viernes, abril 26, 2024
PENSAR CON CRITERIOS

Venganza, despecho o facturación

 

Atrás quedó el escándalo de la separación del nobel Mario Vargas Llosa de la socialité Isabel Preysler, la dudosa corona de la belleza universal a Miss USA, el inicio del Sudamericano de fútbol Sub 20 que se realiza en Colombia y donde se disputan cupos al mundial de Indonesia o el fracaso de las conversaciones de paz en Colombia, que vuelven a Caracas sin la esperanza de un cese definitivo al conflicto entre los grupos irregulares y el Gobierno de Gustavo Petro; todo absolutamente todo, fue relegado a un segundo plano por la misión Gedeón que lanzó la colombiana Shakira al espacio cibernauta para vengarse de su ex, para sacarse el despecho o para facturar millones de dólares que le permitan hacer frente a las demandas que enfrenta ante el fisco español.

Mucho se dice de esta “salpicada” defensiva de ira de Shakira, mucho se ve, mucho se aplaude y se detracta de esta iniciativa de colaboración que la cantante realizó con el argentino Bizarrap, luego de su abrupto rompimiento de una relación de 12 años con el futbolista catalán Gerard Piqué, y de la que quedaron dos hijos; mientras el tema-venganza navega a placer por las redes sociales alcanzando  más de 54.3 millones de visitas en las primeras 24 horas, y más de 160 millones de visualizaciones hasta la hora que escribí este artículo. Aunque no sea su éxito más resaltante, pues con el Waka Waka logró 785 millones de visitas solo en You Tube, y su actuación con Jenifer López en la NFL, obtuvo 260 millones de visitas.

La interpretación, a pie descalzo en la Session 53 con Bizarrap, bate un récord difícil de superar, al menos, hasta que Shakira tenga otro despecho de esta magnitud. La bulla manifiesta luego del lanzamiento del tema solo demuestra, que, en este caso, la diferencia con otras canciones motivados por desamores y traiciones es que da señales directas del traidor. Es una composición producto de una traición y como tal duele y hiere como una daga hundida en el corazón. Arde y mucho, ya que la traición es uno de los pecados que más duele al ser humano, por eso esta venganza alcanza no solo al universo musical sino a todo el mundo, convirtiéndola en un himno al despecho femenino.

Lo de menos es buscar culpables en esa relación rota, la clave es la traición y la manera como se le contesta al traidor. Shakira fue muy directa desnudando su rabia sin espaviento. Bueno el parte de agua entre si la respuesta fue elegante o si debió lavar los trapos sucios en casa, queda en la elección de cada uno a la hora de inclinar esa balanza.

En la nueva canción, que suma ya tres dirigida a Piqué y su relación con María Chía, no solo salpicaron a la nueva pareja, hasta los padres del futbolista llevaron lo suyo. Parece que la idea era atacar por todos los flancos y arrojar a un lodazal a Piqué y a su Clara Chía, sin que pudieran aflorar jamás.

De si las mujeres no lloran, sino que facturan, es algo para diferir, todos saben que sí lloran, pero los hombres también lloriquean, y mucho. La música que es arte nace precisamente de la frustración, de la derrota, del llanto, y para mí, esa canción no es arte como la de muchos otros artistas que han hecho lo mismo, porque se olvidará con el pasar del tiempo como se olvido las noches oscuras de Shakira esperando que saliera el sol tras su ruptura con Antonio De la Rúa, su pareja anterior a Piqué y de la que mucho se habló, se demandó y se especuló, y que hoy es historia. No olvidemos que el arte es eterno, y este no creo que aguante mucho en la órbita musical, aunque ahora sea un himno de guerra de las despechadas. “I Wil Survive” (Sobreviviré) de Gloria Gaynor, es un ejemplo de la reivindicación de las mujeres que superan las traiciones de su pareja, y que demostró como se habla elegantemente del ex sin caer en la vulgaridad, contrariamente haciendo arte perdurable.

El tema trajo además de millonarias visitas, plagios y posibles demandas; pero nada detiene a la barranquillera, pues asegura que su canción es solo una catarsis ante el dolor que le causó su separación, como si ya con su Monotonía y Te Felicito no hubiese tenido bastante.

Nadie está obligado a querer a nadie, y Shakira se muestra como una diosa a la que nadie puede dejar de amar por el simple hecho de tener la categoría de una loba, un Ferrari o un Rolex; quiere decir entonces que nadie ante alguien con esas cualidades artísticas de Shakira puede permitirse el lujo de dejarla de querer. Sin contar que denigra a la persona de la que Piqué se enamoró, colocándola por debajo de ella y calificándola de mala persona. Clara-mente debió sanar primero, así puede que contraria a la colaboración de Bizarrap hubiese hecho un dúo con la venezolana Lila Morillo, quien drenó su despecho en una jaula de oro:

Esa jaula de oro

Que compraste para mí:

No alcanzó la altura

De mi personalidad,

 

Ni de mi estatura,

¡Tú te equivocaste!

 

Esa jaula de oro

Que compraste para mí,

Me quedó pequeña,

No soy ave para ti

 

¡Yo soy de otra clase!

Hoy lo comprendí.

 

O con su compatriota Arelys Henao la Reina del despecho, que como toda una soberana de la madre de las tusas dice:

Yo soy la reina la que le hace canciones

A los que sufren como yo por un amor

Aunque he llorado en miles ocasiones

Pues me han pagado como a todos con traiciones

Pero cantando he curado mi dolor.

 

Para quién es un secreto que Bizarrap está acostumbrado a pescar en río revuelto, ya lo hizo antes con la tusa que traía René Pérez el Residente contra J Balvi porque no era nominado a los Grammy como el rapero colombiano, creyendo que con eso opacaría la carrera del paisa; ahora Shakira arremete contra marcas como Casio y Renault, como si ellos fuesen los culpables de su despecho. Las marcas tomaron las ruines comparaciones a su favor, por lo que ante la «salpicada» cayeron hacia adelante, y ahora podemos ver respuestas empresarias como la de Casio, que publicó en sus redes, que de lo que sí estaban seguros era de que su batería era más duradera que la relación de Shakira y Piqué, y que podía que no fuesen un Rolex, pero sus clientes les eran fieles. Por su parte la Renault reactivó su modelo twingo, que estaba casi fuera del mercado.

Pero, porque siempre hay un pero, no veo con buenos ojos esa venganza, que para mí, es un absurdo y carece de valentía, ética y arte. Shakira está emulando la vida del imponente águila, que, para renovar sus plumas, uñas y pico, tan necesarios para su supervivencia depredadora, tiene que destrozarlos a golpes contra las rocas, para renovarlas, y así mantenerse con vida muchos años más. La artista colombiana destroza la estabilidad emocional de sus hijos y un camino humilde hacia la sanación de su corazón, picoteando con fuerza la cabeza de Piqué y Clara Chía, creyendo que con ello volverá a volar renovada hacia un nuevo nicho.

Para mí, como mujer, esas aptitudes tan bizarras no me representan, porque la dignidad humana se basa en la humildad, y presentarse como la víctima no es nada humilde ni sano.

En general este festín cibernético de venganza o despecho crudo tiene facturando a Shakira, y aunque se vea que hay una herida abierta, la moderna Paquita decidió, no lamerla para sanar sino lanzar misiles a carne viva, contra Piqué y su nueva pareja.

Admiro a Shakira como artista, por ser un artífice del arte de componer y cantar realidades y sentimientos de una forma agradable; pero no podía quedarme ciega, sorda y muda ante este sentido de la oportunidad, que ha jugado un papel transcendental en la decisión de Shakira de realizar este tema. Ojalá que después del vómito de ira contra su ex o de su catarsis, pueda comenzar a sanar el despecho provocado por el retiro de Piqué, no solo del Barcelona sino de su vida, para ser fichado por los brazos de una jovencita con la mitad de años de vida que los de ella; y que, así se sienta una mujer empoderada, que le queda grande a cualquiera, acepte que está fuera de las canchas del catalán. Dicen que el que acepta deja de sufrir.

Foto/ Capture.

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