MI ROSA VIEJA
POR: DR. PEDRO DUARTE
El estudio de la historia es algo verdaderamente fascinante, por eso mi respeto a todas y todos los Historiadores del mundo, que hacen un esfuerzo desde esta ciencia tan compleja en tratar de plasmar para las futuras generaciones acontecimientos que luego nos ayudaran a entender muchas cosas en el presente. Recuerdo al Padre Cantor Alí Primera en una de sus canciones cuando dice a manera de conversación “el que no sabe de dónde viene, no sabe a dónde va”, así como recuerdo y doy gracias a Dios por haberme permitido conocer a Jesús Gordo Páez, cantautor venezolano que acompañó a Alí Primera en muchas ocasiones en la canción necesaria, quien mientras compartía junto a un grupo de amigos en la intimidad de mi casa, reflexionaba que todos deberíamos de una u otra manera escribir nuestra historia personal, la del barrio, aquello que consideremos debe quedar grabado para la posteridad, manifestando de igual manera que ojala pudiésemos hacer hasta nuestra propia película, sencilla con los instrumentos audiovisuales que se dispongan.
Un aspecto hermoso en cuanto a la historia, es lo referente a las historias locales, aquellas que poco se conocen, que están cargadas de personajes extraordinarios en diferentes ámbitos de la vida cotidiana, pero que no tuvieron la suerte de trascender más allá de ese espacio donde hacían su vida diaria, pues faltó la mano mágica de aquellos que ayudan en estas proezas y que aun así, marcaron esos lugares donde convivían. Así mismo puedo decir de este espacio de mi amada Cabimas que lleva por nombre LA ROSA VIEJA, lugar que me vio nacer, crecer y como dice la gaita interpretada por Ricardo Cepeda “el barrio de mis andanzas donde viví a plenitud, donde transcurrió mi infancia, mi niñez, mi juventud…”.
En una grata conversación con mi Papá, Pedro Segundo Duarte Ricarde, con la lucidez que conserva a sus 84 años de edad, desarrollamos un poco algunos aspectos históricos desconocidos para mí por la época en la que se dieron en este espacio geográfico que como dije anteriormente lleva por nombre La Rosa Vieja.
El tiempo pasó volando, de forma agradable, escuchando narrar que en el marco del auge petrolero, llegaron a La Rosa personas de diferentes partes del País como Falcón, los Andes, del Oriente, del centro, así como extranjeros. Como todo Pueblo minero detrás de esto, se instaló la famosa Zona de Tolerancia, hasta que llegó un momento donde el gobierno de turno decidió eliminar esos lugares muy particulares dado la magnitud de los problemas sociales que se estaban presentando y el impacto negativo para las Familias que allí vivían. Como consecuencia de esto, todo lo existente en esta Zona se trasladó a un sector apartado de la ciudad que se denominó La Nueva Rosa. Es así como con el tiempo, La Rosa pasó a llamarse La Rosa Vieja. Recuerda como dentro de este auge de empresas petroleras llegó la Chicago Bridge cuyas instalaciones estuvieron ubicadas donde después funcionó la conocida empresa Premeca. También recordaba la primera bomba de gasolina de Cabimas, ubicada en la carretera principal de La Rosa (antes carretera nacional), conocida como la Bomba de Don Víctor. De esta todavía se conserva parte de la estructura tanto del lugar donde estaba el surtidor como de la oficina y se encuentra cerca de lo que es hoy el Templo en honor a San Juan Bautista, construido por el Señor Antonio Aranguren.
La historia de La Rosa, también ha estado llena de grandes cantantes con voces excepcionales que en nada envidiaban a un profesional, que deleitaban a sus Pobladores y más allá como el caso de Ismael Guerra, cantante de tango a la altura de los grandes en este género, no fue conocido, no salió a escenarios pero es considerado por quienes lo conocieron como un diamante sin pulir. Otro gran cantante de tango, Modesto Del Pino a quien en lo personal conocí e impresionaba su forma de cantar así como su jocosidad, hermano del difunto Juan José Del Pino, Líder Sindical reconocido para la época.
También destacaron en esos tiempos grandes músicos como el Guitarrista Emirito Díaz, cuyo talento musical era sorprendente pero las circunstancias de vida no le permitieron quizás valorar el gran don que Dios le regaló. Benito Quirós también conocido como el Rey del Galerón de la cuenca del Caribe, que si bien no nació en Cabimas, se instaló por un tiempo importante en La Rosa Vieja. De igual manera la poesía tuvo su representación, como es el caso de Don Julio Basabe, poeta a quien le salían las poesías en una simple conversación, un hombre muy culto, una lengua castellana muy fluida. Puedo dar fe de esto, pues tuve la oportunidad de conocerlo personalmente y de recibir de su puño y letra una de sus tantas composiciones poéticas.
En cuanto al Deporte, recuerda a un boxeador llamado Julio Florido (murió recientemente), en la misma categoría del Morocho Hernández de pegada dura y José Castellano muy versátil, tiraba muy bien los puños, el obstáculo era que hasta que se daban cuenta que tenían que enfrentar al Morocho Hernández, hasta allí llegaban… el Morocho fue campeón mundial, fueron Boxeadores Profesionales y de La Rosa.
También recuerda la historia de un Jugador de Billar que le decían el Mondonguero porque su trabajo era vender con dos latas mantequeras morcilla y mondongo, nadie se imaginaba el talento de ese hombre con un taco en las manos. En una oportunidad visitó la Rosa Vieja un campeón mundial de la época, un fenómeno, no encontraban con quien presentar al campeón, es así como el Mondonguero se ofreció y lo pusieron a prueba, el campeón se vio apurado para ganarle, dejando gratamente sorprendido a todos los presentes.
Qué decir del béisbol, uno de los deportes favoritos de Papá y de mi persona. Tuvimos muchos peloteros buenos como el Chalao Méndez Padre, no saltó al Profesional, fue tremendo primera base. Pedro García campo corto y Víctor Marcano lanzador, jugaron béisbol profesional en la época de Gavilanes y Pastoras. Igualmente un gran jugador Antonio María Acosta, campo corto de los mejores, que no quiso saltar al profesional a pesar de las propuestas del equipo Centauro por dedicarse a cuidar a su Mamá, llegó a ser un gran pintor. El caso de José Arabiche, que nunca jugó profesional pero fue un excelente jardinero y lo que necesitaba espacio para correr. Gertrudis Lizardo (el Papi) cuyas características como lanzador era no tener velocidad, a tal punto que se veía la costura de la pelota al lanzar de la lomita al home pero con un efecto que jocosamente se decía que era la pelota de gas por lo difícil de conectarla.
Esa es parte de la historia de La Rosa Vieja contada por uno de sus protagonistas nacido y criado allí, narrada en una conversación de casi una hora por lo que a futuro seguiremos escribiendo algunas líneas de muchos otros aspectos sumamente interesantes en el marco de lo que son nuestras historias locales y de manera especial a mi querida y respetada Rosa Vieja.
“Un Pueblo sin el conocimiento de su historia pasada, origen y cultura es como un árbol sin raíces”
Marcus Garvey
Dr. Pedro Duarte
Abogado
–
