martes, abril 30, 2024
PENSAR CON CRITERIOS

La política en tiempos de estrategias

Una insondable estrategia para lograr una salida democrática ante el caos social y político en el que está sumergido Venezuela, se hace necesaria y urgente, debido al poco espacio que el régimen les ha dado a los venezolanos para lograr el cambio político por el que llevan más de dos décadas luchando para encontrarlo por la vía de un proceso electoral libre y transparente.

Darle la Importancia que requiere a la necesidad de trazar estrategias políticas ante una posible “trampa electoral” en Venezuela, es fundamental para lograr objetivos y enfrentar los desafíos que se generan de las acciones represivas y manipulaciones a través de chantajes inhumano ante el hambre biológico e ideológico del noble pueblo de Bolívar, puestas en práctica por enésima vez por el Régimen de Nicolás Maduro.

Esta estrategia no puede ser abiertamente del conocimiento del régimen, y esta debe ser tan bien fundamentada que tiene que ser blindada ante los ataques viscerales de la cúpula “roja, rojita”, que está a la expectativa para ver como desmontan cualquier intento de triunfo de una oposición que lucha a brazo partido para encontrar un punto de inflexión que acabe de una vez por todas con esta dictadura impuesta por el chavismo en Venezuela.

La estrategia de la que se disponga debe ser vista a través del contexto político actual del país, donde las elecciones han sido objeto de controversia y desconfianza, interna y externamente. La necesidad de trazar estrategias políticas sólidas, hoy, es más crucial que nunca.

Se hace imperioso consolidar un equipo especializado para diseñar la estrategia electoral, que además de urgente es fundamental para la oposición venezolana. Este equipo debe incluir expertos en áreas como comunicación, análisis de datos para catalizar los votos del descontento nacional, y un milimétrico trabajo de los conocedores del proceso electoral dentro de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).

La lealtad y el compromiso de los miembros de la Unidad Nacional son esenciales para promover una propuesta electoral clara y creíble para enfrentar cualquier adversidad. De allí que no hay que hacerle el juego al régimen al promover desunión y abstención, porque estas son las únicas posibilidades que tiene Maduro de ganar las elecciones previstas para este 28 de julio.

Antes de diseñar la estrategia, se debe realizar un análisis profundo de la situación política y electoral. Comprender las tendencias, los actores netos con los que se cuenta y las posibles trampas permitirá tomar decisiones concretas, pero estas deben ser inmediatas, en la marcha, sin darle capacidad de reacción al régimen.

Es clave no jugar a la segmentación del Electorado. Este punto lo tiene claro Maduro y sus acólitos, por ello han orquestado una serie de postulaciones dóciles en las que es evidente no reúnen mayores sectores electorales, y que solo ayudan atomizar el voto opositor. Conocer a fondo al electorado es vital. Identificar grupos demográficos, sus necesidades y preferencias ayudará a adaptar la estrategia acordada para maximizar el impacto. Convencerlos de que existe una unidad sólida, a fin de que apoye todas sus decisiones, entre las que estaría, inmediatamente determinar qué candidato sería el indicado para recibir su respaldo, tras la arremetida injusta, ilegal y violatoria de todo derecho social y político, impuesta por el régimen a las candidaturas que amenacen la poca probabilidad que tiene de ganar las elecciones, como María Corina Machado y Corina Yoris y el mismo Manuel Rosales.

Estudiar las reglas y procedimientos electorales es esencial. Esto incluye comprender cómo se llevarán a cabo las elecciones, desde la inscripción de candidatos hasta el conteo de votos. Y para ello juegan un papel fundamental los “Comanditos” de María Corina Machado. Hay que darles forma a esas unidades civiles de acción.

Manuel Rosales ha sido claro, ni siquiera él está exento de que obstaculicen sus aspiraciones, el solo tomó el testigo cuando nadie estaba del otro lado para tomarlo, pero sobre él hay posibilidades de inhabilitación. Entonces es utilizar estrategias claras o esperar que la presión internacional pueda lograr que Maduro quiera medirse en unas elecciones reales y no la pantomima comicial que pretende realizar.

Crear comunidades digitales para sondear la opinión pública es una herramienta poderosa. Las redes sociales y plataformas en línea pueden proporcionar información valiosa sobre las preferencias de los votantes, y en las cuales también puede la PUD hacerle frente a las campañas de desinformación y falsos positivos que vienen directamente del ala más oscura del régimen chavista.

Reconocer el terreno electoral es crucial. Cada región tiene particularidades que deben considerarse al diseñar la estrategia. ¿Dónde están los puntos críticos? ¿Qué temas son relevantes para cada área? Comprender las emociones y aspiraciones del elector ideal. ¿Qué les preocupa? ¿Qué esperan de sus líderes? La empatía y la conexión emocional son poderosas herramientas, y deben ser utilizados a favor, ya que los venezolanos están cansados del abuso de poder del régimen, pero deben ser motivados a que puedan volver a ver la esperanza a través del VOTO.

Construir una narrativa sólida de unidad y eso se logra nombrando una candidatura de inmediato, bien sea dentro de la PUD o de entre los candidatos ya inscritos, que en mi humilde opinión debería ser Enrique Márquez, por ser un político serio con poca posibilidad de ser inhabilitado. Recordemos que no importa quién tome el testigo lo importante es que culmine la carrera en primer lugar y de una forma abrumadora. Los venezolanos están cansados de buscar un mesías, es hora de que se unan en una sola dirección solo para lograr un cambio político en el país, luego se resolverán los entuertos que haya que resolver por medio de un duro proceso de transición.

Otro aspecto es la prioridad de presentar un discurso político coherente. ¿Cómo se comunicarán las propuestas? ¿Qué valores se destacarán?, aunque recordemos que el tiempo previsto para diseñar una estrategia viable para lograr el triunfo opositor es muy corto, y ya se debe haber resuelto el problema del candidato unitario. Estas dubitaciones solo llevan a la incertidumbre y a la perdida de esperanza del electorado.

La autocracia y el libertinaje político que observamos en Venezuela es grave, por lo que la oposición enfrenta un proceso electoral en desventaja, donde el régimen domina todas las instituciones, entre ellas el órgano electoral que juega a la mala contra un proceso que recoge toda la esperanza de un cambio definitivo en el país. Si conocer al adversario es fundamental en llevar adelante una estrategia electoral efectiva, la Plataforma Unitaria sabe a qué se enfrenta. Y a sabiendas que el resto de las candidaturas no cuentan y solo adornan el escenario electoral que le permita ganar si o sí a Nicolas Maduro y a sus secuaces; debe entonces centrar sus esfuerzos en presentar una candidatura que represente la unidad y la esperanza de los venezolanos, dejando atrás personalismos que puedan empañar esta lucha que tanta sangre ha cobrado en el país.

Pero si hablemos de libertad civil, recordemos lo que decía nuestro insigne Libertador Simón Bolívar, “sin moral republicana no puede haber gobierno libre”. En Venezuela existe poca confianza en la moral ciudadana, por eso se hace necesario rescatar esa moral y que con ella Venezuela pueda resolver sus problemas en las urnas como es el deseo de todos.

Largo ha sido el camino en el que tantas veces, en Venezuela, el predominio de la fuerza decretó el ostracismo de la libertad, toca unir manos y orientar la intención de votos a una sola dirección. El venezolano de a pie al ser el más afectado de la profunda crisis de gobernabilidad que vive el país, ya que es dirigida por un grupito selectivo donde solo cuenta el que tenga las rodillas más peladas de tato tenerlas en tierra; debe alzar la bandera del sufragio para sacar definitivamente este mal llamado socialismo del siglo XXI que tanto daño les ha hecho. De allí que a pesar que el poder moral siga siendo solo una quimera bolivariana, ya que solo vemos apetitos políticos de poder muy voraces, donde el hábito del trabajo fue suplantado por la obtención de riqueza fácil, el lema sigue siendo: una Paz sin Libertad no es sana para una República de raíces libertarias como la venezolana.

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