PENSAR CON CRITERIOS

Venezolanos que no se resbalan en lo mojado

El ingenio del venezolano no tiene parangón. En estos tiempos de crisis es simplemente resolver sus necesidades a punta de imaginación e inteligencia.

No importa si hay o no gasolina para poder trasladarse a realizar compras o dirigirse hacia sus trabajos y centros de estudios, si hay fallas eléctricas o si el dinero no alcanza; algo hay que hacer, y para eso están pintados los venezolanos.

En Venezuela, durante décadas, se ha privilegiado el uso de los automóviles, sin embargo, la grave crisis que atraviesa el país a aumentado el uso de transporte público como autobuses y busetas, que lucen a diario colapsados de usuarios, pero ante la escasez de combustible también ha promovido el uso de otras alternativas para desplazarse.

En Maracaibo Augusto Pradelli fabricó un auto que se desplaza a través de la energía solar; en Táchira Fidel Ontiveros procesa gasolina con desechos plásticos; y Neycareth Paz en Caracas le adaptó a su bicicleta un sistema eléctrico que le permite recorrer largas distancias en pocos minutos sin depender de la gasolina.

En el caso de Pradelli, quien utiliza su experiencia en motores por ser un antiguo corredor de autos en su amada ciudad de Maracaibo, ya no se trata solo de reutilizar carros viejos para trasportar cargas pesadas, ahora abre la opción de distribuir y vender mercancía por las calles sin necesidad de mendigar el dorado tanqueo de gasolina.

El expiloto de autos de carrera, primero empezó utilizando baterías de ácido plomo de 6 voltios adaptados a dos carritos golf para recorrer entre 60 y 100 kilómetros a una velocidad de 40 kilómetros por hora, sin embargo se le vino encima el problema eléctrico y los constantes apagones que hicieron mella en su invento, pero a la vez le encendió la luz de su ingenio para ver una oportunidad en las altas temperaturas que se registran en la capital zuliana, para idear una nueva movilidad vehicular usando paneles solares.

Su habilidad no se quedaba en colocar paneles solares encima de un auto y echarlo a andar, sino que esa opción le abriría las puertas a poder desarrollar actividades comerciales como la repartición de comida u otros productos a domicilio.

Ahora sus dos autos identificados como marca con el nombre de Catatumbo se mezclan entre el poco tráfico que queda en Maracaibo por las avenidas de la ciudad. Su idea es utilizar la luz diurna y el calor del extenuante sol marabino para solucionar un problema que tiene a muchos de cabeza.

Pradelli sigue avanzando en sus estudios para encontrar otras alternativas de circulación o movilidad vehicular ante la grave crisis escasez de gasolina que existe en el país.

Por su parte la caraqueña Neycareth Paz, una ingeniero civil, a quien el dinero no le alcanzaba para comprar una motocicleta y así poder dirigirse a tiempo desde donde trabaja hasta el instituto donde estudia la carrera de Gerencia, se las ingenió para diseñar una bicicleta eléctrica, aunque también la motivaba la falta de combustible en el país.

En una Caracas de tránsito pesado, ella se mueve veloz entre los autos orgullosa de su invento.

Asimismo, paz pone en el tapete la necesidad que tienen los conductores de invertir mucho tiempo en las colas para comprar gasolina ante la aguda escasez del combustible que pone las cosas más difíciles.

«Si tienes un medio de transporte que utilice gasolina, necesitas tiempo para hacer las colas para surtir de gasolina y yo no lo tenía. Y tampoco tengo tiempo de estar en transporte público, porque yo tengo que trabajar a las 7 de la mañana y llegar a casa de estudiar a las 9 de la noche», explica Paz, de 28 años, durante una entrevista publicada en las redes sociales y realizada por La Voz de América.

Lo ingenioso de la idea de Paz, es que ella no era una experta en este tipo de tareas, sino que la necesidad la llevó a capacitarse a través de tutoriales que se encuentran en la plataforma de Youtube, y así lograr instalar un sistema eléctrico a su bicicleta, con ayuda de su mecánico. Comprar una bicicleta eléctrica era imposible para ella por lo costoso de este vehículo de transporte, que tampoco tienen la fuerza y la velocidad para subir la pendiente que la conduce al trabajo y a la universidad. La bicicleta que creó alcanza los 70 kilómetros por hora, y para ella es un alivio saber también que si se queda varada durante sus recorridos puede resolver ella sola el problema porque está familiarizada con su bicicleta. Los cortes eléctricos o apagones no le causan mucho problema, porque la carga de su bicicleta se puede mantener por dos días continuos.

Y así llegamos en el otro extremo del país a Fidel Ontiveros, de 47 años de edad, quien encontró una oportunidad de crear bienestar para él y sus vecinos ante la grave crisis que atraviesa el país debido a la escasez de gasolina, elaborando combustible con desechos plásticos.

Ontiveros que a lo largo de su vida ha sido soldador, mecánico y electricista puso su ingenio a la orden de la comunidad al comenzar a investigar, estudiar y ejecutar distintas alternativas para producir gasolina hasta lograr obtener el hidrocarburo luego de varios intentos fallidos.

En su casa, ubicada en El Valle, municipio Capacho Nuevo del estado Táchira, Fidel convierte un kilo de plástico en un litro de combustible que tras otro proceso, puede procesar gasolina, diésel, kerosene, grasa automotriz pesada y liviana.

“Me metí a inventar hasta que fui dando con el chiste, logré cumplir la meta después de varios ensayos y errores (…) empecé a recoger plástico, reciclar, meterme en la pirolisis, hice un reactor y así fue, hice la gasolina para mi moto y ahora la ofrezco a mis vecinos”, recordó Fidel en una entrevista exclusiva ofrecida a El Diario, y que circula por las plataformas de internet.

En ingenioso Fidel primero probó con hidrógeno, luego con un gasificador a base de leña, siguió investigando hasta intentarlo con plástico con un proceso llamado pirolisis, el cual se encarga de descomponer térmicamente sustancias cuando estas se calientan a temperaturas elevadas. Fidel asegura que no se trata de algo que él haya inventado, pero sí se considera la única persona en el país en ejecutarlo. El trabajo fue paciente, primero sacaba 250 mililitros de combustible, luego producía medio litro y en la actualidad obtiene hasta tres litros. De hecho, tiene un proyecto previsto con el cual pretende producir 30 litros en cada ciclo, indicando que puede realizar un ciclo cada 4 horas.

Fidel no solo resolvió un problema puntual, sino que le permite evitar la contaminación y ayudar al planeta. El reactor que elaboró para la pirolisis está fabricado con extintores, tuberías, soldadura, hierro y capacitores.

“A mí me parece una gran idea porque una botella de plástico puede tardar hasta 400 años en degradarse según estudios y yo lo desaparezco del mapa en cuatro horas más o menos”, contó Fidel.

Para aligerar y facilitar el proceso puso a volar su imaginación al construir además del reactor una picadora con un motor de lavadora, una tina y una hojilla de guadaña para cortar las botellas en trozos pequeños.

Fidel Ontiveros quisiera contar con apoyo financiero de empresas públicas o privadas y así masificar su idea, aunque ya su ingenioso aparato ha acaparado la atención en otros países como Ecuador y Colombia, en este último ya tienen una muestra del combustible que se saca con su máquina.

Lo que si está claro es que el venezolano se come las maduras con alegría, pero cuando le tocan las verdes no se amilana y es cuando pone a prueba su ingenio, por lo que podría decir que el venezolano no se resbalan en lo seco ni tampoco en lo mojado.

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