Muertes, desempleo, apagones y clases virtuales, lo peor de la cuarentena para los zulianos

A un año del inicio de la cuarentena por Covid-19 en Venezuela, los zulianos aseguran que lo más dificil ha sido la muerte de seres queridos, la incertidumbre que los arropó al inicio de la pandemia ante lo desconocido, el temor a los contagios, la angustia por la paralización de las fuentes de trabajo y la inestabilidad que ha girado en torno a la educación de los niños y jóvenes, por la ausencia de las herramientas requeridas para seguir las clases virtuales, sin embargo destacan que a raíz del confinamiento floreció la unión familiar y la fé para superar la prueba más dificil que les ha tocado vivir: El coronavirus.

Desde principio del año 2021, el mundo apuntaba su mirada hacia la población asiática de Wuhan donde un extraño virus estaba causando muchas muertes y que poco a poco se fue esparciendo por el planeta. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el coronavirus o Covid-19 ya era una pandemia.

Fue desde entonces cuando el término Cuarentena se hizo parte de la vida diaria. Se define como una «restricción a la movilidad y aislamiento», en este caso por la pandemia de Covid-19, decretada en muchos países, con el fin de controlar la expansión de la mortal enfermedad, de la cual no existen antecedentes en la historia de la medicina moderna.

En Venezuela se inició el 17 de marzo del año pasado, dando paso al cierre de establecimientos no esenciales, y ordenando que los ciudadanos permanecieran en sus hogares, saliendo únicamente para trabajar en caso de pertenecer a los grupos priorizados, o para adquirir necesidades básicas como alimentos, medicinas, etc.  Este confinamiento, sin duda alguna, ha afectado la salud mental y la economía de la población.

Tristes despedidas

Al momento de enumerar lo peor de esta pandemia, los zulianos no dudaron en asegurar que ha sido el fallecimiento de familiares y amigos de una forma tan inesperada que no les dio tiempo de despedirlos debido al aislamiento, e incluso muchos hogares han perdido a varios miembros de la familia, a causa del mortal virus.

Son innumerables los desgarradores testimonios en torno a la estela de muerte que ha dejado el coronavirus, sobre todo al inicio de la pandemia, cuando se desconocían los tratamientos para detener el avance y los estragos de la enfermedad.

Asimismo, destacan victoriosos quienes han podido superar la enfermedad producto de un gran esfuerzo económico y mucha fuerza de voluntad, y ahora se enfrentan a las secuelas que deja la infección en el organismo.

Clases virtuales

Los cambios generados por la pandemia del Covid-19 y la cuarentena, han afectado a los zulianos desde distintos ángulos, la educación a distancia es uno de los más destacados, debido a la poca conectividad al servicio del internet y los constantes apagones que imposibilitaron que tanto alumnos como representantes pudieran dar seguimiento a las tareas escolares.

Al inicio de este proceso de las clases virtuales la adaptación fue cuesta arriba, mientras las autoridades regionales en materia de educación coordinaban de distintas formas para mantener las asesorías pedagógicas y no frenar el avance escolar de los alumnos.

Sin embargo, son muchos los factores que inciden, por ejemplo, el entorno al que los niños están acostumbrados en los planteles,  “Yo hago las tareas porque mi maestra me las manda por el teléfono. Y aquí mami me ayuda, pero no es igual. También quisiera estar con mis compañeros. Allá la maestra me explicaba mejor”, cuenta una pequeña de 8 años residente de la zona sur de la capital zuliana. Para las madres con múltiples ocupaciones en el hogar tampoco ha sido fácil desempeñar la labor de los docentes, quienes por su parte en muchos casos se quejan por la falta de saldo en los teléfonos para cumplir con el envío de las asignaciones.

En cuarentena sin trabajo

En el caso del estado Zulia, la proliferación de casos provocó un confinamiento más estricto, incluso cuando en todo el país, se decretó la flexibilización, los zulianos se resignaron a seguir en cuarentena, en medio de una grave crisis económica debido a la suspensión de toda clase de actividades laborales que no estuvieran en los sectores priorizados, aunado a la severa escasez de gasolina y por ende la ausencia total del transporte público, convirtió a la región zuliana en un verdadero suplicio.

«Para mí lo más duro de la cuarentena, sobre todo al principio, fue quedarme sin trabajo, estaba desesperado porque no sabía como mantener a mi familia, afortunadamente mucha gente, entre familiares y algunos clientes, me apoyaron y no me di por vencido ni un solo día, gracias a Dios no me he contagiado del virus para seguir luchando», comentó Pedro Herrera, un albañil que reside en el barrio Brisas del Sur en la parroquia Manuel Dagnino.

Apagones y escasez de agua

La situación de crisis en los hospitales y el deterioro de los servicios públicos, también destacaron entre lo que los zulianos enumeraron como lo «peor» de la pandemia.

«Nos dijeron lávate las manos, debes mantener todo aseado, pero cómo si la falta de agua es un eterno problema que vivimos los zulianos, en los últimos meses ha mejorado el servicio, pero al principìo de la cuarentena no podíamos cuidarnos de los contagios por salir a buscar agua para las necesidades básicas en los hogares», destacó Elizabeth Parra, desde el sector Los Haticos.

Por su parte, Beatriz Muñoz, habitante de El Soler en el municipio San Francisco, dijo que en todo este año de cuarentena, «en los meses con más calor, cuando arreciaron los apagones y la administración de carga, pense que me iba a volver loca, cómo se queda uno encerrado en cuatro paredes, sin luz, eso era horrible y si nos sentábamos en el frente corríamos el riesgo que nos llevaran a hacer caligrafías por no cumplir con la cuarentena, esos momentos fueron muy difíciles», expresó con el sabor amargo de un mal recuerdo reflejado en su rostro.

A pesar de todas las adversidades, la esperanza es lo último que se pierde, y muchos confían en que la vida vuelva a ser como antes o por lo menos con parámetros no tan estrictos. Asimismo, en medio del confinamiento muchas familias recuperaron la unión que habían perdido, cientos de pequeños emprendedores se desmostraron que la batalla no estaba perdida y supieron mantenerse en pie, otros se aferraron a la fé y sobre todo se renovó la solidaridad para ayudar a los más desvalidos.

Los zulianos aseguraron que a pesar de las dificultades han salido adelante con mucha fé, unión y solidaridad.

En los meses con un alto índice de contagios la capital zuliana lucía desolada en medio de una cuarentena radical.

Al inicio de la cuarentena, sólo los comercios de alimentos, farmacias y servicios básicos fueron autorizados para trabajar.

July Peña