¿SERÁ VERDAD TANTA MENTIRA?
POR: EMIRO ALBORNOZ LEÓN
Desde hace muchísimos años, he venido sosteniendo que no veo una salida realmente democrática en Venezuela que permita ponerle fin a esta catástrofe nacional que ha devenido luego de más de 21 años de lo que perfectamente se puede calificar la dictadura revolucionaria. Y no se trata simplemente de una opinión sin sustentación de ningún tipo y lanzada al boleo. No.
Está basada en las actuaciones de los regímenes de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro quienes no han tenido problema alguno en identificarse de marxistas o socialistas, o mejor, seguidores de lo que han dado en llamar el castrocomunismo, despótico gobierno instaurado en Cuba desde 1959 y ha llevado también a la ruina a esa nación caribeña y conculcado la libertad de millones de cubanos que hoy viven en la más terrible pobreza y sometidos por la Tiranía de los hermanos Castro Ruz, cuyo último dinosaurio se retiró del poder, pero sigue mandado.
He querido iniciar este trabajo con tales afirmaciones porque estoy rebanándome los sesos para ver si le consigo una explicación convincente a las últimas medidas y acciones que ha tomado el dictador Maduro, tales como anunciar que ya no designará más «protectores» en los Estados y municipios donde pierden elecciones, restándole atribuciones a los gobernantes electos por el pueblo y entregándolas abusivamente a miembros del gobernante partido oficialista, algo que es totalmente dictatorial y antidemocrático porque no es otra cosa que el desconocimiento de la voluntad popular.
De pasapalo, también nos dice que se hará respetar la Constitución, lo que es una declaración tácita de que hasta los momentos lo que ha hecho es agarrar» la mejor Constitución del mundo», Chávez dixit, y se la ha metido por el bolsillo de atrás.
Esta semana fuimos sorprendidos por una decisión del CNE, de mayoría oficialista, que habilita de nuevo la tarjeta de la «manito», de la Mesa de la Unidad, para que participe en las elecciones del 21-N.
Uno no sabe qué pensar , porque habilitar la tarjeta con la cual el pueblo venezolano salió masivamente a votar contra el régimen en las elecciones parlamentarias del 2015, propinándole una descomunal y vergonzosa derrota, triunfo memorable de la oposición que poco después fue desconocido por el régimen utilizando el arrodillado Tribunal Supremo de Justicia, es un verdadero peligro para el régimen porque si se pusiera de acuerdo la oposición y participará unida monolíticamente, aún sin las condiciones que está exigiendo, puede salir nuevamente este pueblo a votar en romería para propinarle una nueva derrota a este mañoso régimen.
Sin duda que no se trató de una jugada maestra para desarticular a la oposición al quitarle esa demoledora arma con la que habían hecho comer tierra al régimen, sino de una sucia maniobra propia de los regímenes de fuerza y totalitarios que se aferran al poder utilizando las vías más sinuosas.
Pero además de las promesas de Maduro de no pisotear ni meterse más la Constitución por el bolsillo de atrás, las decisiones del CNE que favorecen a la oposición, lo vemos liberando presos políticos que estaban en el Helicoide, el mismo sitio donde suicidaron al Concejal Fernando Albán, crimen que apenas hace semanas reconoció el Fiscal de la revolución.
Entonces uno se pregunta: será verdad que un gobierno corrompido, asesino, violador de derechos humanos, crimen por el cual será acusado Maduro en cualquier momento en la Corte Penal Internacional, va a meter por propia voluntad su cabeza en el cepo para que caiga la «guillotina» que no es la que arranca cabezas sino la de la ley que con todo su peso hará justicia al pueblo venezolano sometido a las peores torturas como son el hambre y las enfermedades que ha traído consigo este régimen en su desastroso desempeño.
Este cronista no lo cree conociendo ese pájaro por la cagada que vive poniendo. Estimo más bien que ante la presión internacional de la ONU, la Unión Europea, las Comisiones de Derechos Humanos, los precios que el gobierno norteamericano ha puesto a las cabezas de los personeros del régimen, encabezados por Nicolás Maduro (&15 millones) está otra vez en su estrategia de ganar tiempo y cuando menos pensemos, le dará la patada a la mesa, al escritorio y a todo cuanto se encuentre por delante.
¿Será verdad tanta mentira?
Emiro Albornoz León/Periodista.
