domingo, abril 28, 2024
ANIVERSARIO 2023

El Zulia no solo es grande por su extensión de 63,100 kilómetros cuadrados y alrededor de 5,126 millones de habitantes; este estado ubicado al noroeste venezolano y limitando al norte con el Mar Caribe, al este con Falcón, Lara y Trujillo, al sureste con Mérida, al sur con Táchira y al oeste, desde la Península de La Guajira hasta las montañas de Perijá, con Colombia; lo cimienta una tierra sinónimo de arte, magia, historia, ingenio y talento innovador, que la hace gigante ante los ojos del mundo.

Su héroe insigne, Rafael Urdaneta desde 1788, el brillante de la Gran Colombia; lo corrobora. El General en jefe que facilitó las victorias en Niquitao, Taguanes y Campaña Admirable, además de guardarle una profunda lealtad al Libertador Simón Bolívar; es su hermosa cara histórica.

Desde tiempos precolombinos, el territorio zuliano ha estado habitado por diversas culturas indígenas, como la wayúu y la añú. Estas comunidades nativas dejaron un legado cultural significativo, evidente en su artesanía, sus tradiciones y su resistencia frente a la colonización.

Veintiún municipios la componen, siete de ellos del lado de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, base de su esencia económica por ser de sus costas y su cimiento de donde brota el mene que engalana de progreso y cubre de una estela dorada al país entero. Su capital es la ciudad de Maracaibo, situada entre el resplandeciente Lago marabino.

El estado Zulia ha tenido un papel fundamental a lo largo de la historia del país. Con una rica herencia cultural, una economía diversificada y una ubicación geográfica estratégica, la región zuliana tiene gran relevancia para el desarrollo y progreso de Venezuela.

Durante la lucha por la independencia de Venezuela en el siglo XIX, el Zulia fue escenario de importantes batallas y proclamaciones de independencia, entre ellas, la Batalla Naval del Lago de Maracaibo en 1823, liderada por el almirante neogranadino José Prudencio Padilla. Este episodio victorioso e histórico consolidó la independencia de la región y contribuyó a la liberación del dominio español en el resto del país.

En el período colonial, el Zulia era centro de actividad económica a gran escala, gracias al comercio y la explotación de recursos naturales. La ciudad de Maracaibo se convirtió en un importante puerto y punto de conexión comercial con Europa y otras regiones del continente americano. La riqueza generada por el comercio de productos como el cacao, el café y el añil, entre otros, impulsó el crecimiento y desarrollo de la región.

La ciudad moderna, la del cacique Marac, Nigale y Tonoligaste; en la actualidad, enfrenta desafíos y oportunidades. Su ubicación estratégica, fronteriza con Colombia y cercana al Mar Caribe, le otorga un potencial económico considerable. Además, su riqueza natural, su diversidad étnica y su patrimonio cultural lo califica como un destino turístico atractivo. Los zulianos no se quedaron limitados en piraguas y tranvías, avanzaron hasta atravesar un monstruo de hormigón en su hermoso Lago, llamado puente General Rafael Urdaneta, que lo conectó con el progreso de forma rápida y segura.

Tierra zuliana. El cocotero y el cují la adornan. La gaita y la guaracha matizan su alma, mientras La Chinta y San Benito la protegen. A lo largo del siglo XX, el Zulia continuó destacándose como un motor económico de Venezuela. La explotación de petróleo en el Lago de Maracaibo y sus alrededores catapultó a la región a un nivel de prosperidad sin precedentes. Las inversiones en infraestructuras, educación y servicios públicos transformaron al Zulia en una potencia industrial y petrolera, atrayendo a migrantes de todo el país en busca de oportunidades laborales y mejor calidad de vida.

 

Bien pudiéramos zulianizar a Venezuela en vez de venezolanizar la civilización como planteaba Guzmán Blanco, ya que además de su importancia económica, el Zulia ha sido cuna de grandes personalidades y referentes en diferentes ámbitos. Destacados artistas, escritores, músicos, deportistas y líderes políticos son nativos de esta tierra, dejando un legado cultural y un impacto significativo tanto a nivel nacional como internacional.

Un zuliano no procrastina siempre avanza con su ingenio. El Zulia, foco de letras, artes, arrojo; fue dibujado con el ingenio y talento de niños, jóvenes, mujeres y hombres fortalecidos por el espíritu y belleza de la princesa aborigen Zulia y el coraje y valentía de su mártir Ana María Campos.

Sobre su verde sonrisa agrícola y bajo el electrizante y sanador relámpago del Catatumbo se esconde el sueño de que vuelva su esplendor de progreso al ser pionera en la instalación de un tranvía, electricidad, cine, teléfono, telégrafo, Internet, puente tensado…y cuna de gigantes como Urdaneta, Aparicio, Fernández Morán…

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