lunes, mayo 6, 2024
OPINIÓN

¿CELEBRAMOS LA CONCIENCIA GREMIAL?

POR NORIS MARÍA HERNÁNDEZ

Aquí vamos de nuevo… 27 de junio Día del Periodista venezolano… la historia de esta fecha todo el gremio connacional la conoce, no valen repeticiones… lo que sí parece es desconocerse la esencia de esta poderosa profesión.

No se recuerda a Arturo Uslar Pietri, Rómulo Gallegos; Cecilio Acosta, crítico y defensor de las libertades políticas y sociales de Venezuela, de quien cito su frase escrita en 1868: «… No queremos que la tiranía, que busca tinieblas, tenga adoradores, ni la ignorancia, que la sirve, prosélitos»; tampoco a Rafael María Baralt, primer hispanoamericano en ocupar un sillón en la Real Academia Española; ni a Valmore Rodríguez, Renny Ottolina; y hasta al mismo Simón Bolívar, que además de nuestro Libertador, fue el padre de la imprenta en esta ex bravía nación sudamericana.

No es querer criticar a colegas que se dedican a hacer gala de la comunicación social en el país, pero sé de su pasividad, de su desvió de horizontes en la lucha por la libertad de prensa y de su pérdida de poder ante lo injusto.

Fue un comunicador venezolano, el Gran Bolívar, quien encabezó  la gesta emancipadora; fueron periodistas criollos quienes lucharon y murieron por la restauración del estado de derecho en Venezuela, así mismo fue uno de ellos quien con su deslealtad colaboró en su destrucción (José Vicente Rangel), y paremos de contar; pero desde Bolívar a Uslar con su lapidaria advertencia de la necesidad de “sembrar el petróleo”, quién recuerda la palabra crítica de algún colega enfrentado al régimen que socavó las bases democráticas de nuestra Venezuela, y que a cuentagotas, por casi un cuarto de siglo, acabó con nuestro porvenir, con nuestra moral y con nuestro valor ciudadano.

Se dice que la historia política y social de un país, se basa en sus períodos gubernamentales y en los partidos políticos, de donde emergen sus personajes claves.

Aquí uno de ellos: Leoncio Martínez, quien durante la dictadura del general Juan Vicente Gómez (1908-1935) en Venezuela, fundó el semanario humorístico “Fantoches”, junto a Francisco Pimentel (Job Pim). Martínez demostró ser un ciudadano como pocos, dedicado a enaltecer su patria de diferentes maneras a través de sus labores, como publicista, humorista, caricaturista y periodista, que con valentía ofreció su capacidad literaria, crítica y calidad humana, en una época que requería periodistas organizados convertidos en tribuna pública para disentir ante la situación de un país oprimido por la dictadura; fue pionero en el género de opinión y considerado uno de los mayores exponentes del periodismo crítico en Venezuela.

No soy quién para decirles qué hacer, porque ni siquiera estoy al frente de la batalla que muy pocos libran, pero sí llamo a la reflexión de un gremio de gran valía que hoy juega a la adulancia y a la falta de profundidad del disentimiento en sus letras. Callan y siguen callando ante la barbarie, callan y siguen callando ante cualquier cosa que crean puede hacerle daño a su integridad. Temen a la muerte y temen al patriotismo. No importa que ya no exista en el país un Kiosco de periódicos, un pregonero en las esquinas y semáforos, que los medios televisivos y radiales no informen sino publiciten. Hacia dónde va el gremio: a un espacio de felicitaciones y complacencias banales sin fondo ni forma.

La historia resalta a quienes con su pluma y hasta su vida provocaron los cambios que la sociedad necesitaba, aunque esa gloria no es de menester tomarla como bandera ahora, y lejos estamos, que después; se debe al menos extrañar. Parece que es más fácil autocensurarse que oponer lo injusto. Imperativamente se manejan los hilos de un gremio hacia donde un viento personalista se dirige, sin reconocer el trabajo de los demás ni buscar apoyarlos, sin endurecer la línea defensiva hacia la libertad; solos, se acorazan en el prestigio de portar un carnet gremialista, emulando el infortunio de siempre: un carnet político es más merecedor de respeto que un título universitario.

¿Quiénes son los verdaderos periodistas venezolanos de hoy día?, quienes luchan a diario por mantener sin ingresos reales, pero con ética, algún tipo de medio comunicacional, llámese web, casi extintos periódicos, radio o televisión; esperanzados en que algún día pueda la pluma volátil de un comunicador social venezolano revolver las entrañas de una injusticia deliberada y omisiva, pulseando con equidad y fuerza gremial para ganar batallas sociales.

Según un reporte publicado en el portal web de El País de España, y el cual comparto, existen dos hitos que simbolizan el declive de la libertad de expresión en Venezuela, y hoy es bueno traerlo a colación. “En 2007, un Hugo Chávez incómodo con la crítica ordenó cerrar RCTV (Radio Caracas Televisión), el canal que había iniciado la era de la televisión en el país. En 2021, Diosdado Cabello, número dos del chavismo, se quedó con la sede del periódico El Nacional, una institución cultural con 77 años de historia, tras un largo y cuestionado proceso judicial que acabó con el embargo del edificio”. Esto nos recuerda que nada pasa cuando lo injusto se mezcla con el poder, y sobre todo, cuando ninguna provocación despierta una lucha para enfrentar este tipo de violaciones.

En Venezuela están transformando los medios de comunicación en servidores de sus autoridades para difundir mensajes oficiales que confunden y engañan a la gente a través de la complacencia informativa, valiéndose de su poder como instrumento estratégico. Confunden conciencias, adormecen el derecho a saber y anestesian el derecho a participar con pleno conocimiento de las decisiones públicas. Moldean la opinión pública pisoteando el derecho a la información con el ejercicio de la manipulación, impidiendo que se ventilen los abusos de poder. Sin embargo, insisto que las luchas son para llevarlas a la victoria. Enfrentemos lo injusto e instauremos los derechos sociales, rescatando la esencia del periodismo como Cuarto poder del Mundo.

No es bueno extenderse en algo que pocos comunicadores están interesados en comprender, y el que lo hace, sólo alcanza a decir: es vedad tiene razón. Hasta allí nadie traspasa esa delgada línea entre el deber comunicacional de enfrentar la tiranía con la verdad y la pérdida de objetivos gremiales con el trabajo mancomunado y participativo, para recuperar el espacio perdido en las luchas sociales de una Nación maltrecha por la violación sistemática de sus derechos ciudadanos…

El Legado de las Ovejas Blancas

PERIODISTA

elregional

Diario de contenido informativo, noticias del acontecer local, regional, nacional e internacional “El Regional del Zulia"

LOGO EL REGIONAL DEL ZULIA - BOTON PRINCIPAL

Suscríbete a nuestro boletín

Reciba nuestro resumen con las noticias más importantes directo a su buzón.