INVOLUCION ORGANIZACIONAL
POR: JOSÉ GREGORIO FIGUEROA
La difícil situación que viven las organizaciones, producto de fluctuaciones económicas, alta inflación, falta de crédito bancario, pérdida de talento humano, pésimo servicio eléctrico, agua, así como una alta presión tributaria, son sin duda un duro golpe a la estabilidad de ellas.
Los nuevos tiempos, luego del paso de la pandemia produjeron numerosos cambios en la forma de organizar el trabajo.
Pasamos al teletrabajo, y otras formas de adopción tecnológica cuyos beneficios no fueron para todos.
La organización inteligente de la cual nos habló Peter Senge, fue aprovechada para quienes sus procesos no vivieron disrupción.
La disrupción o rotura, interrupciones bruscas de organización es un tema ya muy común en las formas de trabajo.
Esto permitió a quienes se adaptaron a los cambios, con uso y aplicación de la tecnología, unas nuevas formas de trabajo y sobre todo un liderazgo ágil para liderar estás nuevas necesidades.
Es una reinvención organizacional, enfrentar los nuevos retos y vencerlos en medio de muchas resistencias.
No es nada fácil adaptarse a nuevas legislaciones, a continuas presiones y dificultades financieras.
El cambio de estrategia se debe fundamentar en lo que se sugiere en los estudios de Frederick Laloux, crear espacios para que las personas puedan crecer.
Ahora, la gran interrogante es: ¿si las organizaciones realmente están enfrentando estos cambios con nuevas estrategias o simplemente para sobrevivir?
Lo anterior lo justifica en el caso de Venezuela porque organizaciones públicas y privadas, con ligeras excepciones, enfrentan y comprenden las nuevas realidades de un mercado más competitivo a nivel internacional y más reducido a nivel nacional.
Cuando las políticas públicas, no están orientadas a la diversidad de actores, cuando las trabas para el sector privado son cada vez mayores, simplemente los resultados siempre serán la baja actividad.
En estos tiempos, organizaciones preparadas para enfrentar cambios, adoptan lo que llaman sistema «vuca»; esto significa en su adaptación al español, un entorno de alta complejidad, incertidumbre, volatilidad, y ambigüedad.
La intención es justamente, prepararse para identificar estas características y adoptar políticas organizacionales para enfrentarlas y conocerlas.
Lo anterior implica un liderazgo ágil que comprenda y entienda las formas de adaptarse a esta realidad.
Lo lamentable es que nuestra realidad política, con sus implicaciones económicas y sociales, no dan posibilidad a las organizaciones de poder implementar estas adaptaciones.
La lucha es sobrevivir, pensando a muy corto plazo, con tiempo bajo de recuperación de la inversión y alta tasa de rentabilidad. Lo cual es realmente difícil y urge conocer cómo se mueve el mundo de los negocios, y la necesidad real de contar con talento humano, por un lado y por el otro de acciones gubernamentales que estimulen la inversión.
José Gregorio Figueroa
@figueroazabala.
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