sábado, abril 27, 2024
ANIVERSARIO SIMON BOLIVAR

EL RENACER DE UN PUEBLO

FOTO / MILEIDYS PIÑA

TÍA JUANA: es un lugar especial, una ciudad en cuyo alrededor se forjó un municipio, con ella en pleno centro, y donde se inició una lucha a capa y espada para terminar de aflorar su esencia urbana, valiéndose de la fuerza creadora de su gente y de la mano de sus dirigentes, hasta lograr su independencia económica y social. Un lugar donde muchos de sus ciudadanos han hecho y harán cosas grandiosas por su vida, que por ende repercuten en su municipio; como plantar sus sueños y verlos hecho realidad.

Tía Juana, está anclada en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, fue transformada en el municipio 21 del estado Zulia, siendo dividido en tres parroquias: Manuel Manrique, Rafael María Baralt y Rafael Urdaneta. Con una extensión de 258 kilómetros cuadrados y poblado con 53 mil 703 vecinos, según el censo de 2016; es tierra de oportunidades por su cercanía a ciudades importantes como Ciudad Ojeda y Cabimas.

Tía Juana está separada del Lago de Maracaibo gracias a un muro de contención construido por la empresa petrolera Shell para secar las lagunas naturales que existían en sus espacios costeros, sin embargo, con el paso del tiempo la explotación de crudo ha causado la subsidencia de sus suelos, por lo que actualmente se encuentra enteramente bajo el nivel del mar, volviendo a la ciudad susceptible a posibles catastróficas inundaciones.

Con el impulso del extinto dirigente social Franklin Duno Petit, su primer alcalde, como líder, se creó la conurbación urbana que reclamó Tía Juana desde su fundación, a inicio del siglo XX, cuyo territorio comprende desde la carretera Punta Gorda – La Plata (su límite con Cabimas) hasta el río Tamare (su límite con Lagunillas); aunque en el imaginario bolivarense se recrea la esperanza de que los mejores días de esta creciente entidad están por venir.

En 1995 Duno Petit fue elegido primer alcalde del recién creado municipio Simón Bolívar, luego de lograr la aprobación de su autonomía en el seno de la Asamblea Legislativa zuliana, el 8 de marzo de ese mismo año, como respuesta al arduo trabajo realizado por un grupo de dirigentes sociales tiajuanenses liderado por Franklin Duno, quienes sortearon con éxito los requisitos la Reforma de la Ley de División Político Territorial del Zulia, para celebrar orgullosos su independencia. Duno Petit fue reelecto en el cargo en el año 2000, el cual ejerció hasta su asesinato en el 2004 a escasos meses de culminar su gestión de Gobierno.

En el año 2000 el fallecido alcalde bolivarense, colocó la cereza al pastel introduciendo una petición a la Asamblea Nacional para exigir el pago de impuestos municipales a las empresas petroleras instaladas en la Costa Oriental del Lago, lo consiguió con apoyo del gobernador Francisco Arias Cárdenas y los alcaldes de la COL. La aprobación de la Ley de Asignaciones Especiales proveyó entonces los recursos que reforzaron el crecimiento urbano del municipio Simón Bolívar.

Foto/Mileidys Piña

Historia de esperanza

Está claro que las mujeres también marcaron el camino hacia la fundación y crecimiento de este gran municipio costero, ya que fue Juana Villasmil la que le dio nombre a su capital, y cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer, esta floreciente entidad festeja un nuevo aniversario de su creación.

Si le echamos un vistazo a la historia del municipio reseñada en las redes sociales y por algunos cronistas como Sotero Pino Roque; sus cimientos geográficos se remontan al siglo XIX, cuando Juana Villasmil, una notable mujer acaudalada y bondadosa, llegó a Cabimas durante la segunda década de 1800, junto a su esposo Lorenzo Romero, como dueños de gran parte de esta zona, donde establecieron en 1881 (según refiere un registro que reposa en los archivos del municipio Miranda), un hato que con el tiempo se llamó Tía Juana, ya que con frecuencia era visitado por los sobrinos de Villasmil, quienes hicieron famoso el lugar por referir sus visitas al hato de su tía Juana.

El hato de los Romero-Villasmil fue expropiado por el gobierno de Juan Vicente Gómez en 1928 para otorgar una concesión a las compañías petroleras. La compañía Shell construyó en estos lotes de tierra el muro de contención y los campos residenciales para sus trabajadores, los cuales contaban con servicios públicos y vías de acceso asfaltadas, dando paso a su desarrollo como ciudad. Al conseguir las tierras, la empresa Shell optó por conservar el histórico nombre de Tía Juana, nombrando también su campo petrolífero: Tía Juana.

Según información recopilada del portal Wikipedia, existían otros hatos en la zona de lo que hoy se conoce como municipio Simón Bolívar, que no pertenecían a Juana Villasmil, y que se dedicaban a la producción de ganado, cuyos nombres registrados eran Unión, Campo Alegre, Taparito y Ulé del Río. El municipio Simón Bolívar toma su nombre del extinto Distrito Bolívar disuelto en 1989, y que había sido creado como una nueva división político territorial del Zulia en el año 1884 cuando el Distrito Miranda fue dividido en los Distritos Miranda y Bolívar.

Su capital fue establecida en la población de Santa Rita, y sus límites iban desde lo que hoy es el municipio Santa Rita, pasando por las ciudades de Cabimas, Tía Juana y Lagunillas, para culminar en las riberas del río Machango en Bachaquero.

Desde 1978 Tía Juana sigue perteneciendo al Distrito Bolívar, al crearse el nuevo Distrito Lagunillas. Ya para 1989 se disuelve la figura de distritos y se crean los municipios Santa Rita, Cabimas y Lagunillas. Bachaquero que había sido asignado al Distrito Lagunillas, también logró su autonomía y se crea el municipio Valmore Rodríguez ese mismo año; mientras Tía Juana sigue perteneciendo a Cabimas hasta 1995 cuando se aprueba el nuevo municipio Simón Bolívar.

Esa Tía Juana que en 1981 inspiró al cantor del pueblo Alí Primera a dedicarle sus letras de protesta, en su producción discográfica “Al Pueblo lo que es del César”, desdiciendo de lo que su pueblo recibía pese a que de sus cimiento afloraba parte de la riqueza del país, y en cuya canción también advertía Primera, que sus hermanos tiajunenses solo le inspiraban dolor por verlos en el desamparo; despertó con una fuerte sacudida dada por su pueblo, y es así como ese fruto del que habla Alí, dio una flor que hoy centra su bandera. Aunque muchas de esas promesas que a lo largo del tiempo había recibido Tía Juana están aún en capullos, podemos decir que para 1995 se comenzó a gestar ese renacer bolivarense con la puesta en marcha de un plan de modernización que abarcó sus tres parroquias, con la construcción de aceras en sus escasas vías de acceso: 7 carreras ( A, B, C, D. E. F y G), 8 avenidas (21, 22, 23, 24, 31, 32, 33 y 34), que corresponden al sistema de coordenadas utilizado para ubicar los pozos petroleros, además de una vía rural; remodelación de su plaza Bolívar, iglesias, escuelas, ambulatorios, estadios, creación de un terminal de pasajeros, infraestructura municipal, y adicionando a los urbanismos residenciales petroleros y barriadas la nueva gran urbanización Ciudad Bolívar.

Foto/Mileidys Piña

Economía a cuentagotas

El potencial económico del municipio lo constituyen los yacimientos petroleros desde los campos Tía Juana Tierra y Tía Juana Lago; imagen de ello, los patios de Tanques Ulé y Taparito, la planta Ulé que bombea crudo hacia el complejo refinador Paraguaná (CRP) y el muelle de Tía Juana donde anclan tanqueros petroleros, además de la industria metalmecánica que le presta servicios a la industria petrolera. Sin embargo, el verdor de su tierra y el azul de su lago que matizaron su pujante economía, hoy se tornan gris ante el abandono y deterioro de las instalaciones petroleras que en un otrora llevaban en sus espaldas el crecimiento de una ciudad y el bienestar de su pueblo.

La explotación petrolera, basada en la importación del mejor petróleo del mundo, produciendo 796 barriles al día de crudo hasta 2013, cuando comienza a declinar significativamente y de forma paulatina dicha producción, a causa de la caída de los precios internacionales del crudo y de la politización de la administración de la industria petrolera nacional; no ha contrastado con las condiciones socioeconómicas en las que viven sus habitantes, pues falta mucho por hacer. Hoy observamos en el municipio solo un cúmulo de calamidades como las citadas por el periodista tiajuanense César Batiz, en uno de sus artículos publicados en el medio digital El Pitazo en 2021, portal que dirige Batiz desde hace varios años: en el Simón Bolívar solo queda “el descenso de los ingresos petroleros, salarios bajos para los trabajadores de la industria, deudas de Pdvsa con los proveedores, jubilados y pensionados en mengua, sin dinero ni un buen servicio médico, instalaciones de Pdvsa vandalizadas y pozos cerrados. La ruina”.

En el área del Campo Costero Bolívar las acumulaciones petrolíferas se encuentran en tres campos gigantes: Tía Juana, Lagunillas y Bachaquero. La viscosidad de los crudos, profundidad del yacimiento, mecanismos de producción y las condiciones en la superficie, determinan la presencia de tipo de explotación de crudo clave para su comercialización en el mundo; pero ahí está la población de la Costa Oriental del Lago, a la espera de respuestas, a la espera de futuro.

Asimismo, el Simón Bolívar también posee una significativa producción agrícola, destacando la de maíz, yuca y sorgo.

Foto/Mileidys Piña

Socialmente reconocidos

En la actualidad los vecinos de sus campos petroleros; Altamira, Buenos Aires, El Prado, Las Brisas,  La Ceiba, Miralago, Miramontes, San Mateo, Venezuela, Verde, Delicias, junto a los sectores, Barrio Unión, Taparito, Las Palmas, Campo Alegre, Ezequiel Zamora, La Vaca, Ulé, Colinas de Bello Monte, Sabana de la Plata, San Isidro, La Ribera y Cañaveral; ven como se han ido deteriorando sus servicios públicos, tan eficaces años atrás, sin embargo siguen luchando para retomar ese crecimiento social y urbano que lleva varios años decayendo de forma drástica.

La seguridad ciudadana es el punto álgido de la zona, ya que es referente de delincuencia organizada, con líderes negativos tomando el control del secuestro, robo de vehículos y extorsión; pero no todo está perdido, ya que los organismos policiales están enfrentando este flagelo con la instalación del Comando Nacional de Antiextorsión y Secuestro (Conas) con sede en su capital, que trabaja en mancomunidad con otras instituciones de seguridad para intentar devolverle al Simón Bolívar su tranquilidad.

En cuanto a transporte público; de una línea de “porpuestos” que solo pasaba por la Avenida Intercomunal llegó a contar con una ruta interna de “porpuestos”, busetas, mototaxistas y un terminal; sin embargo la entidad afectada por la situación país, mermó esos avances en materia de movilidad urbana hasta ser un verdadero calvario poder trasladarse dentro y fuera del municipio. Está en el accionar ciudadano y gubernamental reactivar este servicio tan importante para sus comunidades.

Sus zonas recreativas no están desarrollas, de allí que uno de sus atractivos más visible, el parque natural Las Yaguasas está a la espera de la edificación de la infraestructura turística necesaria para ofrecer un punto de encuentro social a propios y extraños.

SU BANDERA

La bandera del municipio Simón Bolívar se creó en el año 1995 por el alcalde Franklin Duno Petit. Realizada por el joven Gustavo Fernández Cunha ese mismo año. Consta de 2 franjas iguales, una azul y otra verde, que simbolizan el lago de Maracaibo y la agricultura de sus zonas rurales. Arriba a la derecha y a la izquierda tiene 3 estrellas blancas que representan las 3 parroquias del municipio: Rafael María Baralt, Manuel Manrique y Rafael Urdaneta. Un círculo blanco en el centro cruzado con una espada y una rosa que simbolizan las batallas del Libertador, y con lo que también se rinde honor a Juana Villasmil, en reminiscencia del Hato «La Rosa» de su propiedad.

MENSAJE A UN PUEBLO GRANDE

El objetivo no es creer que ya se hizo todo o que todo está perdido ante el declive económico e inseguridad que hoy sufre la entidad; el objetivo es avanzar hacia el progreso cueste lo que cueste, y que, para ello sus ciudadanos se tomen de la mano para avanzar junto a sus gobernantes hacia el municipio de lo posible. Y como dice Alí Primera, que no le quiten al Simón Bolívar y a su Tía Juana, pese a las malas gestiones gubernamentales y la desidia ciudadana; el derecho a cabalgar el potro hermoso de la esperanza, porque “Tía Juana tiene sangre de Mara y de Bolívar la Libertad”.

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