viernes, marzo 29, 2024
OPINIÓN

LA ESTUPIDEZ, REFLEJO EN QUIENES NOS GOBIERNAN

POR: DR. JOSÉ ERNESTO PONS B

La teoría de la estupidez de Bonhoeffer hace interesante el evaluar esta faceta de la conducta humana cuyo origen individual y social es la evidencia de su existencia, como también en la humanidad existen quienes logran entender que la estupidez, se repite en nuestras vidas, en las familias y los pueblos permanentemente sin importar la situación socioeconómica de los grupos sociales. Sencillamente la estupidez es latente en la naturaleza y por lo que hemos comprendido con el tiempo, que no es un asunto de sabios o ignorantes, de letrados o iletrados, etc.

Latinoamérica, cuna de grandes hombres, esforzados, decididos y modelos de las acciones más valientes, se han convertido en países de ladrones, sátrapas y maleantes en la vida política de la región; con muy pocas excepciones. Nos preguntamos y observamos ¿qué está pasando? El caso venezolano hoy por hoy, vive en su máxima expresión esta situación, con intenciones de afectar con este “virus de la estupidez”  al resto de países que no la padecen. Para Bonhoeffer, llego a la conclusión que no era la malicia, la mentira, o el engaño, que bien eran elementos implícitos en el proceso, el elemento real era la estupidez.

Percibimos que tal fenómeno es tan peligroso que mientras por la maldad podemos luchar, protestar y forzar los cambios necesarios. Con la estupidez estamos indefensos, ya que ante tal evento no existe fuerza o protesta que valga. Es entonces el peligro de la estupidez es tan mortal para un individuo, como para un pueblo. Ya que, la razón cae en oídos sordos, logrando imposible el mínimo pensamiento razonable. Siendo cualquier argumento para estos irrefutable, la grandeza de un dirigente, su capacidad de ser en unestadista logra ser sustituida por la estupidez.

El caso zuliano es patético, Rosales por Prieto, porque “este sabe hacerlo” comparte “el botín”, por lo menos con los suyos. La alcaldía de Maracaibo, Ramírez por Willy, siendo su afán de hacer más negocios que el gobernador, hace que las cosas tan importantes o más, que un asfaltado o una recolección de basura se convierta en algo intrascendente; mientras que en San Francisco, un Fernández por un Arrieta, termina con broche y no precisamente de oro, causa el peor caos de la estupidez. Pretendiendo que estos logren oxigenar el espíritu de un pueblo que clama una mirada de cambio, valentía y decisión en el marco una nación desgarrada en sus concepciones psicológicas y sociológicas como pueblo, nada más lejos.

Es por ello que este autor, que murió ahorcado y preso por la estupidez social, dos semanas antes del desembarco de los aliados en la II guerra mundial. Infiere y logra hacernos entender que la estupidez en esencia, no es un defecto intelectual, sino moral. Realmente no es congénita tampoco, sino, de determinadas circunstancias aflora en las personas, las familias y los pueblos. En conclusión pudiésemos afirmar, lograr concebir una nueva nación ante tales dirigentes carentes de grandeza es una estupidez.

 

Dr. José Ernesto Pons B

@joseponsb

Autor del libro “El Estado Psicosocial Latinoamericano”