OPINIÓN

DIGNIDAD DE LA MUJER   

 

POR: DR. PEDRO DUARTE

En estos últimos meses, he leído por diferentes medios de comunicación cómo han aumentado las cifras de Feminicidio en Latinoamérica, pero sabemos que va más allá de esas latitudes y que este este problema se presenta a escala mundial. Son muchos los factores que influyen para que esta realidad  se presente irrumpiendo con algo tan sagrado como lo es la dignidad y más cuando se trata de la dignidad de la Mujer. Aquí parafraseo aquella estrofa de la canción interpretada por Don Vicente Fernández: “Porque fue una Mujer la que me diera el Ser, por eso te bendigo, sublime Mujer”.

La persona humana se manifiesta mediante dos modos: Ser Varón o Ser Mujer. Los dos son iguales y a la vez diferentes. Por una parte, iguales porque gozan de la misma dignidad humana que es dada por el hecho de ser personas; y a la vez son diferentes porque poseen cualidades o dones propios de su género, masculino o femenino.  El mismo es aportado desde un aspecto biológico, psicológico, neuronal, entre otros. Se constituye por tanto una diferencia que es riqueza para toda la humanidad.

La dignidad  de la Mujer radica no en las cualidades o atributos que posee, sino por encima de todo, por su condición de Persona y de allí se deriva la igualdad existente entre Varón y Mujer. Es muy lamentable como en esta sociedad hedonista, consumista, existencialista, se pretende tomar la majestuosidad de la Mujer como un objeto con el cual puedo lograr, en detrimento de ellas, incursionar en espacios y así ofertar tal o cual producto, valiéndose de la belleza de este Ser, pues toda Mujer tiene derecho a la vida, a no sufrir ningún tipo de discriminación ni violencia, a no ser maltratadas, mucho menos asesinadas, a vivir liberadas del miedo constante a ser agredidas sexualmente con impunidad, cuestión esta muy común en reiteradas oportunidades.

La Mujer debe  asumir en la sociedad el rol que a cualquier Ser Humano le corresponde pues son capaces  de pensar, de discernir y decidir sobre circunstancias de importancia y transcendencia social. Cuanto bien hace la opinión de la Mujer en la toma de ciertas decisiones y más aún dotadas de ese sexto sentido que la naturaleza les concedió. En el caso de Venezuela, son considerables los cargos de importancia nacional, regional y municipal ocupados por Mujeres capaces, cuestión esta que en otrora era impensable. En lo particular hago votos porque esta realidad continúe fortaleciéndose. Así mismo cuando revisamos nuestras Universidades Públicas o Privadas, vemos con satisfacción la gran cantidad de Mujeres que forman parte de esa matricula estudiantil, muchas de las cuales pronto serán profesionales de la República.

El valor de una Mujer comienza consigo misma, al darse cuenta de la capacidad de  conocerse y así saber cuáles son sus gustos, talentos, fortalezas y debilidades; al confiar en los recursos que tiene pero sobretodo confiar en ella misma y de esta manera lograr alcanzar las metas  que se proponga.

La Santa Biblia invita a la Mujer  a tomar conciencia de su dignidad y del respeto que merece por el hecho de haber sido creada a imagen y semejanza de Dios.

El gran Filósofo Kant establecía que “aquello que tiene precio, puede ser sustituido por algo equivalente; en cambio, lo que se haya por encima de todo precio y, por tanto, no admite nada equivalente, eso tiene una dignidad”, en ese sentido, la persona, en su modo de ser Varón o Mujer, son invalorables.

El Papa Juan Pablo II, en una carta escrita a las Mujeres del Mundo entero con fecha 29 de junio del año 1.995, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, en el marco de la proximidad de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que tendría lugar  en Pekín, entre tantas cosas hermosas expresó  “Te doy gracias Mujer Madre, que te conviertes en seno del Ser Humano con la alegría y los dolores de parto, de una experiencia única, la cual te hace sonrisa de Dios para el Niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida” y en otra parte dijo “Te doy gracias, Mujer ¡por el hecho mismo de ser Mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas”.  Resalto acá e invito a leer la hermosa carta apostólica escrita por el Papa Juan Pablo II “Mulieris dignitatem” con respecto a la dignidad de la Mujer.

Dios cuide a las Mujeres del mundo.

 

Dr. Pedro Duarte

Abogado  

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