OPINIÓN

DÍAS INOLVIDABLES

POR: GLORIA CUENCA.

Ha comenzado el 5to. mes del año, el de la Virgen Santísima, de las flores y de las primeras comuniones, en nuestra tradición. Los días han pasado a una velocidad impresionante. Sería pertinente recordar aquella excelente cuña publicitaria de nuestra Viasa: “El tiempo pasa volando”. Así es la realidad actual. El tiempo se nos desaparece entre la mañana y la noche, casi sin que podamos cumplir con las metas que nos hemos propuesto. Sin embargo, estamos a menos de 3 meses de las elecciones presidenciales, en la dura batalla que hemos asumido, en tareas organizativas y de previsión para que no puedan hacernos trampa. Hay muchos elementos que llaman la atención: en primer lugar, el resultado de las encuestas serias; nos dan una imagen bastante cercana a lo que percibimos en la calle: el régimen está de capa caída, bastante mal y sin ningún tipo de propaganda que les levante de la situación en la que encuentran. Eso era esperado por quienes a diario convivimos con las penurias de los venezolanos de a píe, (aun cuando no andamos a píe). El desastre económico-social-sanitario-educativo-cultural-ético y demás, la realidad, pues; no permite al ciudadano pensar en nada peor de lo que vivimos en la actualidad. Sin embargo, sí puede ser peor: si se lograran quedar con trampas y triquiñuelas, es decir a lo malo, como lo han amenazado varias veces; “ni por las buenas, ni por las malas”. Eso han dicho. Por eso no podemos bajar la guardia, tenemos que estar muy alertas y cada minuto de estos días, que considero inolvidables, preciosos. Como católica creyente que soy, rezo constantemente a nuestro Padre Todopoderoso, a la Virgen y a mis Santos muy amados, para que nos ayuden a salir de esta pesadilla, con paz. Que no se derrame más sangre inocente en esta lucha por la democracia y la libertad.

Digo que estos días son inolvidables y lo reafirmo. Creo que en ningún momento histórico de la Nación estuvo tanto en juego. Tampoco, nunca, se motivó el pueblo de la manera que lo hace hoy, siguiendo los acertados y asertivos pasos de nuestra dirigente María Corina Machado. Parece que hay un acompañamiento entre la dirigente y el pueblo. Entendió qué, siguiéndola a ella, hay esperanza, perspectiva y especialmente, futuro. Lo contrario es la ruina, el desarraigo, la miseria, la violencia, la inmoralidad, el atraso. Si no estuvieran tantas cosas en juego, lo que ocurre es digno de un gran espectáculo, parece que estuviéramos en un gran teatro. Y, así como en el Siglo XIX, Venezuela inesperadamente, se puso a la cabeza de la Independencia, hoy se vuelve a poner en marcha para lograr la libertad y la democracia del país; con importantes ingredientes positivos para nuestra martirizada región.

Es la hora de la organización, de la construcción y el orden, nada puede quedar al azar. Los contendientes, solo cuentan con una fuerza pírrica: la del odio, mientras nosotros los debemos enfrentar, con el perdón y el amor. ¿Qué no lo entienden? Allá ellos, nuestra consciencia tiene que estar por encima de eso. Al lado de nuestra profunda Fe, tiene que ir paralelamente, la construcción de todo el andamiaje que evitará la trampa. La organización, la estructura de un gran proceso de vigilancia para que no haya amenazas que puedan ser llevadas a cabo. Nada de listas Tascón, (QEPD). Nunca más esa persecución y odio contra nuestros hermanos venezolanos. Cese el resentimiento y el odio. No es fácil, hay que trabajar en serio con esto. Es una tarea de titanes que no debemos olvidar. ¿Cómo hacer? ¿Cómo se puede lograr? Fundamental el mandamiento de la Ley de Dios:” Amar al otro como a ti mismo”. Así se debe comenzar a concientizar el camino, del perdón. Esto no implica que no se hará justicia. ¡Atención! El   perdón, no está reñido con la práctica de la justicia. Lo que hace el perdón es sanarnos y permitir que sea vea la situación con serenidad, equidad, justicia. Ni odios, ni resentimientos, ni mandatos tipo: “Pongan preso a zutano, porque se mofó de mí”. El deseo de revancha, la obsesión por vengarse, debe desaparecer.  Ya lo dijo ese gran presidente que fue Soublette: “No importa que el pueblo se ría del presidente, la cuestión dañina es que el presidente se ría del pueblo”. Insisto en los modelos que sirven de referencia en estos momentos, si Nelson Mandela, pero también Eleazar López Contreras y Wolfgang Larrazábal, tenemos experiencia y rutas realizadas exitosamente, no olvidarlo. Los venezolanos enfrentaremos una tarea gigante: la reconstrucción de nuestra amada patria. Muchos regresarán, otros, ya habrán construido sus vidas en otras partes. No volverán. Todo es posible y válido en estas décadas futuras que se nos presentan. Eso si con el cambio necesario en el gobierno, rumbo a la democracia, la libertad, la seguridad alimentaria y la seguridad social. ¡Hasta el final!

Aspecto fundamental de todo este proceso es el apego a la ética, a los valores de la libertad y la democracia, a la siempre invocada justicia. Al objetivo principal de devolverle a nuestra educación la seriedad y el rigor necesarios. Es un nuevo país el que debemos reconstruir y tendremos tareas gigantes al regresar a los postulados básicos: trabajo, orden, justicia, verdad, democracia en Libertad, sin libertinaje. ¡Dios nos ayude!

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