martes, mayo 7, 2024
OPINIÓN

UNA ESTRATEGIA, DOS CAMINOS TÁCTICOS

POR: ING. GOLFREDO DÁVILA

Bien es sabido que la mayoría de las fuerzas democráticas del país, desde hace rato se han planteado como estrategia desplazar la cúpula mal sana que detenta el poder en nuestro país, y de esta manera dar paso a la recomposición de la democracia y la reconstrucción de la economía nacional; cosa que sólo será posible a través de un gobierno de unidad nacional orientado por la ética, la inclusión y un programa mínimo cuyo norte sea el rescate de la soberanía nacional y el desarrollo social y humano.

Lograr ese objetivo estratégico implica prepararnos para combinar acertadamente las diversas formas de lucha y organización, siendo las más visibles por los momentos, la movilización y protesta del pueblo reclamando sus derechos y la vía electoral. Después del quietismo, los diversos sectores sociales están enfrentando el sometimiento y la arbitrariedad; tampoco es un secreto para nadie, que los partidos políticos están cifrando las esperanzas en las elecciones presidenciales del 2024. Estos dos caminos tácticos deben estar fuertemente conectados, separados no surten el efecto esperado.

La geopolítica internacional y particularmente la guerra producida por la invasión de  Rusia a Ucrania, hizo virar la mirada de USA y Europa, decidieron minimizar las sanciones a la dictadura venezolana. Pierde fuerza este mecanismo de presión, lo cual debilita una eventual negociación, en función de elecciones libres y al no contar con esa carta, debemos asumir con entereza la presión interna, por ahora, es lo único que nos queda para poder arrancarle condiciones electorales al régimen.

Girar la mirada a la presión popular implica a su vez, estar conectados a los más sagrados intereses de la sociedad, con sus reclamos y sus luchas por defender sus derechos sociales y humanos, la sola mirada electoral, es como un salto al vacío. Es acompañando a la gente que se puede elevar al plano político la lucha reivindicativa. Hoy ambos derechos están íntimamente vinculados, todos sabemos que la solución a los principales problemas del país, pasa por la salida de Maduro y su camarilla del poder.

Todas las luchas, una sola lucha. Es tan vital luchar contra el alto costo de la vida, exigir aumento de salarios, pensiones dignas, derecho a la contratación colectiva, calidad de los servicios públicos y que se respeten el derecho a la salud y a la educación, como pelear por lograr elecciones libres que, a su vez, pasan por exigir el derecho al voto de los 4,5 millones de electores que se encuentran fuera del país, que se abra el registro para los 2 millones de nuevos votantes y para los más de 2 millones de migrantes internos que tienen que registrarse de acuerdo a su nueva residencia.

Mascar chicle y caminar. La lucha social y muy particularmente la que impulsan los trabajadores, representa un gran aporte para el diseño de un programa de gobierno; a la par de ello debemos acordar muy pronto un pacto de no agresión o reglas claras del juego, para la escogencia del candidato único que ha de enfrentar al régimen en el 2024. Debemos estar preparados para el consenso, en caso que se les ocurra adelantar las elecciones y para las primarias. Luchar y votar, es la consigna. Organización y movilización popular, es el camino para impedir que la barbarie tuerza la voluntad del soberano.

 

Ing. Golfredo Dávila, de Vanguardia Popular

 

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