NO PERDAMOS LA ALEGRÍA
POR: DR. PEDRO DUARTE
Vivimos en un mundo completamente acelerado, donde las noticias negativas son cada día más impactantes, algunos dicen que se ha perdido la capacidad de asombro, pero déjenme decirles que esta no se puede perder nunca, pues los límites de la maldad en el Ser Humano son inimaginables. Nos encontramos que se desarrollan guerras en un porcentaje alto de los Pueblos del mundo, hambre, la trata de blancas, tráfico y sacrificio de Niños y Niñas, sequías, la violencia desbocada hasta el punto de que Hijos golpean a sus Padres, el desorden social a la orden del día, decisiones contrarias a toda lógica; en suma el mundo al revés de Galiano y la dura tarea para todos nosotros de hacer más humana la humanidad.
Será posible mantener la alegría y las ganas de vivir ante tanta barbarie, digamos que además de ser posible, es necesario para sobrellevar con un perfecto equilibrio cuerpo y alma estas contradicciones que la vida nos presenta y que son propias de la miseria humana, contribuyendo en la concordia con el semejante, con el prójimo, es decir con la Paz, con todo aquello que hace que la vida valga la pena vivirla.
El hecho de que existan guerras y violencia nos hace pensar cómo es posible tanta crueldad en el mundo; por qué somos tan indiferentes ante el dolor de los inocentes; cómo es posible que queramos resolver nuestras diferencias por medios que sólo causan sufrimiento, concluyendo que definitivamente necesitamos una renovación radical de nuestras mentes y nuestros corazones. El mundo necesita inyecciones de generosidad, de comprensión, de justicia, algunos hablan de pastillas de cultura, fomentar profundamente la amistad así como no escatimar esfuerzos en día a día aportar gotas de alegría.
El gran filósofo Nietzsche asocia la alegría con la capacidad de superar la existencia y su carácter trágico, como una expresión de la voluntad de poder que supone ser alegre a pesar de los sufrimientos de la vida, sin refugiarse en una felicidad ilusoria, es decir a pesar de todas las situaciones adversas que se puedan presentar, el solo hecho de estar vivos es motivo de alegría y ciertamente debemos estar por encima de los problemas para lograr superarlos. Vayamos por el mundo transmitiendo toneladas de alegría aun desde los actos más pequeños.
Tengamos presente que una sonrisa alivia el cansancio, renueva las fuerzas y es consuelo en la tristeza, además tiene valor desde el comienzo en que se da.
Dr. Pedro Duarte
Abogado
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