UNA RELACIÓN MARIANA GUIADA POR LOS FRAILES
La historia del amor por la Santísima Madre de Dios de los lagunillenses refleja la espiritualidad mariana impregnada con devoción por los curas doctrinarios. Adoraron el Retablo con la imagen de María madre de Nuestro Señor Jesucristo desde el mismo momento de que llegara a sus manos arrastrado por las aguas del río Paraute
La devoción y el fervor hacia la hermosa Virgen, que desde su aparición plasmada en un Retablo en las aguas del río Paraute fue identificada como Nuestra Señora del Rosario del Paraute, según el párroco Dixon Montero, guía espiritual de la parroquia Las Morochas, lugar donde fue erigido el actual nicho de esta benevolente advocación mariana; data de sus orígenes, ya que desde aquel 28 de octubre de 1651 cuando se inició la evangelización de los primeros habitantes de los asentamientos indígenas establecidos a las orillas del lago y en las desembocaduras de los ríos, por los curas doctrinarios, asignados por la colonia, se les dio a estas comunidades el conocimiento debido del respeto que había que guarda a las imágenes sagradas.
Por ello ya había una relación guiada por los frailes con las imágenes religiosas en especial hacia la Virgen María, lo que originó que desde el momento que se da la aparición del Retablo con la imagen de una Virgen fue vista con la devoción de los hijos hacia su madre, y esperaban de ella su intersección ante el Nuestro Señor Jesucristo.
Asimismo, esta devoción, refiere el padre Montero, guarda relación directa con el amor que ya había sido sembrado por los curas doctrinarios en el corazón de los indígenas que habitaban el río Paraute.
“Se desarrollo un respeto por la Virgen del Paraute que se basó, primero en que los indígenas habían tenido una formación en la devoción a las imágenes, lo que les permitió afianzar esa devoción por la que consideraban su guía. Valoraban las imágenes a las que le tenían un respeto excesivo y afianzaron esa adoración rindiendo honores ante ella con mucho amor”, dijo el párroco.
Destacó que otro punto clave en el crecimiento de una devoción que cada día es mayor hacia la Virgen del Paraute, son los milagros que se tejen en torno a ella, unos autenticados otros no, comenzando con uno de los más destacados; salir ilesa de un incendio donde se encontraba desprotegida.
Explicó que curiosamente “los morocheros” han adoptado a la Virgen como suya y le profesan una devoción única, debido a que desde que fue trasladada al sector proveniente del pueblo de Tasajeras, luego del trágico incendio de su templo en 1972, la han sentido como suya.
Peticiones a la Patrona
El presbítero Montero pide a la Virgen como regalo por un nuevo aniversario de Ciudad Ojeda, capital del municipio Lagunillas, que interceda ante Jesucristo su hijo para que los lagunillenses puedan lograr la consolidación definitiva de sus servicios públicos, así como el desarrollo espiritual y económico de sus habitantes, además de contar con buenos gobernantes, y que el evangelio siempre sea su camino.
“Que la estrella de Nuestra Patrona los ilumine y guie por el camino del bien, para seguir progresando como Municipio, donde reine la concordia y la paz, y que Cristo viva en el corazón de todos los lagunilleneses, en especial los citojenses que hoy celebran alegre un nuevo aniversario de su ciudad”, finalizó el padre Dixon Montero.
