OPINIÓN

CUARESMA PARA VIVIR LA IGLESIA SINODAL

 

POR: P. JOSÉ ANDRÉS BRAVO H.

El Papa Francisco nos ha regalado un mensaje muy hermoso para este tiempo de Cuaresma, invitándonos a la vida espiritual, de piedad, de contemplación, iluminado por el misterio de la Transfiguración en el Monte Tabor. Un ejercicio, una ascesis, para abrirnos al misterio de nuestra salvación. Armonizado artísticamente con el proyecto pastoral de vivir una Iglesia Sinodal, de Pueblo de Dios en Comunión y Participación para la misión en salida. Dice: «Nos hará bien reflexionar sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia sinodal».

Explica el Papa cuál es la relación que plantea: «A Jesús hemos de seguirlo juntos. Y juntos, como Iglesia peregrina en el tiempo, vivimos el año litúrgico y, en él, la Cuaresma, caminando con los que el Señor ha puesto a nuestro lado como compañeros de viaje. Análogamente al ascenso de Jesús y sus discípulos al Monte Tabor, podemos afirmar que nuestro camino cuaresmal es sinodal, porque lo hacemos juntos por la misma senda, discípulos del único Maestro. Sabemos, de hecho, que Él es el Camino y, por eso, tanto en el itinerario litúrgico como en el Sínodo, la Iglesia no hace sino entrar cada vez más plena y profundamente en el misterio de Cristo Salvador».

Así como en lo alto del Monte Santo los discípulos tuvieron la gracia de contemplar la gloria de Dios, sabemos, por la misma gracia divina, que «lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino».

Está convencido el Papa que «el camino ascético cuaresmal, al igual que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual». Para lograr estas metas, nos invita el Papa a obedecer al Dios Padre quien nos manda a escuchar a su Hijo. Entre otras cosas, el Papa resalta que es «muy importante en el proceso sinodal: el escuchar a Cristo que pasa también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia; esa escucha recíproca que en algunas frases es el objetivo principal, y que, de todos modos, siempre es indispensable en el método y en el estilo de una Iglesia Sinodal».

Por otro lado, el Papa Francisco nos orienta para esta Cuaresma: A «no refugiarse en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios, de experiencias sugestivas, por miedo a afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus contradicciones… La Cuaresma está orientada a la pascua. El retiro (La Cuaresma) no es un fin en sí mismo, sino que nos prepara para vivir la pasión y la Cruz con fe, esperanza y amor, para llegar a la resurrección. De igual modo, el camino sinodal no debe hacernos creer en la ilusión de que hemos llegado cuando Dios nos concede la gracia de algunas experiencias fuertes de comunión. También allí el Señor nos repite: Levántense, no tengan miedo. Bajemos a la llanura y que la gracia que hemos experimentado nos sostenga para ser artesanos de la sinodalidad en la vida ordinaria de nuestras comunidades».

 

José Andrés Bravo H.

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