A MANERA DE REFLEXIÓN

POR: DR. ALIRIO FIGUEROA ZAVALA 
Individuo de número de la Academia de Ciencias Jurídicas del Estado Zulia 

 Continuando con mis observaciones y reflexiones de lo que acontece en nuestro país, hoy me permito hacer una especial reflexión.

El país vive momentos difíciles desde el punto de vista económico, político y social, con una hiperinflación que se ha venido agravando por las sanciones que le han impuesto al país. Dada estas circunstancias, nuestros demócratas deben ser veraces en sus apreciaciones y ofrecimientos; porque hasta ahora parece que están obnubilados y segados por la claridad misma de la situación.

Observamos que es impresionante ver con cuanta precisión hacen un análisis de la difícil situación que vivimos y algunos de ellos dan opiniones con una especie de intención morbosa de poder decir, si es que sucede lo peor, que yo lo advertí, mientras tanto no es mucho lo que se hace para evitar que sigamos caminando hacia lo que puede resultar un salto en el vacío.

En el país se está configurando un clima de temor que tiende a generalizarse, hay temor en el pueblo a comenzar a sentirse, de verdad, más pobre, al comprobar que la crisis de la que tanto se ha venido hablando es una terrible realidad y que sus manifestaciones más dramáticas, como son la hiperinflación, el desempleo, la inseguridad jurídica y otras más, tienden acentuarse. Esta es la realidad que a mi parecer vive el pueblo y que se está formando su propio juicio y establece responsabilidades a su libre arbitrio.

La verdad ha perdido fuerza, con medias verdades o con falsedades reiteradas se las sustituye. Esto crea confusión en el pueblo, lo que unido a su temor lo lleva al borde de la desesperación. Decía alguien: “Cuando hay tanto que temer y tan legítimos motivos para el miedo lo único que no lo inspira y a lo que no se le teme es a la autoridad porque no se ejerce; a la ley porque no se aplica; a la Justicia porque no se imparte; a la sanciones porque no se imponen y a las acusaciones y denuncias porque no prosperan”.

Cabe también destacar, que de hecho hay un divorcio entre el pueblo y la dirigencia partidista y pareciera que nos movemos entre dos polos radicales uno en el gobierno y otro en la oposición. La crisis interna que están viviendo las organizaciones políticas de la llamada oposición evidencia una desvinculación entre los dirigentes y las bases; así como el forcejeo por el liderazgo.

Ante todo lo anterior, cabe la pregunta ¿Existe realmente la disposición tanto de los partidos de oposición como del gobierno de asumir responsabilidades y enrumbar el camino político de nuestro país por un rumbo de prosperidad y bienestar?  Creo que hay que hacer un esfuerzo para que todos pongamos nuestro granito de arena para adoptar posiciones que nos permitan salir de esta crisis; ya que es necesario dar a la sociedad un régimen justo de bienestar e igualdad para todos.

Finalmente, debemos tener fe y como se dice: “Adelante y en pie de lucha que el futuro será de bienestar para el país si hay un verdadero interés por parte de todos en arreglar la problemática que nos agobia”.