AMARGA NAVIDAD
POR: EMIRO ALBORNOZ LEÓN.
Periodista.
Definitivamente, éste es un régimen indolente. Poco o nada le importa el bienestar del pueblo y se les llena la jeta haciendo alardes de una revolución al servicio de los más desposeídos.
En los últimos años de la gestión de Nicolás Maduro, las navidades han sido verdaderamente tristes para la mayor parte del pueblo venezolano.
Un desastroso desempeño del régimen en materia económica nos ha llevado a varios años de hiperinflación que han convertido el salario de la clase trabajadora y las pensiones de quienes entregaron parte de su vida al trabajo , en algo menos que unas cuatro lochas negras. 130 bolívares de salario mínimo representan en estos momentos, a «dólar criminal» del Banco Central un poquito más de 7 dólares.
Con ese destruido salario un grupo familiar no puede medianamente desayunar si tomamos en cuenta que se evapora al comprar un kilo de queso cuyo precio ronda los 130 bolívares y más, dependiendo del sitio donde se compre. No queda para más.
Para variar, a los pensionados que estaban esperando un tercer mes de aguinaldo con lo cual comprar algún medicamento, el régimen les sacó la lengua y cuando llegaron a las taquillas del banco respectivo les salieron con real y medio y un cuartillo: el triste mes adelantado de enero. ¿El ansiado y esperado tercer mes de utilidades? Nada que ver.
De Andrés Eloy Blanco, el gran poeta popular de Venezuela , traigo uno de sus versos en prosa del poema «La uvas del tiempo» donde añorando su lar nativo, pues se encontraba en España al momento de despedir el año de ese entonces, dice: ¡ Madre, qué ácidas son las uvas de la ausencia».
Aquí en Venezuela, en la mayoría de los hogares no podrá cumplirse la tradición de colocar una cesta de uvas en la mesa para cuando llegue el momento de la despedida del año que termina y… «todos los hombres coman, al compas de las horas,
las doce uvas de la Noche Vieja».
Las uvas en Venezuela gracias al calamitoso gobierno revolucionario se han puesto más amargas que las de Andrés Eloy porque el ruñido salario revolucionario no permite que «un hombre de algún pobre pueblo» compre un kilo de uvas porque cuesta una fortuna.
Muchos venezolanos, millones, si atendemos el resultado de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida ( Encivi), elaborada por la prestigiosa Universidad Privada «Andres Bello», más del 76 por ciento de la nación vive en condiciones de pobreza que se aproxima a los umbrales de crítica.
Y lo peor, es que las únicas esperanzas que tenemos no es otra que esperar las elecciones del año 2024 para que saquemos a este régimen hambreador a punta de votos democráticos con un candidato único de oposición salido de unas elecciones primarias que será respaldado por la inmensa mayoría del pueblo venezolano.
Mientras Maduro esté gobernando, con sus equivocadas políticas comunistas, no hay posibilidad que salgamos adelante del atraso en que nos han hundido. Estas navidades han sido tan amargas como todas las de la era Maduro.
Emiro Albornoz León.
Periodista.
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