ESTUDIO, DISCIPLINA Y DEPORTE

                                                                          FOTO/CORTESÍA

Tía Juana, capital del municipio Simón Bolívar del estado Zulia no es sólo conocida como zona petrolera, sino también como parte de la cuna deportiva de la Costa Oriental del Lago, gracias a oriundos atletas que pusieron en alto el nombre de esta población, como por ejemplo los hermanos Alberto y Silvino Faría Lugo, quienes destacaron en las disciplinas de lanzamiento de bala y carrera de velocidad, respectivamente.

Sus triunfos en las categorías infantil, juvenil y master, luciendo distintos uniformes que incluyeron el honroso Vinotinto nacional.

En las décadas de los 70, 80 y 90 fueron distinguidos con preseas acuñadas para el antiguo Distrito Bolívar (origen del municipio), el Zulia y Venezuela.

Al celebrar el 28 aniversario de fundación del municipio es propicio recordar las satisfacciones dadas por estos dos deportistas tiajuaneros, miembros además de una familia lugareña que forjó a deportistas, estudiosos, profesionales universitarios y arduos trabajadores.

Así fue reconocido por la Alcaldía de Simón Bolívar en el año 2007, durante sus 12 años de creación, cuando el alcalde Gustavo Torres otorgó una placa de Reconocimiento a la labor de la Familia Faría Lugo que reza: “Por la participación y entrega deportiva de varios de sus miembros en competencias nacionales e internacionales y por ser punto de referencia como familia digna, unida, exitosa y forjadora que sirve de ejemplo perfecto para las nuevas generaciones”.

Los padres pilares de este trabajo son Silvino Faría (+), nativo de Santa Cruz de Mara en el Zulia, y Aura Lugo de Faría, venida desde el estado Falcón, quienes fueron parte de esa generación que llegó durante el siglo XX a la Costa Oriental atraída por la pujante explotación petrolera de la zona, y allí propiamente en Tía Juana se unieron en matrimonio en 1956 e hicieron de esta población su hogar junto a sus siete hijos tiajuaneros.

“Un gran orgullo” sienten de sus hijos, porque a pesar de ser una familia humilde, habitante fuera de las ventajas de los campos residenciales de la compañía petrolera, pudieron apoyarlos en sus estudios complementados con sus prácticas deportivas; teniendo la dicha de verlos convertidos en ganadores de competencias y en profesionales universitarios. En las ramas superiores de la Administración obtuvieron sus títulos tanto Alberto (LUZ) como Silvino (Unermb), las licenciaturas de Educación Física (LUZ) a Silvia (magíster en Supervisión Educativa), en Trabajo Social (LUZ) a María (magíster en Gerencia de Recursos Humanos) y Comunicación Social a Nancy (ganadora de diversos premios de Periodismo). Mientras que, entre los mayores, Gladys obtuvo diploma como bachiller mercantil y por años trabajo como asistente administrativo (secretaria) y Jorge, empleado petrolero desde los 18 años de edad, quien en medio de su trabajo consiguió el título de Técnico Superior en Relaciones Industriales (Pedro Emilio Coll).

 

                                                  Silvino y Alberto Faria, ejemplo de constancia y amor por el deporte.(Foto/Cortesía).

“A todos los hermanos, el amor al deporte les fue inculcado desde la escuela primaria Miguel Ángel Granados de Tía Juana y en casa la disciplina, respeto y hermandad”, dijo Alberto, al tiempo que reconoce al maestro de educación física, Eloy Romero, como el entrenador que impulsó su desempeño en la bala, ayudándolo a conseguir su primera medalla de oro en los Juegos Inter Escuela celebrado en el estadio J.L. Ford de Tía Juana, en 1977. Posteriormente cursando secundaria en el liceo Apálico Sánchez de Tía Juana, y bajo la tutela del extinto entrenador Luis Luyando, formador de otros grandes atletas como Marbelis Barriga, Asnaldo Oquendo y Andy Talavera; participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe (1982), quedando en primer lugar en bala. En el año 1985 fue campeón nacional Juvenil en Valencia y ese mismo año también consiguió la dorada en los Juegos Bolivarianos, en Ecuador. Como estudiante en la Universidad del Zulia representó al equipo del Alma Mater, para el cual conquistó diversas medallas, al igual que lo hizo mientras trabajó para la empresa petrolera Lagoven (Pdvsa). En años sucesivos participó en diferentes eventos en la categoría Máster.

Alberto fue considerado un deportista destacado siendo designado a portar la Llama Olímpica durante su recorrido por Tía Juana, para los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Maracaibo, de 1998. También durante el mandato del alcalde Franklin Duno recibió la condecoración como Persona Ilustre del Municipio Simón Bolívar.

Sin embargo, lamenta haber dejado su querido país a causa de un paro petrolero y su despido injusto, pero admite “eso sacó lo mejor de nosotros para seguir adelante y lograr el éxito”.

Por su parte Silvino siempre estuvo dentro del podio en los Juegos Deportivos Petroleros de los años 80-82 en Lagunillas y Puerto La Cruz, formando parte del Relevo 4×400. “Impuse récord en 100 y 400 metros con vallas en los Juegos deportivos escolares, así como primeros lugares a nivel nacional”, contó el destacado atleta. Gracias a su buen rendimiento educativo obtuvo una beca para cursar secundaria en el liceo Simón Bolívar de Tamare.

Alberto y Silvino continuaron su desempeño en categoría Máster logrando ser campeones en 2011, 2012, 2013. Mientras que tuvo la dicha de participar en el Suramericano Máster de Chile 2010 y en un Invitacional en Colombia.

Los logros deportivos de los hermanos Faría Lugo se extienden a otras categorías, porque Silvia -de estudiante- se desempeñó en el voleibol dentro de los equipos de la industria petrolera, la Universidad del Zulia y luego como empleada de la industria Lagoven (Pdvsa).

La formación deportiva de la escuela Miguel Ángel Granados también dio frutos en María y Nancy, quienes participaron y ganaron en competencias de atletismo en lanzamiento de bala.

Gracias a todos estos desempeños la casa Faría Lugo luce múltiples preseas, trofeos, diplomas y placas de sus victorias deportivas.

Para concluir recordó Jorge, reflexionando parte del eslogan familiar “Faría es Faría”: Todo lo que pasa es bueno y siempre lo que viene es mejor. Así que hoy desde Tía Juana o desde los distintos países donde nos hemos trasladado seguimos trabajando, trasmitiendo la importancia del deporte, el estudio y siempre apuntando al éxito en todo lo que emprendemos.