viernes, marzo 29, 2024
OPINIÓN

LA ESPERANZA

 

POR: DR. PEDRO DUARTE

Abogado

La Realidad que vive la humanidad es verdaderamente terrible, EL HOMBRE ES UN LOBO PARA EL HOMBRE, como dijo el Filósofo Inglés Thomas Hobbes. Por un lado guerras (que no se deben justificar y las consecuencias de las mismas son para todos), por otro lado asesinatos, violaciones, Madres y Padres con una violencia extrema para con sus hijos y viceversa, abuelos brutalmente maltratados y pare de contar; todo aquello sin ningún tipo de clemencia o misericordia, a esto se agregan los embates de la naturaleza, que han golpeado fuertemente en algunas partes del mundo, atreviéndome a decir que en parte somos culpables pues lo del cambio climático no es cuento ni melodía como lo dice mi amado Padre que a sus 83 años está más claro que el agua.

De igual manera han sido implacables con nuestros océanos, lagos, ríos, animales, bosques, entre otros, por el individualismo y las ansias de tener que han llevado a gran parte de la humanidad a perder la solidaridad por el otro, el alegrarme o llorar por lo que mi prójimo se alegra o llora. Uno se pudiera preguntar: ¿Está todo perdido? La respuesta inmediata, es decir con el pensamiento, así como con la palabra debe ser un NO rotundo pues la Esperanza jamás se podrá perder y junto con la Fe, me debe acompañar por siempre.

Decía el gran Nelson Mandela, en una de sus tantas reflexiones, que surgieron producto de los años encarcelado, torturado, humillado, de todo lo terrible que vivió sólo por luchar o llevar la bandera de una causa justa: “No soy optimista, sino un gran creyente en la esperanza” es decir, se convertía la esperanza en la piedra angular para lograr los objetivos planteados, aún en las terribles circunstancias que vivía y le permitió realizarse como individuo, como Líder de Sudáfrica dando lo mejor para su Pueblo. Aquí agrego que el Hombre lleva esa esperanza firme guiada por la certeza que da Dios tal como lo conciba para quien nada es imposible.

Con mucha frecuencia se escucha decir: “La Esperanza es lo último que se pierde” en lo que tienen razón, pero va más allá pues nunca debe perderse y el Ser humano que la pierda ya está muerto, es decir vive, pero no vive cuestión está muy lamentable pues la Esperanza debe estar implicada en todas las acciones de la existencia. Es el Hombre la matriz y el aliciente de la marcha hacia el futuro, pero se anima y pone todos sus cimientos en la esperanza pues esta prevalece sobre cualquier otra manifestación del Ser humano revelándose siempre en todo su actuar y obrar.

La Esperanza nace también de una especie de instinto de conservación y de supervivencia que se expresa en la lucha por la vida. Aquí recuerdo lo expresado en una página de un hermoso libro que una vez leí “LA PSICOLOGÍA DE LA ESPERANZA” donde expresaba “es una variante espiritual de una componenda biológica”.

Concluyo esta reflexión exhortando a nunca perder la Esperanza, a tener presente que es en los momentos duros donde más debe fortalecerse; evitar el pesimismo, la desesperación, es decir el transitar del optimismo al pesimismo. A decir del Cardenal Francés Poul Poulpard “La Esperanza es precisamente la virtud de nuestro tiempo, ya que ella es una virtud de los tiempos trágicos: la esperanza humana enferma no se deja curar si no es por unas manos llenas de amor y de esperanza”.

De igual manera al referirnos a la esperanza cristiana, la misma está en capacidad de dar una respuesta fundamental al problema radical referente al significado de la vida, pues lamentablemente todo es transitorio y todo está amenazado por este hecho, lo que amenaza la consistencia de cada cosa incluso de la propia muerte. La Esperanza tiene el poder y la grandeza de liberar al hombre del miedo paralizante, así como de una pasividad infructuosa.

Trabajemos el día a día con una firme esperanza de ver llegar un mundo mejor, un mundo más humano y recordemos aquella hermosa y profunda canción interpretada por la gran cantante argentina Mercedes Sosa, a quien también le tocó vivir momentos duros incluyendo el exilio de su Patria, cuyo título es Todo Cambia y seguro cambiará.

Dr. Pedro Duarte

Abogado