OPINIÓN

DESUNIÓN ¿INCOMPRENSIÓN O FALTA DE VOLUNTAD POLÍTICA?

GOLFREDO DÁVILA

De anteojito, la respuesta es falta de voluntad política. Llevamos 20 años insistiendo en la necesidad de la unión para poder derrotar al régimen chavista en el terreno en que decidamos dar luchar. Se han hecho infinidad de escritos, de llamados desde distintos sectores, con argumentos de sobra, pero aun con todo y los intentos realizados, no se ha consolidado la unión.

Ojalá este nuevo Pacto Unitario, al que convoca Juan Guaidó y la AN, saque del marasmo a la sociedad democrática y le coloque un freno al proceso de fragmentación que sufrimos; que sirva de estímulo para construir un proyecto unitario de largo aliento; que reanime el movimiento de protesta y le ponga fin a este régimen, que mientras alarga su agonía, hunde más al país.

Para que florezca este nuevo consenso, se requiere autocrítica, propósito de enmienda, saber con qué contamos y con qué cuenta el régimen. Simón Bolívar decía que se nos ha dominado más por el desconocimiento político de la población, que por la fuerza. Eran otros tiempos, hoy enfrentamos a mentes perversas que diversificaron el dominio y el control sobre la población; mafias que no sólo usan el hambre, la represión, la persecución, el secuestro político, la tortura, el asesinato y otras formas de violencia; sino que se valen de su hegemonía comunicacional y de sus aparatos de contrainteligencia para llevar a cabo sus monstruosidades de carácter psicológico, dirigidas a aterrorizar y a desmoralizar a la gente; monta fraudes electorales para distraernos, para lavar su cara con dinero sucio y para colmo, nos pone a pelear entre nosotros.

Se requiere de antídotos que, no sólo contrarresten la enfermedad, sino que la extirpen de raíz: 1. Lo que se construye entre y para las cúpulas, se queda allí, se requiere de un proyecto unitario que trascienda al resto de los ciudadanos; si el acuerdo es una simulación, es de visión cortoplacista y responde sólo a asuntos electorales, fenecerá al concluir el evento. Por lo tanto dicho pacto debe contar con acuerdos tácticos y una visión estratégica común.   

2. Un liderazgo democrático que se desprenda de sus apetencias; que deseche las pugnas por la hegemonía y se difieran las aspiraciones de quienes se consideran presidenciables, para después que caiga el régimen. Si no consensuamos un plan país; si combato el sectarismo del otro, con más sectarismo; sí sólo acepto la unidad, cuando gira en torno a mí, entonces jugamos a favor del opresor. Sabemos que los errores cometidos han ocasionado incredulidad y desesperanza, pero si continúo enfocándome en eso, lejos de ayudar, empeoro la situación. Lo saludable es mirar hacia adelante, con mensajes transparentes, serios, auténticos, motivadores y una praxis orientada por la ética.

3. Revertir el desencanto y la decepción en nuestra sociedad, también pasa por lograr la conexión con el 85% de la población, que anhela la caída de Maduro, pero que ha sido obligada por la tragedia, a la lucha por la sobrevivencia; ese es otro país que vive una realidad distinta, que le importa un comino los brollos y los dimes y diretes de quienes estamos en la burbuja de los chat, o del twitter; no sabe si uno u otro líder opina, ni de la existencia de unos bichos a los que se les llama alacranes; por supuesto, menos pendientes están de los voceros del régimen, ni saben que montó una nueva trampa electoral. Sin embargo, no se pueden seguir tirando al olvido, allí hay que actuar, acompañándolos en sus luchas, y contribuir para que asuman su protagonismo.

4. Hay que realizar campañas que revaloricen la política, la educación, el trabajo, la honestidad, la solidaridad, el respeto y la tolerancia; así le salimos al paso a la anticultura, a la antipolítica y a los antivalores que este régimen nos ha inoculado, y que ponemos en práctica cuando subestimamos, descalificamos, insultamos y discriminamos a nuestros aliados. Reclamamos libertad y democracia, pero siquitrillamos al que piensa distinto.

5. La pandemia del COVID-19, nos hizo una mala jugada, no sólo se alió a la pandemia de destrucción, que arrastramos desde hace años, para causar más muerte; sino que nos desmovilizó y nos introdujo en un mundo virtual. Antídoto; promover diversas vías de participación, darle un uso eficaz a las redes sociales, reuniones de pequeños grupos por comunidad e incluso asambleas, hay que reforzar las protestas sociales e ir creando las condiciones para que este pueblo se rebele, acorde con los artículos 333 y 350 de nuestra Carta Magna.

6. Aprovechemos las ventajas a nuestro favor; la mayoría respalda la creación de un Gobierno de Emergencia Nacional; se mantiene el apoyo internacional; se autoliquidó la polarización, el régimen con su crueldad ahuyentó a su base social de apoyo, quedando reducido a una cúpula, refugiada en su poderío militar y económico, y amparada por el crimen organizado. Pongamos entonces todas nuestras energías en la construcción de una única fuerza, con una dirección coherente, que asuma con entereza y determinación la conducción del movimiento, hasta lograr la caída de la tiranía.

Ing. Golfredo Dávila, de Vanguardia Popular.

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