jueves, marzo 28, 2024
OPINIÓN

EL GRITO (¡MAY DAY…!) POR LA CRISIS EDUCATIVA EN VENEZUELA

POR: ROBERT ALVARADO

Veraz…

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo»

Nelson Mandela

Cuando uno escucha May day lo asociamos con una señal de socorro, derivada del francés m’aider. Es utilizada como llamada de emergencia en muchos ámbitos, que es manejada en diferentes países para solicitar una señal de ayuda. Que es  eso lo que  estoy escuchando en Venezuela,  no es el covid-19 sino la  precaria situación de condiciones de estudio y trabajo, inician actividades escolares en aulas. Razones por las cuales la presencia del personal docente y de los alumnos en las aulas, se ha convertido en una quimera. ¡El Gobierno tiene la palabra! Al parecer el estancamiento y la depresión que  venía presentando la educación desde 2007 va a seguir profundizándose, debido a que los esfuerzos gubernamentales para este sector, han sido muy pocos con relación a una población que tiene el derecho constitucional y humano de ser atendida, la cual al ser  demasiado grande en importancia, demanda de mayor deferencia y consideración para obtener los resultados prospectivos que requiere el futuro del país.

Este pasado 25 de octubre; se supone se daría inicio al nuevo año escolar 2021-2022, sin embargo lo que mostraron los centros educativos, fue desidia y desolación, producto de la baja asistencia tanto de los docentes, como de la materia prima a ser formada: ¡Los alumnos! 

Esto deja al descubierto un claro indicador de cómo se encuentran los salarios de los docentes, la precaria situación que presentan las estructuras físicas de los planteles educativos, la ausencia de transporte por falta de gasolina, el empobrecimiento de las familias entrampadas en la disyuntiva de alimentar a sus hijos o enviarlos a la escuela con hambre y sin insumos necesarios para el aprendizaje y para agravar el dantesco cuadro, el padecimiento generado por la pandemia del COVID-19, para lo cual tampoco se tomaron las previsiones de vacunación y bioseguridad necesarias y garantes del retorno seguro a las aulas.

Este conjunto de circunstancia adversas, dejan al descubierto la  rémora real que motiva la imposibilidad de hacer acto de presencia en las escuelas sobre una plataforma moderadamente sensata para el inicio del año escolar 2021-2022 y se convierte en un foco de atención para la  crítica, respecto al drama que representa el derrumbe del hecho educativo en una Venezuela que cada día va mostrando más y más, el doloroso resquicio que se abre entre unos que acceden a una educación de calidad y otros; la gran  mayoría, que han sido excluidos por un gobierno que no maneja la educación en función del desarrollo y de los intereses y necesidades de la población,  sino que pretende someterla a los intimidaciones del poder.

Así las cosas, se observa con estupor que la escolaridad camina; dando traspiés, hacia un futuro incierto, producto de una gestión y política pública fundamentada más en  caprichos ideológicos, que en la búsqueda de formar ciudadanos, hecho este que ha traído como consecuencia la existencia de menos escolarizados y el evidente estancamiento y regresión en términos de escolaridad, puesto que si se revisa la atención prestada a la educación a distancia, tampoco hay muestras de avances formativos, académicamente hablando, a consecuencia de la falta de ocupación en resolver los agravios que aquejan la carencia de las tecnologías de la comunicación para posibilitar el aprendizaje desde casa.

Las consecuencias de imponer una ideología trasnochada  y la politización del Sistema Educativo,  al obligar al docente y demás trabajadores a “cohabitar si o si” con la Plataforma Patria, para poder obtener lo que por ley devengan producto de su labor, es que ha liquidado el sistema académico de carácter formativo,  no existe la formación del docente porque es más importante entregar la educación a quienes garanticen la fidelidad o hagan silencio y  para ello nada mejor que despreciar a los educadores experimentados para dirigir los destinos pedagógicos del país y en su defecto, hacer uso de programas  como la chamba juvenil o del adulto mayor, ambos de importancia vital para el total  quiebre del sistema de formación, contratación  y remuneración del trabajo y para el  estímulo de una Cultura Pedagógica inconstitucional a la que poco o nada le importa el Trabajo y la Educación como vías privilegiadas para la felicidad ciudadana.

Mientras se siga abandonando la educación, se desestime la evaluación de los aprendizajes como posibilidad para enjuiciar y promover el aprendizaje dentro del Sistema Educativo Escolar y se improvise cualquier forma, por inadecuada que esta sea, como solución para avalar los problemas que comporta el impacto del Covid-19 en el proceso de enseñanza aprendizaje, la calidad de la Educación en este año que recién inicia, seguramente habrá de mantener vivo el ultraje al que ha sido sometida durante tantos años y seguirá mostrando como un país sin estructura educativa, cae  cada vez más en el aljibe profundo del atraso.

Los venezolanos gritamos con mucho dolor lo que siente es el sistema educativo y es como dice la canción de Mari Trini: Te Amare y Te Querré (https://www.youtube.com/watch?v=f9Cb8qv9VV0) porque amamos a Venezuela, y esos los alumnos que van a esas escuelas deterioradas y solo se escucha como titule: El grito (¡May Day…!) por la crisis educativa en Venezuela  

@robertveraz

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¡Hasta la próxima semana, Dios bendiga a Venezuela!

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