lunes, abril 29, 2024
IA

IA: el gran desafío para el periodismo

Se cree que con el ritmo al que la IA se entrelaza con el quehacer humano, no cabe duda de que no terminará pronto, seguirá avanzando cada vez más perfecta, augurando un futuro con una sociedad que respirará y prosperará solo a través de la inteligencia artificial.

Especial. – Al ejercicio del periodismo los desafíos le sobran, y lo pernicioso es que llegan disfrazados de herramientas novedosas que prometen agilizar el procesamiento de la información, pero amenazan con la posibilidad de sustituir el rol de los creadores de contenido. Ahora el gran reto para los periodistas es el uso adecuado de la Inteligencia Artificial (IA), además de preservar su rol de comunicadores ante la humanización de las máquinas.

Hoy en Venezuela los comunicadores sociales celebran su día, y la fecha es propicia para recordarles la urgencia de estar alerta ante el avance vertiginoso en máquinas que llegan con la firme intención de jugar a ser humanos, y que es a lo que se enfrentan el mundo y el periodismo, este último obligado a salirle al paso como artífice de cambios sociales, transformador de cultura y gestor de justicia.

La IA está constituida por máquinas que se acercan peligrosamente a la capacidad humana de aprender. La IA es un aliado de cuidado para el periodismo, desde el punto de vista de su impacto en la generación de información programada, robótica, sin humanidad, a base de los avances técnicos de las empresas de desarrolladores de interfaz, creadores de los asombrosos ChatGPT, Dall-E, Discor, Perplecity o Midjourney, entre otros.

El tema de la IA no es nuevo, lo que sí lo es, es la aparición de herramientas generativas fáciles de usar por millones de personas a partir de una oración (prompt), por ejemplo: con solo una pregunta ¿Me puedes redactar una síntesis de la novela Cien Años de Soledad del novel Gabriel García Márquez? Claro que sí, contesta de inmediato a través de un chat una máquina que en cuestión de segundos recopila toda la información del universo cibernético, para entregarte un texto muy claro y redactado bastante bien.

La IA se ha ido incorporando a más procesos en las salas de redacción. Todo indica que, si bien es cierto que mucha gente está fascinada para bien o para mal con esto de la IA generativa, ya se ve la punta del iceberg, el comienzo de toda esta nueva revolución cibernética, que seguramente unos años después será obsoleta y contaremos con sistemas más sofisticados y con mayor similitud humana.

Se cree que con el ritmo al que la IA se entrelaza con el quehacer humano, no cabe duda de que no terminará pronto, seguirá avanzando cada vez más perfecta, augurando un futuro con una sociedad que respirará y prosperará solo a través de la inteligencia artificial. Los expertos creen que las aplicaciones especializadas de Inteligencia Artificial serán cada vez más comunes y útiles para 2030, mejorando las economías y la calidad de vida.

Pero ¿Qué queda para el periodista presionado desde las salas de redacción con la inmediatez y la precisión en sus notas, para ir a la par con la nueva realidad digital? ¿Se tomará el tiempo para verificar la información que recibe? ¿Perderá su capacidad de análisis y creatividad a la hora de presentar sus contenidos? Solo el tiempo dará esa respuesta. Un tiempo que no es muy lejano, ya que los avances tecnológicos tienen una característica particular: marchan contrarreloj.

Explicaba Pablo Martín Fernández, director ejecutivo de Chequeado y docente de la Universidad de Buenos Aires, durante una clase magistral dictada por la Fundación Gabo de Colombia, que la Inteligencia Artificial como nueva herramienta generativa, baja mucho la barrera de entrada, porque es muy simple al usarse. “Antes se contrataba un desarrollador, una empresa para realizar este tipo de tareas, ahora estamos mediando a través de un tipo de interfaz conversacional, por ejemplo, el ChatGPT de la empresa OpenIA, fácil de usar y que ya salió funcionando en español”.

La IA generativa nos saca algo a priori, de la nada, como un mago de su sombrero: una herramienta que ha evolucionado en los últimos dos años: el ChatGPT.

 


ChatGPT es un sistema de chat desarrollado por la empresa OpenAI que utiliza el modelo de lenguaje GPT-3 para generar texto y comunicarse con los usuarios. El procesamiento del lenguaje natural (PLN) es el área de la inteligencia artificial que se ocupa de desarrollar mecanismos que permitan la comunicación entre personas y máquinas, y, en este campo, el modelo GPT-3 es uno de los más avanzados.


 

Por qué nos interesa ahora

La Inteligencia Artificial es un término que se usa para muchas cosas y que lleva años desarrollándose, pero ¿por qué ahora está en boga? Porque estamos hablando de máquinas intentando comportarse como humanos.

Si partimos de que los humanos tienen la particularidad de aprender a través de la experiencia, de los errores, leyendo, de lo que le cuentan; ahora vemos patrones de interfaz dando sentido a una serie de informaciones en base a una Big Data, y solo con una oración te devuelve algo que uno entiende, cuando antes necesitaba que le dieras el contenido un poco más estructurado; esto es la IA generativa en la actualidad, máquinas acercándose a  la capacidad que tiene los humanos de aprender y actuando como nosotros.

Sostiene el periodista Martin Fernández, que la Inteligencia Artificial generativa no es otra que máquinas aprendiendo a usar y procesando el lenguaje natural de los humanos; lo generan, escriben y hablan.

Uso en las salas de redacción

Es evidente que una de las bonanzas de esta tecnología es hacer el trabajo más rápido y mejor dentro de las salas de redacción. La IA generativa escribe bastante bien, aunque le falta precisión en algunos puntos de sus textos y no utiliza, por ahora, las fuentes que generaron la información que ofrece.

Sin embargo, estamos hablando de un aprendizaje automatizado para el procesamiento del lenguaje natural, que pueden ser fácilmente utilizados en reportes financieros, Redactar partidos de segunda y tercera línea, encontrar determinado material en grandes volúmenes de información, Mejorar títulos (SEO), redacción de textos para redes, síntesis, resúmenes, cambios de formato y traducciones.

Ética en riesgo

El uso de ChatGPT , herramienta gratuita hasta la fecha a través del enlace chat.openai.com, y que ofrece enormes posibilidades de uso como la creación de diálogo o conversaciones natural; también conlleva riesgos asociados como la falta de análisis y reflexión, que están llevando a conclusiones precipitadas o inexactas; como la escasa generación de ideas novedosas, la falta de coherencia discursiva, la paráfrasis y reiteración de algunas ideas, la dudosa veracidad de ciertos contenidos, los sesgos de lenguaje sexista y/o con prejuicios raciales en función de las fuentes existentes, la dependencia o exceso de uso que fomenta en el usuario una actitud poco creativa, divergente, reflexiva y crítica, y la dificultad o escasas herramientas para identificar el plagio en las producciones.

En definitiva, y con mayor presencia durante los últimos meses, el uso de esta herramienta está generando una gran controversia desde una perspectiva ética y pedagógica debido al considerable uso que se le ha dado para automatizar textos relacionadas con la creación de contenido, lo que ha llevado a las instituciones educativas y a los medios de comunicación a evaluar los beneficios y los riesgos asociados a la aplicación de la inteligencia artificial en la educación y en el periodismo.

Si nos detenemos en la idea de entender la IA, está claro que tiene cosas negativas y positivas, por lo que hay que seguir leyendo sobre el tema, probarla, ver en qué nos puede ayudar y en qué nos puede jugar en contra. Decía Martin Fernández, “el objetivo de este nuevo desafío periodístico es no parar el tren, y que la IA generativa sea la copiloto no el piloto del o la periodista, y no al revés, es decir, el que maneje el auto sea el o la periodista y la IA vaya en el asiento del lado diciéndole: te puedo ayudar con esto para que sea más fácil y para que seas más precisa. La IA generativa está dando los primeros pasos, al menos a nivel masivo, todavía está llena de errores, pero mejorara rápidamente”.

Ya encontramos algunos casos, como el de Los Ángeles, Nueva York y algunas zonas de Australia, en los que se ha prohibido el uso de ChatGPT como medida preventiva a los potenciales impactos negativos en el aprendizaje. Voces como la de Jenna Lyle, portavoz del Departamento de Educación de Nueva York, alegan que “aunque la herramienta puede proporcionar respuestas rápidas y sencillas a las preguntas, no fomenta el pensamiento crítico ni la capacidad de resolver problemas, que son esenciales para el éxito académico y vital”.

El enorme volumen de datos que manejan lo están colocando a la par con el lenguaje natural del ser humano, y esa conexión nos pone frente a frente con una máquina experta en escribir nuestro lenguaje.

La libertad de expresión y la IA

Hay que encontrar la señal entre el ruido, porque sabemos que todos los días hay cosas nuevas. En este orden de ideas el ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa, Ricardo Trotti, presentó recientemente la herramienta de monitoreo en tiempo real SIP Bot como ejemplo del uso de esa tecnología al servicio de la libertad de prensa en América Latina, en un encuentro virtual abierto por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y SIP, donde se trató el tema de la relación estrecha que existe entre periodismo, Inteligencia Artificial y los Derechos Humanos.

Trotti aseguró el SIP Bot es como un servicio meteorológico, pero sobre el tema de la libertad de prensa al ser una herramienta cuenta con diversos menús que permiten conocer la situación de cada país, sobre qué se está conversando en las redes sociales, quiénes lideran la conversación, las tendencias y la percepción de la relación entre gobiernos y libertad de prensa. A su vez, existe un formulario en donde las personas pueden presentar denuncias sobre violaciones a la libertad de prensa que hayan sufrido.

Durante el evento se adoptó un documento por la UNESCO fechado en noviembre de 2021 sobre recomendaciones sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, contentivo de un llamado a promulgar normas y regulaciones para asegurar el desarrollo beneficioso de estas tecnologías, sino que también es una guía que permite tomar decisiones.

Este instrumento normativo tiene como objetivo poner a la Inteligencia Artificial al servicio de la humanidad no solo enunciando valores y principios, sino también centrándose en la aplicación práctica a través de recomendaciones. Además, busca proteger los derechos humanos, fomentar el diálogo y promover el acceso equitativo a los avances tecnológicos.

Para poder poner en práctica los valores y principios de la Recomendación, el documento describe una serie de acciones políticas en diversos ámbitos de actuación, instando a evaluar el impacto ético- determinar y analizar los aspectos positivos, negativos y los riesgos de los sistemas de IA, procurando que los mecanismos de gobernanza de la IA sean inclusivos, transparentes, multidisciplinarios y multilaterales. Creando además estrategias que evalúen la calidad de los datos, protejan el derecho a la privacidad y que las personas puedan mantener los derechos sobre sus datos personales e incorporar sistemas de IA dentro de este ámbito y promover la educación y capacitación en IA. También utilizar la IA para mejorar el acceso a la información y fomentar que los medios de comunicación informen sobre los aspectos positivos y negativos de la IA.

En la actualidad está en marcha la búsqueda de normativa que permita regular el uso de la IA generativa, ya en Europa hay empresas que piden que la regulen, piden impuesto para las empresas creadoras. Aunque por ahora es solo una vaga disrupción, dependerá de cada líder en las salas de redacción poner sobre la mesa las reglas básicas sobre el uso de estas herramientas, dilucidando que es lo que permite que se haga o no, saber cuándo usarla y cuándo no. El cambio debe ser gradual, porque la IA generará un cambio de 180 grados.

Recomendaciones

La recomendación es abrir esta información al público y contar que están usando y que no, para garantizar la transparencia en los procesos informativos. Hay que contarlo lo que se está haciendo y cómo se hace.

Tener editores y periodistas en el medio que manejen la IA  de forma transparente y sabiendo recibir la ayuda para hacer el trabajo más rápido y mejor.

No utilizarla como fuente, revisarla porque tiene errores y además no identifica la fuente que utiliza en la información que ofrece. Aun no es una autoridad en lo que dice, quizás más adelante. Por ahora está aprendiendo, se le mezclan los papeles, llevándola a alucinar con los datos que ofrece.

Que las redacciones abracen este tipo de herramientas y sepan decidir muy bien en qué casos usarlos y en que no. De cara al equipo y de la audiencia.

Hay pasos y no todo es en blanco y negro. Ni los humanos ni la IA son perfectos, pero la clave es que sea lo suficientemente buena para que se quiera utilizar. Es super relevante estar informado. “No alucinemos, no digamos cosas sin sentido solo porque una máquina no los proporciona”.

Hay que ser garantes de un periodismo profesional, ante todo, porque hay que tener claro que hasta ahora no sabemos cómo está hecha la IA. Hay sospechas de lo que usan, pero sin fuentes conocidas no pueden ser textos confiables. No es una fuente definitiva, por eso debe ser chequeada.

Se espera que la IA a corto Plazo mejore rápido y que se incorporen a más procesos en redacciones nuevos desarrolladores

La tarea es seguir escribiendo textos atractivos que estamos seguros de que la máquina no hará, si partimos del hecho de que carecen de apego, de sentimientos, de dolor, de recompensa, de orgullo. Sin embargo, estamos obligados a no perder el tren y mantenernos actualizados en este aspecto probando a tiempo las nuevas herramientas.

Foto Principal/Tomada de las redes

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