lunes, abril 29, 2024
PENSAR CON CRITERIOS

Los que escuchan y los que no se dejan hablar

Bien lo dicen por ahí: hay quienes escuchan y hay quienes no se dejan hablar.
No quiero caer en polémicas con un pueblo que vio las costuras de su vecino, que vio lo feo y la incertidumbre por venir, pero que no prestó atención. Escuchó el lamento, pero no entendió que lo que venía para ellos era aún más doloroso.
Sí hablo de mis hermanos colombianos y venezolanos, los primeros se hicieron los ciegos y creyeron en que los “Nadies” ahora serían visibilizados; los otros no pensaron que en medio de la opulencia llegaría la miseria y el dolor por la destrucción de un país hermoso y solidario que ahora después de casi tres décadas de socialismo, es una piltrafa social que está siendo comparado con países como Haití y no con Suiza como soñaban.
Qué tiene Colombia: un gobierno derrochón, burócrata, mentiroso, donde aumentan en medio de una paz total, las muertes de líderes sociales y policías, además crece la inseguridad, porque las organizaciones delictivas han retomado el poder, donde en medio de los paros armados ocurren decenas de masacres, contabilizándose 93 en lo que va de 2024.
No se puede jugar cínicamente con la palabra “cambio social”, y esto ocurre en Colombia como ya ocurrió y sigue ocurriendo en Venezuela. Pero que les puedo decir a mis hermanos colombianos, que escucharon las piedras sonando en el río y no se salieron antes de la crecida. Los colombianos, inmutados, no vieron las señales que desde muy cerquita le enviaban sus vecinos. Tampoco se dejaron hablar.
La diferencia ahora la hacen los que escucharon como El Salvador, en mismo Ecuador y la propia Argentina. El presidente Nayib Bukele, duela a quien le duela, hace la tarea social a las mil maravillas, y su Gobierno sí representa el cambio que el pueblo salvadoreño merecía y pedía. Ecuador y Argentina no la tienen fácil, pero se le desea lo mejor.
Hoy Venezuela quiere, sueña, desea y lucha a brazo partido, por unas elecciones presidenciales libres y transparentes que la lleven encontrar esa luz al final del túnel que tanto necesita para renacer de entre tanto estiércol político dictatorial que sofoca a la tierra de Bolívar; sin embargo, la respuesta del régimen de Nicolás Maduro es que por las buenas o por las malas el chavismo se mantendrá en el poder. Ya no importan sanciones, ya no importa lo que el pueblo quiera, se aferran en el poder como sanguijuelas, dejando sin sueños a una Nación que fue símbolo de libertad en el Mundo de la mano de su Insigne héroe Latinoamericano: Simón Bolívar.
Oído colombianos, no volteen la cara ante lo que les espera. El presidente Gustavo Petro llama a grandes movilizaciones de calle en defensa de su poder, asegurando que está recibiendo un golpe blando de parte de la oposición con ayuda de instituciones como la Procuraduría y la Fiscalía. No le dice la verdad al pueblo, pues la institucionalidad de Colombia no puede ser pervertida por el poder como lo pretende el presidente Petro, y como ya ocurrió en Venezuela.
Las investigaciones que se siguen a la administración Petro están repletas de evidentes visos de corrupción, esa misma corrupción que Petro prometió acabar. Los audios de Benedetti, las extralimitaciones de poder de la plenipotenciaria Laura Sanabria y el dinero que guardaba en su apartamento, sin nada que envidiar al jefe de un cartel, las implicaciones de Nicolás Petro (hijo) en lavado de activos, las extravagancias Alcocer, la falta de gobernabilidad del Gobierno; no son cuentos. Pero repito, el que no escucha ni mucho menos se deja hablar, tiene derecho a hundirse junto a un desgobierno que claramente sigue mintiendo a su gente. Parece que el núcleo de la doctrina izquierdista es la mentira y el abuso de poder, y lo peor es que hay quienes se las creen y quienes de manera sumisa se dejan pisotear por ese poder.
No basta con darse golpes de pecho por los pobres, hay que accionar para mejorar su calidad de vida. Bukele es un vivo ejemplo de que, si se puede, pero hay que tener voluntad social y no una voluntad hacia lo personal, hacia la acumulación de poder.

Cuál sería el mensaje

Que solo el respeto a la institucionalidad sacará a las naciones adelante. Que la victimización política no deja nada bueno, por lo que hay que asumir responsabilidades. Hay que dejar de mentirle al pueblo, y no embarcarse en una de Narniomanía que a la hora de despertar de ese sueño lo que se verá no será el horror de la guerra, sino el horror de las cadenas, del hambre y la muerte.
Sí, en Venezuela y en Colombia existe un doble rasero, pero no cabe la menor duda que es el de Maduro, Petro y sus aliados, que han llevado a sus naciones a la perversión y rompimiento de sus instituciones.
Esta claro también que tanto Maduro como Petro aún tienen capacidad de daño, por ello el llamado es a consolidar una Unidad Nacional que rodee con firmeza la democracia, las instituciones, la libertad de prensa y la propiedad privada. No caigamos en el juego del resentimiento social, bandera de esta izquierda rancia que se niega a dejar de disfrutar de las mieles de un heraldo público a su merced. Y la tarea es de la oposición que debe hacer frente a esa división malsana que imponen los regímenes autócratas y que solo ha contribuido a la destrucción de muchas naciones hermanas en el Continente. Esto solo se logrará con el rescate y consolidación de instituciones sólidas e independientes. Señores ese es el rumbo.

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