LA DEVOCIÓN DE LOS LAGUNILLENSES
POR SU PATRONA ES DESBORDANTE
El cronista de Lagunillas, Francisco Chávez, retoma con fervor esa historia mariana que engalana la fe de esta pujante tierra, cuando sostiene que la aparición de la Virgen en 1651, en un contexto de colonización y evangelización, marcó un punto de encuentro entre las culturas indígena y europea. La Virgen se convirtió en un símbolo de esperanza y protección para los habitantes de la región. La tradición oral y las narraciones sobre los milagros atribuidos a la Virgen han contribuido a fortalecer la devoción a lo largo de los siglos
Destaca el fervor religioso de los lagunillenses por su patrona, la Virgen del Rosario del Paraute, como una devoción profunda y arraigada, ya que su aparición marcó un hito en la historia de Lagunillas, generando una devoción profunda que se ha transmitido de generación en generación. Los fieles celebran con fervor su día cada 28 de octubre, peregrinando hasta su Santuario en Las Morochas para rendirle honor y recibir su bendición. “El cumplimiento de promesas y la búsqueda de favores son parte importante de la relación entre los lagunillenses y su patrona”, reiteró el cronista.
Chávez afirma que la sagrada imagen de la Virgen del Paraute, desde su modesto altar en la iglesia palafítica de Lagunillas de Agua, hasta su actual Santuario construido en 1972, es un símbolo del compromiso y la devoción de sus fieles devotos hacia la Virgen, que absorbió el amor y la eterna fidelidad católica de Lagunillas, Tasajeras, Pueblo Viejo, Maracaibo, pueblos del Sur del Lago y localidades andinas, desde donde se sucedieron nutridas peregrinaciones para el ruego de favores milagrosos y ofrendas a la inmaculada deidad.
UNA FE QUE ES FUENTE DE ESPERANZA
La devoción por la Virgen del Rosario del Paraute es un fenómeno complejo que va más allá de la simple religiosidad. Es una expresión de la identidad cultural, la historia y las tradiciones del pueblo Lagunillense. La fe en la Virgen se convierte en una fuente de esperanza y fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida.
A través de las manifestaciones de fe representadas en sus fiestas patronales, ejemplo de la alegría y el fervor religioso, entre fuegos pirotécnicos, gaitas, competencias y eventos religiosos; los lagunillenses sienten hacia su Patrona, una eterna fidelidad que se convierte en un refugio espiritual en tiempos de dificultad y que fortalecer, a pesar de los cambios, sus valores religiosos y sociales, manteniendo viva en su corazón la devoción por la Virgen del Rosario del Paraute.
Hoy le pido a la Amantísima Virgen del Paraute mejorar la calidad de vida de los citojenses, mayor acceso a empleos bien remunerados, mejores servicios públicos, disminución de la pobreza y la desigualdad social, para que la ciudad y el municipio cuente con el desarrollo empresarial y comercial que tanto necesita para de esta manera diversificar la economía local, atrayendo inversiones nacionales y extranjeras
Imploro ante ella la reconciliación de los venezolanos, que cese la polarización política en el país, que se propicie el diálogo y el entendimiento entre los diferentes sectores de la sociedad, lo que nos permitiría construir un futuro mejor para todos.
No olvidemos que la Virgen del Rosario del Paraute es un símbolo de unidad y esperanza. En estos momentos difíciles, los habitantes de Ciudad Ojeda podemos encontrar consuelo y fortaleza en su fe. La Virgen puede inspirarnos a trabajar juntos por un futuro mejor para nuestra ciudad.
