viernes, abril 26, 2024
PENSAR CON CRITERIOS

Depresión colectiva el nuevo contagio

Un nuevo virus está atacando a la población mundial, sin que haya, hasta ahora, un equipo multidisciplinario trabajando en una vacuna para evitar su expansión. Ese nuevo contagio es la depresión, y lo más grave es que aún no se inicia un ataque campal contra los criaderos de este contagio que tiene en su mira a toda la población sin distingo de raza, edad o estrato social.
El bullyng, las crisis económicas, los enredos de las redes sociales, las adicciones, la presión social, la fama, el dinero, están llevando a sucumbir ante la muerte a una parte de la población que no fue fortalecida mentalmente para poder lidiar con este mortal virus.
La depresión que clínicamente es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más; está silenciando almas, cuyas cifras se elevan a diario sin que se aclare por qué la depresión se ha convertido en una de las principales causas de muerte en el mundo; y que debido al poco tratamiento y atención que se le ha dado a este problema de salud pública, cada año aumentan las cifras de personas que se suicidan por esta causa, generando gran preocupación en la sociedad.
Si el trastorno mental más común en los casos de suicidio es sin duda la depresión, tenemos que identificarlo y enfrentarlo como poderoso predictor de intentos de suicidio y de suicidios consumados, aunque las investigaciones muestran que entre un 13% y un 40% de las personas que se suicidan no cumplen con los criterios diagnósticos de Trastorno por Depresión Mayor.
Hay pruebas de que el riesgo de suicidio a veces puede aumentar a medida que la depresión desaparece. Esto puede ser debido a que las personas con depresión severa comienzan a experimentar mejoría y un retorno de la energía. Durante este período de tiempo, denominado “período ventana”, el paciente está todavía deprimido, pero con la energía suficiente como para llevar a cabo un intento de suicidio.
Con frecuencia, alguien decide acabar con su existencia para tratar de alejarse de una situación de vida que les parece imposible de manejar y deciden buscar alivio. Suelen sentirse avergonzados, culpables o como una carga para los demás. Se sienten víctimas, y tienen sentimientos de rechazo, pérdida o soledad. Lo cierto es que un 90% de los intentos de suicidio suelen tener de base algún trastorno mental o bien alguna condición incurable.
Recientemente se conoció el caso de Cheslie Kryst, representante de Estados Unidos en Miss Universo 2019, quien, según detalles revelados, se habría lanzado de un edificio alto en Nueva York. Aunque se desconocen las causas de esta decisión, una aparente depresión la llevó a tomarla. Las investigaciones avanzan, pero el caso obliga a prender las alarmas de una forma más visible, de manera que estos trastornos depresivos puedan ser reparados a tiempo.
No valen pequeños reportajes sobre el tema hace falta una campaña colectiva y urgente que se base en el verdadero peligro que corren nuestra humanidad si una depresión colectiva se apodera de la población, ya que vemos como no solo los famosos, enfermos terminales son atrapados por la depresión, sino que los casos de niños y adolescentes, muchos de ellos de bajos estratos sociales, también toman estas decisiones, lo que certifica que la depresión no escoge la puerta que toca.
Cada día aumenta la lista de famosos que pierden la vida en sus domicilios, o en habitaciones de hotel, luego de haber abusado de drogas o medicamentos o simplemente haber decidido quitarse la vida .Esto nos deja claro que la fama, el dinero, la presión mediática, la soledad entre masas, el éxito, son aspectos difíciles de asumir para una persona, por mucho estatus o reconocimiento que albergue su nombre y apellido.
Se dice que el dinero, fama y lujos no bastan para alcanzar la felicidad, ya que quienes los poseen también sufren problemas como el resto, y a veces terminan truncando su vida luego de ingerir cócteles de drogas, alcohol o simplemente tomando una soga como el actor Robin Williams, que en agosto de 2014 se quitara la vida en su residencia. Una muerte que conmocionó a la sociedad internacional. A Williams no le basto con ser el carismático actor que se caracterizaba por sus divertidos personajes. Sin darse cuenta comenzó a esconder al hombre triste y solitario que era en sus risas y aparenta estabilidad emocional, por lo que la ayuda no llegó y el desenlace fue fatal.
El índice de suicidios por causa de la depresión es elevado, y asombra leer noticias relacionadas con el suicidio de una pequeña de doce años que no soportó las burlas de sus compañeros sin que las autoridades de su colegio hicieran caso a los reclamos de la alumna afectada ni de sus padres. O que un joven deprimido inestable mentalmente, establecido económicamente, con un hijo, tomara esa nefasta decisión, o que una reina de belleza con proyectos exitosos decidiera lanzarse de un décimo piso por sufrir de una terrible depresión.
Las causas se conocen, pero los síntomas no son visualizados sino hasta que la persona que la sufre está tres metros bajo tierra, en los síntomas y la forma de atender a este tipo de personas tienen que centrarse la aprobación de un programa masivo de atención. Hay que abrir los ojos y ver la depresión como una nube negra que poco a poco está arropando a gran parte de la población, ya que la realidad de que estamos frente un contagio expansivo nos ha golpeado reiteradas veces, con la verdad de lo que se oculta tras las sonrisas y nimiedades de las redes sociales.
La depresión es un tema de salud pública de largo alcance, una triste realidad en la que muchas personas pierden la batalla contra sus mentes y terminan muriendo por mano propia, pero que quizá por sus riesgos se ha llevado más como un tabú que como un aspecto para afrontar.
Los países del tercer mundo no son la excepción, los poderosos también registran estos casos, la misma fama se está convirtiendo en caldo de cultivo para el exterminio de grandes artistas que si bien unos no han llegado al suicidio directo, la depresión los ha llevado al consumo excesivo de medicamentos y drogas que igual los llevan a la tumba, ejemplos muchos: la hermosa Marilyn Monroe, la actriz de Hollywood de las más icónicas y conocidas de la historia. Una mujer con talento, de gran belleza, pero que murió joven, incapaz de soportar las tormentas de su cabeza. El actor Heath Ledger, quien fue encontrado muerto en su apartamento de Nueva York el 22 de enero de 2008. De acuerdo al informe policial, junto al cuerpo se encontró un frasco con pastillas para dormir; Whitney Houston, quien era una consumidora crónica de cocaína y tenía la droga en su organismo cuando se ahogó en una tina de baño en el Hotel Beverly Hilton en la víspera de la entrega de los Grammy.
Quizá esta fría decisión resida en la inteligencia de quien sufre, pues Ernest Hemingway también murió por voluntad propia. A pesar de su éxito literario y su interesante vida, el escritor murió ya en la vejez, en 1961, tras sufrir una enfermedad física que se le sumó a la depresión. Su esposa cinco años después de su muerte confirmó que no falleció de un disparo accidental, sino intencionado.
Kurt Cobain, cantante de Nirvana se encontraba en la cúspide de su carrera, pero el 8 de abril de 1994 fue hallado muerto junto con una escopeta que apuntó a su cabeza. Asimismo Virginia Woolf se quitó la vida el 28 de marzo de 1941. La impecable autora literaria se lanzó al río Ouse para acabar con su vida, llenando sus bolsillos de piedra para no salir a flote. Un acto que llevó a cabo al ser incapaz de soportar la brutalidad social tanto de su época como de la historia de la humanidad. Ni la muerte de Vincent Van Gogh está exenta de estas funestas decisiones, ya que, al parecer, decidió alejarse en un campo y se disparó en el pecho. Pese a su herida volvió a la ciudad, donde murió dos días más tarde. Tampoco lo está la muerte de Pedro Armendáriz, reconocido actor de la “Época de oro” del cine mexicano quien se suicidó de un tiro en el corazón para acabar con el sufrimiento de su depresión, que surgió a consecuencia del cáncer que se le había detectado. Amy Winehouse, esta cantante y compositora británica tenía una voz increíble y profunda que combinaba a la perfección con el jazz, R&B y soul. Se sabe que la cantante sufrió de bulimia y depresión en su adolescencia. Y a los 27 años, el 23 de julio del 2011, fue encontrada muerta en su apartamento de Londres, a causa de un “síndrome de abstinencia” provocado por sus múltiples adicciones a las drogas y el alcohol.
Según los especalistas, en los intentos de suicidio suelen reflejarse los gritos de ayuda. Entre los síntomas posibles está la dificultad de concentrarse o pensar claramente, tener comportamientos autodestructivos (hacerse cortes en el cuerpo, tomar alcohol en exceso), alejarse de amigos o no querer salir y/o cambiar hábitos alimenticios o de sueño. En su perfil psicológico se observa una negación para buscar ayuda, porque creen que nada les va a ayudar, porque no desean contarle a nadie que tienen problemas, pensando que buscar ayuda es un signo de debilidad. En otros casos, no buscan ayuda porque no saben dónde acudir para que alguien acuda a echarles una mano. Hay que tener en cuenta que una persona que está pensando en suicidarse tiene detrás una historia personal y familiar, además de una cierta predisposición psicológica.
El suicidio no es un evento aislado, no hay una sola causa. Es algo multifactorial. Hay detonantes, pero está claro que no se toma la decisión “solo” porque te haya dejado el novio/a o porque has perdido tu trabajo. Si así fuera, todos no habríamos intentado suicidar en algún momento. Los intentos de suicidio pueden estar motivados por una mezcla de factores genéticos y ambientales. No existe un perfil de la persona que intenta quitarse la vida y, por tanto, no es fácil predecir una conducta suicida.
La mayoría de los casos de mujeres con conductas suicidas, según estadísticas, suele deberse a un tema afectivo, mientras que en los casos de hombres, que son principalmente mayores y con alguna patología mental o médica, por lo general se suicidan tres veces más que las mujeres, pero las mujeres intentan suicidarse tres veces más que los hombres, por estar expuestas a mayores cuotas de estrés y ansiedad.
Para la psicóloga española Antonia Rayo Bauza, el suicidio sigue siendo un tema tabú. Supone un fracaso como sistema, tanto político, social, sanitario, legal e incluso cultural. Y sin embargo, seguimos teniendo pocos datos e información sobre él. ¿Por qué pasa? ¿Qué podemos hacer? ¿Se puede evitar? Son algunas de las preguntas que se siguen intentando responder.

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