LA DEMOCRACIA PLURALISTA
POR: DR. ALIRIO FIGUEROA ZAVALA
Individuo de número de la Academia de Ciencias Jurídicas del Estado Zulia
Sin duda alguna, la palabra democracia es uno de los más disímiles conceptos de la terminología política.
Muchos gobiernos se esmeran en señalar que el régimen político bajo su mando se realiza tomando en cuenta la famosa frase del presidente de los Estado Unidos de América, Abraham Lincoln, quien expresó que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Por su parte, el ciudadano común está tan familiarizado con la voz “democracia”, que muy rara vez se siente obligado a tomarse el trabajo de escudriñar su exacta significación.
Se ha señalado que el éxito popular de dicha palabra obedece al hecho de ser una de esas que la semántica califica de palabras sin referencias, o sea, que no hay nada más palpable ni preciso en ellas, algo en que todos hayamos de pensar al pronunciarla u oírla, sino que viene a constituir una especie de “saco conceptual”.
En este orden de ideas, podemos señalar que, la democracia occidental de tipo representativa siguiendo el criterio del extinto constitucionalista Humberto La Roche, presenta las características siguientes:
A) Al tratarse de regímenes políticos de tipo representativo, se atenúa necesariamente el carácter de gobierno para el pueblo, que exige una democracia ideal. Es verdad, como lo afirma el mencionado constitucionalista que los representantes son designados por el pueblo, controlados por el pueblo, pero de hecho son los representantes quienes actúan cuando se constituyen en gobierno. B) Se trata de regímenes políticos cuyos dirigentes o personeros son designados mediante mecanismos que conducen a la discusión; y, C) En ese tipo de democracia hay un régimen político en donde los gobernados critican y enjuician ideológicamente la obra de los gobernantes.
En efecto, la sociedad organizada como un todo, es un sistema de poderes que obran a veces en forma independiente y otras veces entrelazando su acción.
En conclusión, la democracia de tipo occidental involucra la pluralidad de partidos políticos y el reconocimiento a los ciudadanos, no solo del derecho de participar en la vida pública sino también la capacidad de seleccionar entre varios candidatos, partidos y programas.
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