viernes, abril 26, 2024
OPINIÓN

LAS UNIVERSIDADES NECESITAN DE SUS EGRESADOS

POR: GERÓNIMO FIGUEROA FIGUERA

Nuestra Óptica

En estos momentos de crisis y persecución que viven las universidades venezolanas, es necesario que sus egresados cierren filas para defenderlas. Lo primero que deben hacer es acudir masivamente el próximo miércoles 13 de julio 2022 a votar en sus respectivas escuelas y facultades por los representantes democráticos al cogobierno en cada uno de los Consejos Universitarios, para cerrarle el paso a las pretensiones macabras del régimen madurista de colarse por esa vía y emprender la destrucción definitiva de la autonomía y convertirlas en apéndices de la mediocridad, tal como convirtieron a todas las llamadas universidades bolivarianas o cerrarlas definitivamente como fue el sueño del resentido social que en mala hora para Venezuela nació en Sabaneta de Barinas.

Luego es importante que los egresados se organicen por universidades de donde egresaron y desde esa organización emprendan una jornada financiera para auxiliar económicamente a todas las universidades autónomas, UCV, ULA, LUZ, UC, UDO, USB, las pedagógicas y experimentales, inclusive, porque en este momento esas Casas de Estudios sufren el mayor ataque financiero por parte del régimen madurista, cuando, solo les asignan menos del 05% del presupuesto requerido para su funcionamiento. Al extremo que en muchas escuelas y facultades no hay ni siquiera para comprar una resma de papel, como tampoco para pagar salarios dignos al profesorado, empleados administrativos y personal obrero.

Por las redes sociales hemos visto como profesores de primera con postgrados y maestrías solicitan ayuda económica para poder atender gastos de salud porque el régimen madurista acabó con los convenios de HCM que existían por contratos colectivos, y el salario no les alcanza ni siquiera para comer. También hemos visto como los profesores tienen que caminar para llegar a las universidades a cumplir con sus obligaciones de docentes porque sus carros se deterioraron y no tienen como repararlos, o porque no pueden cancelar en dólares el costo de la gasolina que vende el régimen madurista. En esas caminatas van dejando las suelas de los zapatos que posteriormente no pueden sustituir por otros y tienen que recurrir al remiendo. Ese es el terrible drama de los profesores, empleados administrativos y obreros de las universidades.

¿Cómo pueden ayudar los egresados? Hay centenares de egresados que son propietarios de grandes empresas en todas las ramas de la industria nacional, las cuales pudieran destinar una pequeña porción de los ingresos obtenidos y donarlos a sus respectivas Universidades de donde egresaron. También hay muchos egresados exitosos en sus carreras que no tienen empresas pero si ingresos importantes con los cuales pudieran aportar una mínima cantidad de esos ingresos. Igualmente miles o millones de egresados que sin tener grandes empresas o ingresos importantes, viven del ejercicio profesional y también pudieran aportar “alguito” para la causa. Es cuestión de solidaridad.

Esa tarea de recolección pudiera organizarse a través de las asociaciones de egresados conjuntamente con los gremios que agrupan a esos profesionales. Esos ingresos deben ser colocados en fideicomisos en dólares en bancos del exterior para evitar que en cualquier momento el régimen le entre una puntada y se los quiera apropiar, tal como ocurrió con el fondo de jubilación de los trabajadores de PDVSA. Esos fondos iniciales generarían dividendos que empezarían a resolver cosas muy puntuales pero en la medida que los aportes de los egresados se mantengan, ese fideicomiso ira creciendo igual que los dividendos, lo cual permitiría abordar gastos de mayor envergadura que bastante hay en las universidades, incluyendo salarios.

Eso sería una forma para que los egresados, sin que se considera como un pago a posteriori, retribuyan a sus universidades la formación que recibieron mientras duró el tiempo para terminar la carrera, donde muchísimos, como es el caso de la UCV también recibieron becas que alcanzaban hasta para rumbear una vez al mes cuando se cobraba que era como una bendición. Como olvidar los almuerzos con sopa, seco, pan y fruta en el comedor universitario, por tan solo dos bolívares, que significaban 40 centavos de dólar.  Esas contribuciones, además de ayudar a mejorar un poco los salarios, le inyectaría mucha energía a profesores, empleados y obreros, para seguir trabajando por y para la universidad, para que, como es el caso de la querida UUUCV, siga venciendo la Sombra y los hijos y los nietos tengan la misma oportunidad de egresar.

Hoy la Universidad, tu universidad, mi universidad, la del pasado, presente y futuro, necesita de sus egresados, tal como una Madre necesita de sus hijos. Ayudemos hoy, a quien nos ayudó ayer. Recordemos esos gratos recuerdos en las aulas recibiendo clases, caminado por los grandes pasillos universitarios. Los de la UUUCV, recordar los gratos recuerdos en la Tierra de Nadie… Ya saben, el jueves 14 de julio 2022, a votar por los demócratas para cerrarle el paso a los tiranos maduristas enemigos de la Universidad.

 

Gerónimo Figueroa Figuera

CNP: 569

@lodicetodo

http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/37567-egresados

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