VÍA CRUCIS: CAMINO HACIA EL MÁS GRANDE AMOR

POR: P. JOSÉ ANDRÉS BRAVO H.

Los invito a seguir a Jesús, el Nazareno, asumir su causa y andar por el camino de la entrega de amor hasta el sacrificio de la Cruz. Debemos contemplar su vida encarnada, donada, compartiendo los sufrimientos y tristezas, las alegrías y esperanzas, las luchas y los sacrificios de la humanidad que gime el dolor de la opresión del pecado, que busca la fraternidad, el más alto grado de desarrollo que aspiramos vivir.

Es el paso difícil del que sube al Calvario para la liberación del pecado que causa tanto dolor. Caminar hacia el extremo de entregarnos para que todos tengamos un mundo más humano, abundante en valores, en capacidades extraordinarias para trabajar por una educación que nos permita crecer en comunión, por una salud fortalecida gracias al esmerado servicio de los que tienen vocación para sanar, y recursos adecuados para hacerlo con eficiencia, especialmente con los pobres y necesitados. Para que todos nos tratemos y sirvamos con respeto, con amor, como merecen los hijos de Dios.

El Nazareno pasa hoy y se acerca a nosotros con la misma ternura del Padre. Se detiene ante cada uno, nos mira con misericordia y nos llama: ¡Sígueme! Debemos ponernos de pie y seguirlo por el Vía Crucis, el camino que nos conduce hacia el amor extremo. Es el camino que da sentido auténtico a nuestra historia, el que nos hace Eternos.

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