miércoles, mayo 1, 2024
PENSAR CON CRITERIOS

Síndrome de Autismo Opositor Criollo

Todos sabemos muy bien de qué se trata el diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista, tanto que hoy por hoy se ha convertido en cotidiano que una significativa cantidad de niños, jóvenes y adultos lo padezcan, bien sea por factores descocidos, efectos de la pandemia por COVID 19 o por la contaminación del planeta. Lo cierto es que los casos de personas con este síndrome están en aumento, y ya no son casos aislados.

Sin embargo, no me referiré a esta preocupante situación, solo que metafóricamente hablando he visualizado en la oposición venezolana un trastorno algo parecido, tanto que me atrevo a ponerle nombre: Síndrome de Autismo Opositor Criollo.

Pareciera que los seudolíderes opositores no socializan con su entorno, viven en un mundo propio sin poder conectar con el pueblo que los sigue viendo como líderes asociales, en otro mundo, con mirada perdida y conductas repetitivas.

No puede ser que, a estas alturas del juego, no haya valido la tarea impuesta para que se aprendan la lección, creo que por el camino que van no van a aprender a pronunciar una palabra coherente en mucho tiempo, y además seguirán mirando hacia los lados sin ni siquiera sentir los abrazos de afecto de sus seguidores.

Lo peor es que las necesidades del pueblo venezolano, entre las que incluyo su libertad, lejos de provocar un chispazo en sus cerebros, los mantienen ilusionados de que solo con intenciones se preña.

El manual del Régimen vuelve a ser igual: presiones, amenazas, decisiones judiciales de inhabilitaciones a los supuestos candidatos, aumento de bonos para el pueblo, teorías conspirativas de secretas alianzas que ellos mismos echan a andar a través de las redes sociales sobre candidatos pagados por el chavismo, payasadas públicas, burlas matizadas con sonrisas siniestras; todo televisado, publicado y escuchado desde los medios de comunicación social aliados y no aliados con el régimen chavista, con la intención de apaciguar la intención de voto de los venezolanos. Que teman salir a votar o que sencillamente no deseen acudir a las urnas, es el objetivo del oficialismo. Promover una abstención que favorece su estadía en el poder siguiendo el libreto castrocomunista, tal como ha sucedido en las dos últimas décadas.

Mientras tanto el autismo opositor se enquista en los líderes ingenuos del noble pueblo de Bolívar, que creen estar haciendo oposición. Las secuelas de este síndrome los lleva a aletear sonrientes sus manos en señal de que en su mundo todo es color rosa, solo porque están llevando adelante a pesar de las acciones desmedidas del Régimen, unas elecciones primarias.

Sin embargo, el panorama es otro, la miseria no se detiene, el engaño, la injusticia y el juego de poder es el “mazo” con que se imparte justicia y se recibe bienestar social en este país.

Se viene el proceso electoral de las primarias para lograr una supuesta unidad hacia una candidatura que aglutine intenciones de voto el año próximo, proceso que vuelve a ilusionar el corazón de millones de venezolanos que quieren la salida de este nefasto régimen. Este sería la cereza en el pastel en la solución de esta crisis política, social y económica por la que atraviesa Venezuela; pero es que la cosa no es tan fácil, primero tiene que haber garantías constitucionales en el país, que no las hay; tiene que haber voluntad de transparencia desde el Madurismo o Cabellismo como lo deseen llamar, porque la verdad ya no sé ni quién es quién. Entre otras cosas un Consejo Nacional Electoral sin idealismos políticos ni intereses personales, y por supuesto lejos del dedo rojo rojito. Sin contar que tiene que haber garantías para el voto en el extranjero, veedores internacionales, y sobre todo respeto a la norma comicial; sin ventajismo oficialista, con respeto al elector y a su voto, sin presión, ofreciendo un proceso electoral libre y transparente.

Y es en eso que tiene que estar trabajando la oposición, porque todos sabemos que si se nos da la oportunidad de votar libremente como corresponde en un régimen democrático el resultado será el fin de este régimen autoritario, criminal y violador de todo derecho humano.

Al contrario, vemos a María Corina Machado, favorita para ganar las primarias previstas para este mes de octubre, obcecada por aglutinar voluntades a su favor sin propuesta solo creyendo en las dudosas cifras de las encuestas y con un discurso poco conciliador desde adentro, por otro Benjamín Rausseo queriendo gastar en vano más dinero del que gastó en la campaña pasada y siendo ya calificado como otro judas u otro Henri Falcón de la política, un Capriles que no entiende que su momento fue aniquilado el día que permitió que el ánimo del pueblo se desvaneciera entre las teorías conspirativas de que había entregado las elecciones.

Sí creo que debe haber un candidato único, pero un candidato único de verdad, indistintamente de su nombre, pero con una estrategia de triunfo clara, organizada, entendida por los electores, junto a una propuesta de gobierno creíble a corto plazo, dejando para un futuro inmediato las promesas rancias de que se dolarizará el país, se aumentará el salario y tantas otras que creen, son las que movilizan masas.

Cuál sería la estrategia: no enfrentar al pueblo opositor, que es la mayoría, antes de ir a las elecciones presidenciales. Con esta larga campaña que han emprendido los candidatos por la unidad están recreando un ambiente del que ya los venezolanos estamos cansados. Sacándose cada uno los trapitos al sol, dividiendo al pueblo. No recuerdan que cuando Hugo Chávez salió de la cárcel cuatro años antes de las elecciones presidenciales que lo llevaron al poder, se dedicó a presentar su propuesta electoral por todo el país, y poco a poco sin hablar de presidencias ni hasta de gabinetes, como lo están haciendo nuestros autistas opositores. Chávez solo buscó convencer y ganó. El pueblo necesita conexión y eso no se logra dividiendo. El pueblo necesita verdad no promesas, paz no conflicto ni incertidumbre.

La propuesta tiene que ser una: sacar al régimen actual para comenzar una nueva visión de gobernanza, basada en respeto a los derechos humanos, a la propiedad privada y a las leyes. Trabajar empezando desde cero, porque ya el aparato productivo del país está en medio de un caos a la espera de que se tiendan los puentes que los conduzcan a luz al final del túnel.

El mensaje es levantarnos todos tomados de la mano y trabajar duro, con la participación de capital nacional y extranjero, desarrollar las bondades del país y comenzar a restructurar a profundidad la prestación de servicios en el país.

Un país en el que sus comunidades reciben un deficiente servicio de agua potable, donde hay cortes eléctricos dañando los pocos electrodomésticos con los que cuentan sus pobladores, y para colmo la movilidad es casi nula por la falta de gasolina; es un pueblo agobiado, extenuado, que no tiene esperanzas; hacia allá lo han llevado. Queda de parte de estos “simplones líderes” de la política opositora nacional, que viven en su mundo de Narnia, despertar a ese pueblo con un mensaje de unidad verdadera, lograr activar una fuerza social indetenible con ellos en primera línea, de lo contrario la vida seguirá cumpliendo sus propósitos al colocar lecciones más difíciles al pueblo venezolano hasta lograr que aprendamos a reconocer que una sociedad fuerte y grande no la materializa un líder bravucón ni un líder bobalicón, sino un pueblo esperanzado y trabajando unido por su bienestar.

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