Experiencia invaluable
Marielys Zambrano
El Regional del Zulia llega a sus 30 años y me alegra haber sido parte del equipo de periodistas que trabajó en esta valiosa casa editorial. De ella guardo en mi corazón gratos recuerdos, grandes amigos y una experiencia invaluable.
El Regional del Zulia ha soportado el torbellino que arropó a la prensa del país y que dejó a más de 115 medios de comunicación cerrados. Duramente, de sus 30 años ha tenido que combatir alrededor de 20 en el espinoso camino del comunismo venezolano. Y eso no ha sido tarea fácil. Ha resistido las presiones gubernamentales cuando una noticia publicada es incómoda. Ha sobrevivido a la falta de presupuesto para cumplir los compromisos con su personal. Ha tenido que reinventarse y adaptarse a los cambios editoriales que obligaron a los periódicos del país a modificar sus formatos por la falta de papel, la falta de combustible para el traslado de sus reporteros y distribución, y la falta de dinero en efectivo en la ciudadanía para poder comprarlo. Aun así, se ha mantenido. Lograrlo es motivo de aplausos. Sabemos que la tribuna que se alegra por este nuevo aniversario está representada por cada vecino de la Costa Oriental del Lago que vio su historia en sus páginas y que se sintieron informados en ellas. El secreto de su permanencia ha sido escuchar a la gente.
Cuando ingresé a las filas de El Regional, para el 2004, Chávez ya había dado un doloroso giro de timón hacia la izquierda; algo que aún mantiene al país sangrante, herido, arruinado y destruido. La prensa era atacada duramente y sus reporteros éramos grabados, nos gritaban consignas agresivas, ofensivas, nos maldecían, empujaban. Recuerdo mirar a las masas como si tuvieran sus caras poseídas. El discurso comunista agitaba a la colectividad en contra de la prensa independiente, como El Regional del Zulia, que a fin de cuentas era quien escuchaba los dolores de los vecinos, veía los descocidos de las gestiones gubernamentales y los publicaba. Irónicamente, las mismas caras que ofendían a los reporteros acudían meses después a denunciar sus agonías por los servicios públicos maltrechos. Y era El Regional del Zulia quien los escuchaba, porque todas las recepciones eran atendidas: una norma editorial.
Recuerdo que era muy incómodo bajarse a cubrir asignaciones donde estaba el hervidero de los políticos y sus tribunas violentas hacia la prensa. Nos mirábamos (redactor y reportero gráfico). Y llegaba la hora de los dientes apretados, el pulso acelerado y la respiración profunda. Caminábamos rumbo a ser lastimados por el verbo incontinente de izquierda.
En las filas de El Regional del Zulia, acompañada de la reportera gráfica Glenda Ortega (Q.E.P.D), encontramos un campamento del ejército apostado clandestinamente en la carretera X con 64 de Lagunillas, en el cual, torturaron y violaron a tres vecinos, solo por caminar cerca. Uno de ellos fue colgado por los testículos y murió. A otro lo golpearon ferozmente y le sumergieron la cabeza en pipas con agua. Cuando encontramos el campamento, los soldados nos apuntaron con Fusiles Automáticos Livianos (FAL) en la cabeza y pecho. Un gran susto. Era monte adentro y las armas estaban en manos de gente enferma y peligrosa. Creo que aun las armas del país siguen en iguales manos.
Con el Regional del Zulia encontramos la Lemna por primera vez en Bachaquero. Cubríamos otra pauta y nos impactó ese fenómeno que luego sacudió la prensa estatal. Con el Regional del Zulia encontramos un cementerio equino detrás del Hipódromo de Santa Rita. Unos vecinos nos dijeron: “¡Vengan por aquí, por este monte”. Y los seguimos a pie, con el sol a cuestas, fatigante. El hedor de los caballos reventándose, con algunos que habían sido para venderlos en las carnicerías de la zona fue un escándalo que movió, al día siguiente, a la directiva del Instituto Nacional de Hipódromos a tomar “medidas” ante algo que sabían, pero que ahora se veían obligados a resolver porque era público y notorio.
Con el Regional del Zulia cubrimos agotadoras giras de candidatos prometiendo lo que nunca cumplieron. Recuerdo al general Gutiérrez, aspirante a la gobernación del Zulia, por el chavismo, quien ni siquiera conocía al estado. Con la mirada perdida, los asesores le daban las respuestas en el oído de lo que debía decir. Con el Regional del Zulia cubrimos la tortura de las giras presidenciales en la zona, donde ni siquiera podías orinar por casi 12 horas. También, cubrimos los motines persistentes que sacudían al Retén Policial de Cabimas. Y cubrimos unas cuantas “primeras piedras” de obras que no se concretaron. Muchas historias. Muchas anécdotas.
Muchos amigos.
Que sean muchos más… ¡Felicidades!
