedimos a gritos, sin persecuciones, pactando con quienes serán desplazados del gobierno para compartir con ellos el poder.

A pesar de los errores, de las mezquindades y de los personalismos, todavía se puede. A pesar de los radicalismos infecundos que no llevan a ninguna parte, todavía podemos. Sólo tenemos que votar masivamente, concentrar el voto en el candidato que se encuentre mejor posicionado en el fervor popular, y defender el voto, todos, mesa por mesa.

Tal vez no es lo que muchos desean pero es lo posible. Hubo quienes lo comprendimos desde siempre. 100 es mejor que 50 pero 50 es mejor que 0.

Clamamos durante años por una 3.ª referencia que tomara distancia de los dos extremismos, ambos rabiosos e inútiles: Ni gobierno ni oposición sino todo lo contrario exclamábamos, pero nuestra voz se perdió en el desierto. Mis compatriotas se dejaron hechizar por el aventurerismo y por el espejismo del todo o nada, por la falsa ilusión de otra salida ya, y por la promesa engañosa de un «hasta el final» improbable, más espejismo que otra cosa.

Propusimos al liderazgo opositor sin exclusiones que no claudicara en su rol dirigente y que en vez de dejarse llevar por el instinto primario que se aloja en el corazón y en otras vísceras, se usase la principal cualidad de una vanguardia: la razón, el cerebro, la estrategia. Que ejerciendo ese rol de liderazgo se buscase el nombre del venezolano que más nos uniese a todos. Pero no se nos escuchó.

Sugerimos que, como en todas las transiciones democráticas pacíficas exitosas que en el mundo han sido, se escogiese como candidato a quien pudiese encontrar la aquiescencia de quienes iban a ser desplazados del gobierno pero no del poder. Entonces se nos anatemizó como colaboracionistas, tarifados del régimen,  artrópodos arácnidos de la especie de los escorpiones. Los nazis calificaban a los judíos de ratas, piojos, cucarachas, zorros, buitres. Fidel a sus opositores de gusanos. ¡Ah, las malas compañías! En fin, nada nuevo bajo el sol.

Anticipándonos al pantano adonde nos arrastraba el maximalismo y la irresponsabilidad de unos pocos, abogamos porque se facturase un consenso que aglutinara a la mayor parte de la sociedad democrática, política, civil y militar. Se nos miró con indiferencia y algunos implicados prefirieron pedir un favor antes que pelear a descubierto por sus convicciones.

Ahora, con innúmeras y disgregantes candidaturas (cinco de ellas presentables), la oposición se pierde en su laberinto, como el Bolívar del Gabo. En Miraflores se frotan las manos.

Tal vez me equivoque (y me hará feliz el error), pero no veo ya margen para esa rutilante magia de la política que le es inherente a todos los fenómenos electorales. Lo que se requiere es fuerza y experticia, maña, destreza, organización y recursos, gente y votos para disputar este duelo de julio con probabilidad de victoria. La pregunta que nos debemos hacer es pedestre pero práctica: más allá de mis pareceres personales, ¿quién tiene más opción de ganar este 28J?

Lo he dicho y lo repito: ese nombre parece ser el de Manuel Rosales. ¿Tienen otro? Preséntenlo e inscríbanlo, pero, por favor, que no sea otra improvisación de última hora para sólo salir del paso.

¿Por qué no Manuel Rosales? Es la otra pregunta que hay que hacerse. Derrotó al más poderoso Chávez tres veces en el Zulia (que es vasto y denso como un país). Capitaneó la victoria del referendo 2007. Fue por ello perseguido, empujado al exilio, expropiado y encarcelado. En 2021 volvió a ganar los comicios en su estado, siendo el gobernador más votado de todo el país con 55% de los votos. Dicho sea de paso: …como candidato de la PUD. ¿Lo olvidaron? ¡Es uno de ustedes! Más allá de mi gusto, apoyó a Machado y le ofreció su tarjeta. Aunque nunca requirió sanciones ni promovió invasiones, fue solidario con las decisiones tomadas en el seno de la unidad, lo que en su momento le reclamé. ¿A cuenta de qué y sobre todo para qué está orgía de injurias y denuestos?

Yo no pertenezco ni he de pertenecer a la PUD. ¿Pero cómo negar mi concurso? ¡Imposible! Mi conciencia no me lo perdonaría. Si hay la posibilidad real de un cambio en paz, nadie debería regatear su participación entusiasta.

¿Resulta aceptable que algunos partidos (por cierto, prácticamente inexistentes) bloqueen una decisión en la que se le va la vida a la nación? ¿Puede una rutina reglamentaria valer más que el bienestar de todo un pueblo? Al futuro de la patria no le interesa si son seis o siete u ocho (de diez) los votos para dirimir esta disputa en el seno de la PUD… ¡Tomen una decisión, por el amor de Dios!

Hay un país que está dispuesto a confiar de nuevo. Ojalá no se le defraude.

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