SOBRE LA ANSIEDAD
POR: DR. ALIRIO FIGUEROA ZAVALA.
Individuo de número de la Academia de Ciencias Jurídicas del Estado Zulia.
Vivimos momentos muy difíciles, que está generando que muchas personas sufran de ansiedad, que es una vivencia de temor, inquietud, nerviosismo, preocupación o pánico por lo que está a punto de ocurrir o puede ocurrir. Es una sensación de un peligro, problema o amenaza que está por suceder. Ella es diferente al miedo, que es una emoción que sentimos en presencia de una amenaza.
En nuestros días, abundan los problemas derivados de muchas circunstancias. Son tiempos críticos, difíciles de manejar lo que ocasiona que muchas personas se preocupen por la economía, enfermedades y desastres, sean naturales o provocados por el hombre.
También están las inquietudes personales y hay quienes temen que el medico les diga que tienen una enfermedad lo cual le genera más preocupación y a otros les preocupa el futuro no solamente de su persona, de sus hijos y nietos. Sentir ansiedad muchas veces no es malo, porque, por ejemplo, es normal que nos pongamos nerviosos antes de un examen, antes de hablar en público o de una entrevista de trabajo. Además, cierto estado de ansiedad, nos ayuda a evitar peligros, pero si ella es grave o crónica la misma puede ser dañina.
Una de las causas fundamentales que está generando la ansiedad es la situación económica que estamos padeciendo, tenemos una de las inflaciones más altas en el mundo y cada día los artículos alimenticios de primera necesidad aumentan de precio y los salarios no alcanzan para cubrir esas necesidades, que ha producido que personas dejen a su familia y amigos para irse al extranjero en busca de una mejor vida. Ante esta situación, nosotros no debemos inquietarnos tanto, y tener confianza y optimismo que la situación va a mejorar.
Debemos evitar tomar malas decisiones porque esto nos agravaría el problema. Hay que tener fe, en que la situación debe cambiar y que Dios nos va ayudar en resolver esta lamentable situación. Es conveniente tener presente, que la Biblia nos recomienda que cuando pasemos por dificultades no dejemos de orar a Dios, rogándole que nos ayude y nos de sabiduría y valor para actuar del mejor modo.
