OPINIÓN

CAMINEMOS SIN DESMAYAR

POR: DR. PEDRO DUARTE

Abogado

En una oportunidad le preguntaron al gran escritor Eduardo Galeano qué significaba para él la Utopía, respondiendo de forma magistral dijo “la Utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, para qué sirve la Utopía? Para eso, sirve para caminar”.

Cuando se manifiesta que está en el horizonte, es porque ella se dirige a ese mundo, es caminar hacia ese paisaje, quizás no lleguemos nunca, pero mientras transcurre el recorrido, pareciera que se va encontrando un camino para su espíritu y he allí en lo particular que siempre debemos soñar con un mundo donde las diferencias sean pocas, donde las riquezas estén bien distribuidas, donde no exista la discriminación racial, la esclavitud, donde el encontrarnos con  el otro o la otra sea de vital importancia para la paz, donde los estratos sociales no sean tan marcados, pues al final por muchas diferencias sociales que hayan en esta vida, todos convergemos en el duro golpe  de la muerte, definitivamente una utopía.

Pero no podemos desmayar ni dejar de hacer lo que nos corresponde en el espacio donde nos toque desenvolvernos, desde nuestra trinchera, pues si hay algo que impulsa a ello es lo maravilloso de pensar en esa idea, creo que definitivamente la mayoría del tiempo estamos en utopías, soñando despiertos aunque la dura realidad del mundo nos golpea fuertemente, despertando en oportunidades casi en pesadillas; ante todo esto, sigamos caminando.

La Utopía la podemos considerar como proyecto de realización social y,  como todo proyecto, representa lo que se quiere construir, se inspira en la forma concreta de una sociedad, busca la forma de superar sus problemas y reordenarlos en torno a una idea. Resalto el hecho de que estamos en presencia de un sustantivo, femenino por cierto, que designa el proyecto o sistema deseable con la particularidad que el mismo es de muy difícil realización, un ejemplo sencillo, la igualdad  económica, sin duda una utopía, así también  esta puede designar una representación imaginaria de una sociedad futura con características favorables para toda la humanidad.

Esta sociedad  que en momentos nos imaginamos, todos los Ciudadanos deberían vivir en casas idénticas, no debería existir la propiedad individual, sino la comunitaria, los aspectos políticos, económicos y sociales, soñamos con que estén en equilibrio, permitiendo de esta manera vivir en paz, es decir, un sistema ideal. Nadie nos prohíbe soñar con todo esto, pues a decir de Galeano, seguimos caminando…

Podemos hacer referencia al Papa Juan Pablo II que hablaba entrando al tercer milenio, que debemos ser constructores de puentes espirituales, es decir tirar lazos de unidad, constructores de puentes, debe ser el hombre, no destructores de puentes a través de guerras sino constructores de puentes. El Papa Francisco lo acaba de decir en el encuentro mundial de Portugal con los Jóvenes, no debe haber limites (haciendo referencia a las fronteras entre Países), pues estos nos separan, los limites  son sitio de contacto con los demás, son espacios de encuentro, esos son los límites de los países, no podemos cerrarnos sino encontrarnos, debemos ser constructores del humanismo.  Ante estas reflexiones, profundas que hacen los Papas mencionados anteriormente, en su momento histórico, podemos ver como definitivamente el sueño por un mundo mejor y de encuentro con el otro es casi una utopía pero el llamado es a hacer lo poco o lo mucho que podamos por un mundo mejor, aun cuando parezca imposible.

 

“¿Sabes cuál es mi enfermedad? La utopía. ¿Sabe cuál es la suya? La rutina”

Víctor Hugo

 

Dr. Pedro Duarte

Abogado

 

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