LOS INMIGRANTES

POR: DIONISIO BRITO

El estallido del Barroso N° 2 o el Reventón Petrolero, aquel 14 de diciembre de 1922, tuvo múltiples implicaciones y diversas derivaciones. Una de ellas fue el fenómeno Migratorio. A Cabimas llegaron como si fuere un aluvión humano  habitantes de diversas regiones del  país;  y un poco después personas de nacionalidades extranjeras procedentes de varios países sobre todo italianos, colombianos, árabes, (sirios y libaneses) y últimamente comerciantes de origen asiáticos. Fue el resultado directo de la actividad petrolera.

Como se sabe, Venezuela ha sido receptora de variados movimientos migratorios. Algunos claramente planificados como la Colonia Tovar en el Estado Aragua a mediados del siglo XIX, que tuvo como promotores a Martín Tovar y Ponte, Manuel Felipe Tovar, Alejandro Benitz y Agustín Codazzi, entre otros. En los años cuarenta y cincuenta arribarán al país varias oleadas de europeos en los tiempos posteriores a la guerra civil española  y a la segunda guerra mundial.

Quienes vinieron a nuestras tierras en la búsqueda de una vida mejor fueron recibidas con el afecto y hospitalidad que distingue a los cabimenses. Se integraron a la vida local y formaron parte de nuestra cotidianidad.

Aquí se establecieron, con sus oficios y profesiones ayudaron al desarrollo de la urbe petrolera. Se casaron y conformaron una familia, sus hijos son cabimenses. Algunos de sus inmigrantes permanecieron entre nosotros hasta el final de sus días. Hoy constituyen un componente de nuestra mixtura cultural.

Allí están el Colegio Juan XXIII, el Club Italo-Venezolano y numerosas edificaciones públicas y privadas que tienen la impronta de la Colonia Italiana, por solo citar un ejemplo.

Por esa razón, por su contribución al progreso de nuestro municipio, ellos están presentes en la Crónica de Cabimas.

                                                                             Dionisio Brito

                                                             Cronista del Municipio Cabimas

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