POR: DR. PEDRO DUARTE
En un abrir y cerrar de ojos, nos llegó el último mes del año y con él todo lo que este encierra, las comidas típicas, los estrenos, los juguetes, los juegos pirotécnicos, las Misas de Aguinaldo, en fin las tradiciones. Un año que coloquialmente podemos decir que voló, resaltando un tema que siempre ha sido central para la filosofía, en este caso me refiero al tiempo. Desde la antigüedad y desde la visión de diferentes filósofos, ha surgido la pregunta sobre su naturaleza, si es real, si es medible o si es posible conocerlo.
A propósito de esta inquietud, en razón de la velocidad cómo transcurre la vida, de cómo pasa nuestra existencia, el gran filósofo Platón consideraba que el tiempo era una imagen móvil de la eternidad, generada por el Demiurgo (ser divino que contempla las ideas con el objetivo de plasmarlas en la materia) al ordenar el cosmos, mientras que Aristóteles lo definía como el número del movimiento, y distinguía entre el krónos, que es el tiempo medido en segundos, minutos y horas, y el kairós que se refiere “al momento oportuno” para actuar. Por su parte otro filosofo Parmédines, formula la primera noción de eternidad, al declarar que “el Ser no fue ni será, sino que es, a la vez, uno continuo y entero”. Sin duda un tema apasionante para la filosofía, para los filósofos, que nos lleva diariamente a pensar y repensar qué está pasando con el tiempo.
Desde la fe católica, es un mes donde comenzamos a vivir otro tiempo litúrgico conocido como Adviento, palabra esta que proviene del latín “adventus” que significa venida. En un lenguaje cristiano, hace referencia a la venida de Jesucristo en carne y hueso; son esas cuatro semanas que preceden al día de Navidad, marcan el inicio del nuevo año litúrgico en la Iglesia Católica. Un tiempo de preparación para la llegada de Jesús nuestro Redentor, en el que se recuerda el pasado, se vive el presente y nos preparamos para el futuro. Es una oportunidad para fortalecer la esperanza, ejercitar el arrepentimiento y esperar con alegría la llegada del Rey de Reyes, Jesucristo el Señor.
“El Ser siempre es, siempre fue y siempre será”
Meliso de Samos
Dr. Pedro Duarte
Abogado
–