domingo, abril 28, 2024
OPINIÓN

APUNTES DEL CRONISTA: SAN SEBASTIÁN, PATRONO DE MARACAIBO

 

POR: DR. REYBER PARRA CONTRERAS*

En Roma, durante los primeros siglos del cristianismo, la Iglesia fue perseguida debido a la incomprensión que suscitó su misión en los emperadores y en la aristocracia del imperio. Existió un temor infundado acerca de las consecuencias que la nueva religión podía acarrear al orden establecido, sin que se tuviera en cuenta que el cristianismo, aunque implicaba una propuesta cultural novedosa, no necesariamente demandaba un cambio político. Se sucedieron varios ciclos de intolerancia, siendo Nerón el emperador que inició el conflicto. Casi al final, en la décima persecución, un joven oficial de las tropas imperiales, experimentaría el martirio solo por el hecho de exigir tolerancia y respeto por la fe de la Iglesia: se trataba de San Sebastián.

Aquel joven valeroso había nacido en la Galia ocupada por Roma (en Narbona), aproximadamente en el año 256 de nuestra era cristiana. Fue educado en Milán, para luego establecerse en Roma. En la capital imperial llegó a ser centurión de la primera cohorte, durante el señorío compartido entre los augustos Diocleciano y Maximiano. Este último al enterarse de la identidad cristiana de Sebastián, ordenó su detención a fin de obligarlo a ofrecer incienso y sacrificios a las divinidades romanas. Tal acto de apostasía fue rechazado por el valiente soldado, quien recibió condena de muerte. Sus verdugos creyeron cumplir la orden al asaetearlo, pero las flechas no lo hirieron de muerte, por lo que sería atendido por sus hermanos en la fe, una vez que los impíos lo dieran por muerto.

Luego de este milagroso acontecimiento, el joven militar no se ocultó ni huyó de Roma. Por el contrario, fue directamente a encarar al emperador Maximiano, a quien le conminó a abandonar su injusta y sangrienta persecución. La respuesta de este consistió en ordenar nuevamente su muerte, pidiendo a la tropa que se cerciorase de cumplir a cabalidad la sentencia. Algunos autores sitúan su martirio en el año 288, en tiempos del papa San Cayo; otros indican que fue martirizado entre los años 303 y 305, durante el pontificado de San Marcelino.

Tras el martirio, su fama de santidad se esparció y durante la Edad Media su culto llegó a España. La imagen de un soldado valiente y defensor de la fe resultó aleccionadora para quienes procuraron y lograron la reconquista de los territorios peninsulares ocupados por los mahometanos, poco antes de la presencia hispana en el Nuevo Mundo.

A finales del siglo XVI ya se había introducido en Maracaibo el culto de veneración a San Sebastián. La resistencia indígena a la ocupación de su espacio generaba pánico en el resto de la población, que recurría a San Sebastián pidiendo protección frente a las flechas que lanzaban los indígenas en sus incursiones. La peste en la época colonial llevó a los maracaiberos a fijar la mirada en San Sebastián, para que los librase de aquel mal que, según la mentalidad heredada del medioevo y transmitida por los españoles, bajaba del cielo en flechas emponzoñadas.

La ermita de San Sebastián, hoy Catedral Metropolitana de Maracaibo, fue el asiento de esta devoción; actualmente lo sigue siendo, solo que su territorio parroquial ya no cuenta con la concentración poblacional que tuvo en el pasado, y esto ha redundado en un culto menos notorio, que suele acentuarse cada 20 de enero, día de su memoria litúrgica.

En Venezuela, además de Maracaibo, San Sebastián es el patrono de San Cristóbal (estado Táchira) y San Sebastián de los Reyes (estado Aragua).

 

Dr. Reyber Parra Contreras*

 

*Profesor de historia de Venezuela en la Universidad del Zulia. Cronista de Maracaibo. Miembro de la Academia de Historia del Estado Zulia. E-mail: [email protected] 

 

 

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